Flores y advertencias

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Lizzie

Trabajé 3 años y medio en mi periódico y en menos de media hora un idiota lo tiró.

Estaba destrozada, Ese periódico es tan importante para mí como Tyler y mamá. Siempre supe que sería mi futuro, porque siempre quise eso. Siempre fue mi meta más grande. Llevar Notizzie como algo más que un simple periódico escolar, llevarlo a nivel nacional e internacional.

Aprendí tanto con él, me mantuvo ocupada y alejada de mi depresión. Redacté, diseñé, aprendí informática avanzada, aprendí a socializar, entrevistar. Me arriesgue por miles de noticias más allá del colegio. Toda la información ahí estaba asegurada, investigada y confirmada. Tenía la idea de que al terminar mi carrera Notizzie fuera un periódico alegre y que todos tomaran enserio con sus artículos científicos, mostrando Constellete y sus talentosos habitantes.

—Pero, ¿Por qué pasó? —Preguntó Cely decepcionada —Te costó reunir cada cosa para esta edición especial de Notizzie.

—No lo sé y no quiero saberlo ahora. Quizá pensó que no incluiría su sección, pero eso fue drástico. — dije con pesar, pero con una sonrisa, no le daría el gusto de verme llorar, pues a pesar de solo estar nosotros alguien podría estar vigilando.

— ¿su sección? —preguntó Carter confundido y asentí. Quizá me había pasado de buena persona, pero después de analizar los periódicos la verdad es que me había gustado su historia y si era un chico de Constell, su talento debía mostrarse como el de los demás.

—Mawritter dejó de hackear en mi periódico hace unas semanas y muchos me pidieron que volviera, así que recaude algunas de sus ideas y puse su sección. Quizá así volvieran los pocos lectores que se fueron, pero supongo que es vengativo.

—¿ibas a dejarlo escribir? —preguntó Matti con sorpresa y asentí

—Tengo una entrega para Elisabeth Milles —saludó un florista llegando con un ramo de rosas y girasoles, en el centro había una carta.

—¿para mí? —pregunté extrañada, gire a ver a Tyler quien se encogió de hombros y camine hacia el muchacho que no parecía ser mayor de 20 años.

—Supongo que eres Elisabeth, que guapa —dijo el repartidor, extendió el ramo y me giñó un ojo para luego irse.

—jamás vi que un repartidor hiciera eso —aseguró Tyler al borde de una carcajada y lo miré mal.

—¿Quién te mando flores? —preguntó Cely emocionada y se acercó corriendo

Caminé al escritorio y coloqué ahí el ramo que el coqueto repartidor me dio y de inmediato extendí mi mano a la carta que había en medio.

Giré el sobre, con una hermosa letra cursiva decía mi nombre: Elisabeth Milles

Volví el sobre y lo abrí, dentro había dos papeles doblados, de una hoja un poco gruesa y de nuevo la misma letra.

¡Hola Lizzie! —Comenzaba — Bueno, me siento un poco raro escribiendo esto para ti, principalmente porque no sé si te la daré. Pero está bien, supongo.

Primero que nada, ¡eres una chica increíble! y ni hablar de tu periódico que ha ayudado a varios chicos y chicas a mostrar su talento más allá del club al que pertenecen, aunque te parezca poco creíble, quiero ahorrarte trabajo y disgustos. No, no pertenezco al club de lectura ni ningún club creativo, sí, te he visto tratando de conseguir las listas y detalles de cada maestro, pero supongo que en este punto ya notaste la razón por la cual hago esto de manera anónima y tranquila, no volveré a publicar en tu periódico, menos aun sin tu permiso. Para ser sincero, me causa conflicto; no soy mala persona, menos aún un acosador. Quiero decirte quien soy, pero con todo lo que ha pasado temo que puedas odiarme más de lo que seguro ya lo haces, pero, en fin. Sería lo mejor para los dos. Solo quería disculparme y lo haré públicamente si así lo quieres —y aquí comenzaba al parecer un dilema pues escribió con amor y con remordimiento para luego borrarlos y finalizar con —solo Mawritter.

El escritor secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora