Letras Desnudas [ EDICIÓN TERMINADA ]

Cartas de dos Amores en Pena:

2/08/1945

De Louis Cabaye a Giovanni L. Remy:

Las calles de la hermosa ciudad de Marsella hicieron de mi caminata rutinaria una epifanía que me revelaría un recuerdo que sin duda alguna, estremeció cada parte de mi ser.

Desde la quinta donde se encuentran aquellas hermosas viviendas hasta la 2 avenida fue la distancia que tú y yo, Giovanni, recorrimos,

Vagando con nuestras manos entre cruzadas como si se tratase de una enredadera cuyo lazo jamás se daría por separado,

O al menos así lo pensé yo, Giovanni...

Aun me cuesta comprender como sucedió aquel trágico suceso o más bien, el por qué lo causaste.

Pero a mí desgraciada mente le cuesta creer que aún tú no me amas...

No lo sé, en realidad, si tu amor por mí se desvaneció como la pólvora de un rifle y tu corazón se convirtió en aquella bala que se desaparece sin saber dónde acabara.

¿O será que eres una bala perdida que de alguna manera quiere volver al arma de dónde saliste?

24/08/1945

De Giovanni L. Remy a Louis Cabaye:

Mis pensamientos más profundos se centran en esa calle que recorrimos esa noche, una noche inolvidable...tristemente inolvidable.

Entiendo tu desespero por intentar saber que sucedió y el por qué, Louis.

Pero ¿Cómo podría explicártelo?

Mi orgullo domino en mi ser y a causa de eso te perdí.

Aun maldigo a mi orgullo, cada minuto, cada segundo; todos los días.

Y aunque haya cambiado, no podría volver a buscarte, aunque te amé con toda mi alma, no podría buscarte, sería como un insulto presentarme como quien alguna vez te lastimo y quien ahora pide amarte nuevamente.

No te atrevas a aceptar estar conmigo, sin importar mis súplicas o mis palabras.

Ese amor ya no está, y lo lamento.

Enamorarte fue un arma inventada y amarte fueron simples balas de salva.

Todo fue un engaño;

Pero, incluso aunque haya vivido de mentiras, me duele,

Por qué en lugar de lastimarte a ti, como supuse que sería, las balas solo penetraron en mi.

Mi corazón fue víctima de mi propia arrogancia.

Y ahora mi cuerpo se ha convertido en una bolsa fétida de basura que aún te piensa, que aún te ama y que aún te extraña.