En la casa Baker

4 1 0
                                    

Ian se rio en cuanto dijo esto último, sé que su intención era hacerme ver que la verdad era lo mejor, pero si cultivaba la amistad entre nosotros aún más para que creyeran más en mí que en la persona de la amenaza no pasaría nada por obvias razones, nadie más sabía eso y no había pruebas. Todo estaría bien me aseguré, quizá había cometido un error en pensar así.

Mamá llegó un rato después, se asomó en la puerta y la vi sonreír antes de invitarla a pasar.

—Nunca me imaginé verlos así tan pronto —aseguró sentándose junto a su prometido, puso su mano en la mía y la apretó en agradecimiento sonriéndome, con la otra mano hizo lo mismo con la de Ian y siguió charlando con nosotros, según yo sobre las locuras que pasarían en la boda.

Incluso bajamos a la cocina, mamá nos sirvió helado y bromeamos hasta que Tyler llegó apresurado, cuando entró a la cocina y me encontró riendo a algo que hacía Ian, miró a mi madre, frunció el ceño y preguntó si estaba en la casa correcta. Había tanta alegría, que no se lo creía. Menos aun cuando casi todo el semestre me pasé evitando a la familia.

Mi mamá le ofreció helado, pero se negó argumentando que a mi aun me quedaba mucho, se sentó y me retiró el vaso para sumergir una cuchara y comer bajo mi expresión ofendida sonriendo con maldad, me encogí de hombros y cuando tuvo más helado en la cuchara se lo quité.

—¡Eso era mío! —se quejó, Mamá e Ian rieron y le guiñé un ojo.

—Era mi querido Tyler, tú lo dijiste. —Me miró mal unos segundos y luego comenzó a reí con nosotros, aun cuando su celular se escuchó, él seguía riendo.

Holly le estaba avisando que la mayoría del consejo ya había llegado y faltábamos solo nosotros, él respondió que ya íbamos y colgó no sin antes decirle te amo, un nuevo habito.

Nos despedimos de ambos adultos y salimos de casa, afuera nos esperaba el auto de los Darnis así que sería más rápido de lo que creí.

— ¿de qué me perdí esta tarde? —preguntó Tyler con una sonrisa mientras escogía una canción de la radio.

—pues nada, Ian estaba en el lugar y momento adecuado —me encogí de hombros mirándola divertida y él una expresión ofendida, que claramente era broma.

—¿y yo no estuve? —preguntó ahora con un puchero y reí.

—tú siempre estás en el lugar y momentos correctos. —me incliné a besar su mejilla y luego el cinturón me jaló hacía atrás.

—¿y Cely? —preguntó luego de unos segundos cambiando su sonrisa a una mueca que después trato de hacer pasar desapercibida revisando los espejos.

—Sus padres le hablaron y la recogieron en mi casa —simplifique encogiéndome de hombros y él asintió quedadamente.

—¿y lo que hablaron? ¿Fue interesante? —Trataba de parecer desinteresado, no quería presionarme, pero era realmente malo haciéndolo, jamás lo hizo conmigo.

—Hablamos sobre tus repentinos celos —dije mirando la ventana, pero en el reflejo pude ver claramente cómo se tensaba.

—¿celos? Puff, ¿Cuáles celos? —rio falsamente y con nerviosismo y vi la oportunidad de cambiar eso.

—Claro Tyler, tus celos... —me giré y lo miré con picardía al tiempo que él tragaba forzadamente —Si te gusto, dímelo y podemos hacer algo.

Pasé mis dedos por su brazo con delicadeza, "coqueteando" pero solo conseguí que se girara a verme con el ceño fruncido.

¡Se lo estaba creyendo!

Solté una carcajada y me hice hacía atrás aun riendo, cuando notó que era una broma también comenzó a reír.

El escritor secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora