Capítulo 13

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—¿En serio? Sigo sin entenderte, ¿cómo es posible que aún lo recibas en tu casa, Jungkook? —Suspiró casi frustrado y molesto. —Ya han pasado varios meses, él se recuperó por completo. La primera vez que se fue, te lo dije, que así era mejor.

Jungkook evitó la mirada represiva de Taehyung cuando este continuó hablando.

—Pero entonces volvió, creíste que sería definitivo, te lo volví a advertir y él se marchó de nuevo. Así ha sido, se va cuando se le da la gana y vuelve cuando necesita algo de tu hospitalidad. Porque lo has permitido siempre... —Terminó diciendo molesto, mientras observaba a su mejor amigo, que en su asiento, yacía pensativo. Al no obtener respuesta prosiguió. —Ya sé, que quizás estés pensando que esto no es de mi incumbencia, pero soy tu mejor amigo, como tal, me siento con la responsabilidad de decírtelo, no quisiera que te metas en problemas por gente como esa, porque ahora sabes, el chico se dedica a las peleas clandestinas. Si crees que puedes hacerlo cambiar de opinión y que se quede contigo, adelante, continúa, sino, será mejor que le dejes en claro que ya no estarás ahí cada que un problema se le presente. —Finalmente, después de algunos minutos en silencio, y de nuevo, sin obtener respuesta alguna por parte de su amigo, salió de la amplia oficina con un suspiro cansado.

Jungkook escuchó la puerta de su oficina ser cerrada. Su cabeza siendo un lío de pensamientos.

Él lo sabía, que Taehyung razón, pues SeokJin solo estaba jugando con él, con su amable hospitalidad. Se iba sin mas, y regresaba cuando algo necesitaba.

Jungkook ni siquiera había tenido la oportunidad de hablar con él para convencerlo y que se quedara de manera permanente; de establecer reglas para que ambos pudieran convivir en paz.

Otra persona en su lugar ya hubiera echado al menor permanentemente, exactamente como él debía hacer, sin embargo, en el fondo, no quería admitirse que cada vez comenzaba a sentirse más desesperado por la soledad en su vida, y que la compañía del menor, a pesar de su difícil temperamento, le traía cierta tranquilidad y comodidad.










[...]

Sentado frente a la acera de aquel parque, observó a los niños ir y venir; algunos jugaban con pelota, otros simplemente se entretenía en los columpios o resbaladilla. Una señora grande paseaba con su poodle, y una familia, caminaba alegremente por el lugar.

El aire fresco era un poco frío pero a Jin no le importó. Se sentía incluso agradable la brisa fresca contra su rostro.

Levantó la mirada hacia el cielo, poco a poco comenzaba a nublarse, por lo que dedujo que pronto llovería. SeokJin supo que necesita moverse de aquel lugar si no quería mojarse y terminar tembloroso y friolento.

Rápidamente repasó en su cabeza todos los posibles lugares donde podría refugiarse, ninguno era bueno. Hizo una mueca desagradable al pensar momentáneamente en la casa del pelinegro. Podría...

Sacudió la cabeza. —No volveré jamás. — Se dijo, convenciendose de que estaba completamente seguro sobre no regresar a la casa del mayor.

Al instante, se recordó que en el bolsillo de su desgastado Jean aún guardaba el dinero recién ganado por la pelea. Su mandíbula adolorida sólo se lo confirmó, no dudando que pronto tendría un violáceo cardenal en el lugar lastimado.

Salió de su letargo, cuando gotas gruesas de agua fría mojaron su rostro. De inmediato, las personas corrieron de un lado a otro intentando cubrirse de la lluvia. Una madre corría desesperada tras su hijo que se negaba a entrar a casa, empeñado en jugar sobre el lodo y el pasto.

Inconsciente, sonrió leve; la escena le había traído recuerdos, imágen tras imágen inundando su mente. Ni siquiera se percató cuando sus mejillas sonrojadas ya se hallaban húmedas con sus lágrimas, mismas que se camuflajeaban por la llovizna.










Undisciplined [KookJin Ver.] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora