Padres

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¡Hey! Hola mi gente, ¿Ya se me extrañaba por aquí, no? UwU

La verdad es que no tenía mucha inspiración para ésta historia y personalmente consideró que este cap no esta al mismo nivel de los otros, pero tampoco quería dejarlos sin actualización por más tiempo.

Así que, sin nada más que decir...disfruten de lo que pude traerles :')

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Katsuki extrañaba a sus padres, no puede parar de pensar en sus progenitores, si dejaron de buscarlo o si les importo su partida, tenía demadiadas preguntas rondando por su mente, así que decidio armarse de valor e ir a visitarlos.

Aunque claro, sin verlos directamente, por lo que al llegar al terreno donde se ubicaba su antiguo hogar, trepó aquel árbol que quedaba muy cerca de su habitación, pero que desde el interior no se podía apreciar nada.

Basto con echar una mirada hacía adentro para ver a sus padres sentados en su cama y, aprovechando que las ventanas estaban abiertas se dispuso a escuchar la conversación del matrimonio.

Necesitaba aclarar sus dudas.

Mitsuki estaba llorando abrazada al traje de héroe de su hijo, mientras era consolada por Masaru, quién acariciaba sus cabellos para tranquilizarla, aunque se notaba que el también se estaba aguantando las lágrimas con mucho esfuerzo.

-Es nuestra culpa. Nnunca debimos tratarlo de esa forma, ni compararlo con alguien más... si tan solo lo hubieramos apoyado más en vez de criticarlo- Sollozaba la mujer- Era mi bebé, mi pequeño niño de ceño fruncido, el que jamas tuvo miedo de enfrentarse a alguien, era tan fuerte... y por nuestra culpa se rompió, nosotros lo obligamos a rendirse- Se lamentaba.

Masaru ya no fue capaz de contener las lágrimas y atrajo a su esposa a un fuerte abrazo, donde ambos buscaban consolarse ante la perdida de su único hijo.

Sin poder con la culpa que los consumía día a día, arrepintiendose de sus acciones, de haber sido unos malos padres.

-Fue nuestra culpa por no darnos cuenta del daño que le estabamos haciendo, pero nuestro niño es fuerte y donde sea que este, va a estar bien, estoy seguro de eso- Habló el castaño- Solo nos queda esperar a que decida perdonarnos y quiera volver, no podemos hacer nada más.

Katsuki escuchaba todo desde una rama del árbol, con los ojos humedos y mordiéndose el labio con fuerza para no sollozar. Queria entrar y abrazar a su madre, dejarse consolar por su padre, mientras recibía mimos de ambos, que le susurraran que todo estaría bien y que estaban orgullosos de él.

Los extrañaba tanto.

Pero no podía retroceder el tiempo.

No podía olvidar todo lo malo, no podía olvidar los gritos de su madre, las veces que le dijo que tenía una personalidad de mierda y que nadie lo iba a querer de esa forma, que un día todos se iban a cansar de aguantarlo y lo dejarían de lado.

No podía olvidar cuando su padre lo regañaba por no ser calmado y obediente como Midoriya, las veces que lo compararon con el peliverde, haciendole creer que no valía la pena. Haciendolo sentir inseguro de su personalidad.

¿Cómo podía perdonarlos si fueron ellos los primeros en crearle aquel complejo de superioridad? ¿Cómo podía olvidar las veces que fue castigado por no quedarse callado? ¿Cómo podía olvidar las palabras hirientes?

Suspiró y se alejó de la ventana, volviendo a las solitarias calles, caminando cabizbajo, lleno de dudas que lo carcomían por dentro.

Una pequeña mano lo detuvo y lo giró suavemente, antes de que pudiera reaccionar tenía un cálido cuerpo abrazandolo con dulzura. Unos delgados brazos se aferraban a su cintura y unos rubios cabellos atados en coletas era lo único que podía ver.

-Todo esta bien, Katsu-chan- Susurró la chica con dulzura a su oído.

Antes de poder reaccionar, otros brazos lo rodearon, pero esta vez por detrás, eran musculosos y lo abrazaban con seguridad, haciéndolo sentir protegido. Miró a la nueva persona y solo vio unos cabellos rubios opacos y una ligera barba.

-Estamos aqui para ti- Habló de forma calmada, apoyándose en su hombro.

Toga y Twice no habían dudado en seguir a su compañero cuando lo vieron salir sin avisar a nadie, habian mantenido una distancia segura y trataron de ser lo más sigilosos para no interferir en la misión del rubio, pero cuando lo vieron entrar a aquella casa sabían que eso no acabaría bien.

Y así fue, diez minutos después de entrar, Katsuki salió con la mirada clavada en el piso y los puños apretados con fuerza, caminaba lentamente, perdido en sus pensamientos.

Y los rubios lo conocían lo suficiente para saber lo que necesitana en esos momentos, así que sin pensarlo fueron de inmediato a darle amor, sin dejar que los pensamientos oscuros dominaran su mente.

Se quedaron en silencio, abrazándose con tranquilidad, dándole el tiempo suficiente al menor para que tranquilizará un poco, haciéndole sentir reconfortado por el calor que le estaban brindando, acompañado con suaves caricias en sus cabellos.

-¿Está llorando? -Una rasposa voz interrumpió el momento, llamando la atención de los rubios.

-No lo sé idiota, tu cabeza no me deja ver- Gruñó en respuesta otra persona.

Se escucucharon ruidos de forjeceo y antes de que se pudieran mover para ponerse alertas, Dabi y Tomura cayeron al suelo delante de ellos, dándose manotazos y mirándose con enfado, sin percatarse de que habían revelado su posicion ante los otros.

La suave risa de bakugou interrumpió la pelea de los chicos y provocó una paz inmediata en todos, logrando que los mayores dejaran de golpearse y se levantaran avergonzados, sacudiendo el polvo de sus ropas, mientras que Toga se reía sin control y Twice rodaba los ojos ante lo infantiles que eran sus compañeros.

-Ya que estamos todos reunidos, ¿Por qué no aprovechamos para ir a robar unos cuántos chocolates?- Sugirió la única chica del grupo, sabiéndo que eso alegraría a su Katsu-chan.

Shigaraki se iba a negar diciendo que estaba demasiado ocupado para hacer ese tipo de cosas, pero los brillantes ojitos de Katsuki lograron convencerlo, por lo que terminó asintiendo con resignación.

Iban a comenzar a caminar hacía alguna tienda que estuviera por la zona, cuando un portal apareció frente a sus narices.

Desde la derecha se asomó Kurogiri, con bolsas de basura y máscaras negras entre sus manos, como si ya supiera que iban a acabar haciendo eso.

Y recién en ese momento Bakugou cayó en cuenta de lo que estaba sucediendo, se separó del abrazo que aún mantenía con sus compañeros y los miró a todos con reproche.

-¿Me estaban siguiendo? -Preguntó con indignación.

Estaba planeando hacerse el enfadado, pero las miradas de cachorrito que recibió fueron demasiado para él y solo terminó negando con la cabeza, tratando de aparentar decepción y que no se viera su sonrisa.

-Son unos idiotas- Murmuró por lo bajo.

-Pero así nos amas- Replico la rubia, lanzándose sobre su espalda.

Katsuki iba a replicar, pero prefirió quedarse en silencio, no tenía sentido tratar de negar lo innegable.

Ellos eran su grupo de psicópatas, estaban locos y podían ser sumamente infantiles, pero eran los únicos que siempre estaban ahí cuando más lo necesitaba.

-Vamonos ya, antes de que llamemos más la atención- Ordenó Tomura, tomando su máscara y cruzando el portal.

Todos lo siguieron, hasta que solo quedo Bakugou en esa calle. Observó por última vez lo que se alcanzaba a ver de su casa, sabiendo que tal vez en un futuro sería capaz de perdonar a sus padres.

Pero por ahora, a las unicas personas que necesitaba, estaban del otro lado de ese portal. Así que sin perder más tiempo, lo atravesó, encontrándose con aquellos cinco villanos que lo esperaban pacientemente para robar sus chocolates favoritos.

Aquellos cinco que no habían dudado en seguirlo para darle su apoyó y protección si era necesario.

Ellos eran su verdadera familia.

Villain Bakugou •One Shots•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora