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Estabas sentada en el piso del baño mientras intentabas recuperar las fuerzas para levantarte, aunque no sabias si realmente era por que habías vomitado lo de la noche anterior o simplemente porque habías descubierto que estabas embarazada.
Llevaste tus manos a la cabeza y luego te cubriste el rostro, estabas asustada y muy nerviosa por lo que sucedería. Tú y Ben llevaban varios años de relación y recientemente el asiático te había propuesto matrimonio, pero ninguno de los dos jamás había hablado sobre tener hijos y ahora resulta que llevabas tres semanas de embarazo.
Escuchaste la puerta de tu habitación abrirse y luego la voz de Ben llamándote resonó en el cuarto.
Te levantaste del suelo, te lavaste el rostro, luego escondiste la prueba de embarazo en tu suéter y saliste del baño.
— Ben — lo saludaste saliendo del baño, el chico se apresuró a caminar hacia ti y dejo un beso en la comisura de tus labios, no hiciste ningún movimiento y él notó que algo sucedia contigo
—¿Estás bien, cariño? — preguntó preocupado, tomaste su mano y lo jalaste hacia ti para que te abrazara
— necesitamos hablar, Ben— murmuraste y sentiste cuando el cuerpo de Ben se tensó, en la mente del asiático miles de escenas estaban siendo creadas y todas eran tan dramáticas
— eso nunca es bueno — respondió intentando no sonar nervioso o asustado,pero lo conocías perfectamente y lo descubriste.
Te alejaste de él y lo miraste a los ojos — estoy embarazada, Ben — soltaste sin mucho rodeos, los gestos del asiático cambiaron repentinamente, primero frunció su ceño y abrió la boca intentando formar una oración
—¿Qué? — preguntó incrédulo, Intentaste no perder la paciencia y tomaste sus manos
— estoy embarazada, Ben — volviste a decir, el chico asintió ligeramente y de repente sus gestos de preocupación fueron remplazados por una sonrisa iluminando su rostro
— oh, cielos! Vamos a ser padres! — finalmente habló, su voz estaba cargada de emoción y después te abrazó con demasiado cuidado
— sí, seremos padres en nueve meses — murmuraste feliz sacando la prueba de embarazo mostrándosela a tu prometido, el asiáticos llevó sus manos a la boca ahora más emocionado
— oh, cariño, te amo tanto — murmuró mientras besaba tu rostro con amor, luego colocó tu mano en tu vientre y se agachó hasta esa altura — hola, bebé, soy tu papá — murmuró haciendote sonreír de ternura.
