⚠️Contenido sensible y violento, leer bajo la propia responsabilidad.
El pequeño SeokJin comenzaba a amar aquel día. Ello inició cuando su maestra no había asistido a darles clases por alguna razón, consecuente a eso sólo había tenido que hacer un dibujo antes de que les informaran que los dejarían ir a casa. Se alegró tan pronto recibió la noticia; sabía que su madre no trabajaría aquel día, entonces, él podría estar con ella y con Baekhyun todo el tiempo juntos, cocinando, viendo películas, o cualquier cosa que se les ocurriera. Porque era viernes, lo que significaba que su padre tampoco se pasaría por la casa.
Decidió hacer un bonito dibujo de él, su madre y su Hyung, orgulloso, cuando el profesor acarició sus castaños cabellos como buen niño, felicitandole por el hermoso trabajo.
Después, cuando todos terminaron, procedieron a llamar a sus familiares para que fueran a recogerlos. El día no podía ir mejor, lamentablemente, su Hyung no contestó, su madre tampoco atendió en casa.
—Lo siento Jin-ah tendrás que esperar a que tu hermano pase a recogerte a la hora habitual. —Le dijo el profesor suplente cuando nadie llegó por él en una hora.
SeokJin se sintió mal, porque todos sus compañeros se habían marchado felices tomados de las manos por sus padres; algunos con un helado en mano, a otros los cargaban en brazos. Por un momento, SeokJin sintió un nostálgico anhelo, deseando que alguna vez pudiera tener algo parecido.
Aún así, se dijo que no podía permitirse que nada ni nadie arruinase su felicidad del día. Así que, cuando su profesor se distrajo platicando con otra maestra y le dijo que saldría un momento, aprovechó para escabullirse por la ventana del salón, y partió hacia su casa.
Conocía demasiado bien el camino por indicaciones de Baekhyun, quien siempre le repetía que sí alguna vez él o su madre no iban a recogerlo, debía saber llegar solo a casa, claro, siempre con cuidado y atento al camino y a los autos que pasaban por ahí.
Demasiado feliz y dando pequeños brinquitos, con un bonito dibujo en mano para su madre, llegó a su casa. Y como ya sabía, tomó la llave de repuesto que se guardaba en una vieja maseta de la ventana.
Al abrir, lo primero que hizo fue correr a buscar a su madre, sin importarle si cerraba o no la puerta de la entrada.
Ese día, SeokJin solo quería ser recibido por la bella mujer, que llenara de besos sus regordetas mejillas, y que le dijera cuanto lo quería, llamándolo por cariñoso apodo que tanto le gustaba.
—¡Mami, estoy en casa! —Gritó al aire, pero al no recibir respuesta alguna, comenzó a buscar por su pequeña casa.
Corrió a la cocina esperando verla manchada de harina por las deliciosas galletas que estuviera preparando, lastimosamente no había nadie; después se dirigió a la sala, obteniendo el mismo resultado; el baño, su habitación, la de Baekhyun. En todo momento, fue recibido por la soledad.
Con un semblante triste, se dirigió como última opción a la habitación de sus padres, pero de nuevo, estaba vacía.
Casi dándose por vencido y dispuesto a esperar en la sala mientras veía la televisión, la puerta abierta del baño de la habitación llamó su atención.
Cauteloso se dirigió hasta ahí. Y entonces, lo que jamás espero encontrar, fue la horrible escena frente a sus ojos...
El cuerpo de su progenitora estaba extendido por las sucias y frías baldosas del baño. En su mano derecha, tenía consigo un pequeño botecito vacío de pastillas, esas que alguna vez SeokJin había visto a su madre tomar, y que ella dijo con una leve sonrisa, eran para sentirse mejor.
—¿Ma-Mami? —Se acercó a su frío cuerpo.
Cuando no recibió respuesta alguna. Se dejó caer de rodillas en el suelo; el dibujo y su mochila tirados a un lado, pasando a segundo plano.
Sacudió con su poca fuerza el cuerpo de su madre, pero de nuevo, no obtuvo ninguna señal de que despertaría. Fue entonces que SeokJin comenzó a asustarse, cuando el rostro quieto y sereno le miró con ojos abiertos que ni siquiera parpadeaban.
Y cuando llevó su pequeña manita a las mejillas de su madre, sus ojos se llenaron de lágrimas al sentir la piel helada y pálida.
A sus cortos seis años de edad, SeokJin no entendía lo que estaba sucediendo, por lo que su única impresión fue gritar el nombre de su madre y aferrarse al cuerpo lánguido en el suelo.
Ni siquiera tenía idea de cuanto tiempo había pasado, o en qué momento se quedó dormido, hasta que su cuerpo fue bruscamente sacudido.
Sintió su cabeza doler cuando su padre, a gritos, lo tomó de sus cabellos para quitarlo de encima del cuerpo de su madre. Y luego sin poder evitarlo, se quejó, cuando sin cuidado alguno, el hombre lo arrojó hacia la pared.
Sintió su vista nublarse por el golpe, pero todavía pudo distinguir a su padre llorar y gritar el nombre de su madre, mientras abrazaba el cuerpo helado contra su pecho y llenaba de pequeños besos las mejillas sin vida ni color.
Fue cuestión de minutos, con el hombre sollozando desesperado, antes de que por fin se pusiera de pie tambaleante. Sus ojos brillantes y rojos observaron a SeokJin con furia mientras se acercaba a él.
El olor agrio y rancio a alcohol hicieron a Jin fruncir un poco su nariz. “Corre” le grito una pequeña y familiar voz en su interior, sin embargo, su pequeño cuerpo no respondió. Estaba demasiado entumido por las horas dormido en el frío suelo, añadiendo el golpe que se había dado, únicamente logró arrastrarse un poco.
Lamentablemente su padre había sido más rápido cuando lo jaló de los tobillos, para eventualmente, tomarle por los cabellos y sacarlo del baño arrastrándolo por todo el lugar hasta llevarlo a su habitación, donde entonces a golpearlo sin piedad alguna, aun si gritaba con desespero y suplicaba con su pequeña voz.
—¡TODO ES TU CULPA! ¡ELLA ESTÁ MUERTA, TÚ LA MATASTE!
Entre cada frase atestaba un golpe a su pequeño cuerpo; SeokJin no pudo hacer más que llorar e intentar cubrirse con sus bracitos.
—¡Todo fue tu culpa, desde que llegaste no nos trajiste más que problemas!
Intentó pensar en cualquier cosa para dejar de sentir dolor; rogó a un ser inexistente para que todo se detuviera; y llamó a su hermano mayor, para que le salvara...
Finalmente, todo se detuvo, el dolor cesó y sus ojos se cerraron sin voluntad. En algún punto había dejado de sentir, su mente perdida en la oscuridad.
Respirando con dificultad, todavía pudo observar cuando su padre se dejó caer sentado contra la pared mientras lloraba, culpándolo una y otra vez por la muerte de su madre. SeokJin no entendía el porqué, pero se dijo que probablemente era verdad si el hombre continuaba recitando la frase como un monólogo.
—Fue tu culpa, éramos felices, pero tú llegaste y todo cambió. —Lloró, escondiendo su cabeza entre sus rodillas. —Debiste haber muerto aquella ocasión.
Pero SeokJin ya no logró escuchar las últimas palabras, porque la inconsciencia por fin nubló su campo de vista, dejándose ir ante la oscuridad que invadió su cuerpo...
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Undisciplined [KookJin Ver.]
FanfictionIntimidante, causa problemas e insolente, Kim SeokJin tiene la peor fama dentro del instituto. Sus compañeros le temen, sus profesores lo odian. Nadie puede detenerlo, porque para SeokJin, no existe "la buena conducta". Sin embargo, en la intimida...