CRUCIO; Neville L. (EN EDICION)

vi. 𝙩𝙝𝙚 𝙙𝙞𝙡𝙚𝙢𝙢𝙖 𝙤𝙛 𝙩𝙞𝙢𝙚

Dedicado a @Misterius_bitch_ y a la galleta que me estoy comiendo, un besito para ambas 💚

—NEVILLE se despertó a las 4 de la mañana, la emoción de volver a Hogwarts le recorría de los pies a la cabeza, se moría de ganas de volver a ver a su amiga Danielle.

Dado que quizás que la mayoría de personas veían a Nev como un chico gordito, tierno y con  mala suerte; nadie se daba el tiempo de pensar que era lo que realmente sentía.

Su abuela le había gritado al llegar a casa, repitiendo que todo el tiempo la decepción que era para la familia Longbotom su existencia.

Su tío no había perdido ninguna oportunidad para humillarlo, burlándose de sus múltiples accidentes en clases, así como su inutilidad al intentar detener a el trío de oro, a pesar de que por esto último su casa halla sido recompensada.

Sin embargo pudo disfrutar de las tardes llenas de sol radiante y flores amarillas, Danielle le había enviado muchas cartas las cuales conservaba en una pequeña caja de madera pulida como si de un tesoro se tratase.

De ves en cuando solía releerlas para reír con las ocurrencias y dramas familiares de la chica.

La noche anterior a esa metió todo a tropezones en el cajón del Colegio, los libros, ropa y otros elementos fueron convertidos en una gran bola de desastre dentro de la maleta.

Su abuela se encontraba entre consternada y fastidiada con el comportamiento de su Nieto, que no paraba de caminar de un lado para otro observando su ropa en cada espejo que veía de camino a la estación.

Tanto fue la insistencia de Nev por llegar temprano al tren que al entrar en la estación 9 3/4 no había ni una sola alma por allí.

Y entonces... El dilema del tren.

Nev se movía por la estación, ¿Llegué muy tarde? ¿Llegué muy temprano?.

Pero su abuela con una mueca de fastidio le enseño en reloj de mano indicándole la hora.

Nev pudo suspirar tranquilo pero entonces empezó la ansiedad por ver a sus amiga. Las horas que antes pasaban como el viento ahora eran más lentas que cualquier tortuga.

Neville no podía distinguirla entre el bullicio, ya se había despedido de su abuela, también había montado sus maletas, incluso apartó un compartimento.

La cosa le empezaba a preocupar, Danielle era la única rubia en su familia, su cabellera platinada era fácil de distinguir, sin embargo allí estaba el, haciendo su mejor esfuerzo por intentar ver más allá de lo posible. Pero finalmente se rindió y cabizbajo volvió al compartimento.

Sin embargo su cara redonda se lleno de ilusión cuando dentro una brillante sonrisa lo sorprendió.

- Hey! Nev, ví esta flor brillante y pensé de inmediato que era tu compartimento - saludó la Rubia.

Nev solo pudo correr a abrazarla.

- Entonces... Los pétalos rojos causan la muerte pero los pétalos naranjas te da  un bronceado perfecto? - pregunto Dani confundida.

- Exactamente! La Solaris Solarus es un arma de doble filo, algunos magos del pasado hacían una poción con  ambos pétalos que causaba que sus víctimas muriera  con un excelente tono de piel - Explicó Nev y suspiro complacido con Dani soltaba una larga carcajada.

La risa de Dani le daba mil años de vida.

Adivinen donde estaban los protagonistas.....

Si.

En la enfermería.

Again.

Dani sollozaba con los ojitos verdes bañados en lágrimas mientras que Neville veía con preocupación a su compañera desde otra camilla.

Neville como no, había hecho explotar una  caldero de olor fétido, ahora apestaba a excremento de caballo. Danielle había caído por accidente en la clase de Hagrid y Mandame Pomfrey envolvía su pierna en vendajes blancos.

Con el pretexto de ir a buscar una poción para los huesos de Dani, la enfermera dejó solos a los chicos.

Neville observo como la rubia sorbia sus mocos aguantando el dolor. Entonces le lanzo un caramelo.

Este era muggle, tenía el diseño de una flor Rosa y sabía a fresas. Era el caramelo favorito de Danie, se lo había mencionado en una carta al chico pero no pensó que éste lo recordará.

En cambio Nev lo recordaba muy bien, tanto que había comprado una bolsa entera de caramelos, sin embargo nunca pudo dárselos a la rubia a causa de su timidez.

Neville extendió las flores hasta el florero de vidrio, se sentía devastado.

No habían podido sacarlo de la enfermería desde que pasó, todos sentían la triste aura de Longbotom.

Nev sabía que Dani no era una sangre pura, llegó a sentir miedo cuando los petrificados empezaron a aparecer, pero la misma Dani siempre lo hacía olvidarse del asunto con sus bromas y sus sonrisas.

Ahora viéndola tan pálida, con una expresión de terror grabada en el rostro y estática como una estatua...

Entendió que nunca debió bajar la guarida, que nunca debió dejarla irse sola a su Casa.

Danielle la razón de sus sonrisas había sido petrificada.

-Amelie
IG: @melie.melieee