El monstruo

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(Narrador ???)
Lugar: ???

"Peligroso es el hombre que ya no tiene nada que perder" Johann Wolfgang

"Piensa demasiado. Hombres así son peligrosos" Julio César

"Nunca se ha librado una guerra en la que los contrincantes supieran a qué bando pertenecían. Los peligrosos de verdad creen que están haciendo lo que sea que estén haciendo tan sólo porque tienen una confianza ciega en lo que hacen. Y eso es lo que les convierte es peligrosos."
American Gods" (2001), Neil Gaiman


Habiendo llegado parte del sol, el cuál traspaso por los ventanales del lugar al cuál llamaba hogar, aquel hombre de piel oscura se levantó del suelo, vistiendo un traje negro, en su cintura colgaba un arma rara, era como una pistola, pero la diferencia era clara, no tenía un gatillo y era más larga que una normal. Adelanté suya había un pequeño altar, siendo que en el centro había una imagen, una foto de la persona que más amaba, de la mujer que más amó...a los lados habían pequeñas velas encendidas, las cuales, por el viento que se colaba de los ventanales, se iban apagando, dejando una ligera pero perceptible cuerda de humo, la cuál se movía con delicadeza, como si de un río se tratase.

Adelante del cuadró en el cuál estaba la imagen, había un arma, también era una de esas pistolas, sin embargó era ligeramente distinto a la de ese hombre, ya que esta era mucho más blanca y por raro que pareciera, emitía un ligero a la par de pequeño has de luz, el cuál daba la impresión de como si se tratase de una linterna. Él hombre de negro estiró su brazo y recogió aquella arma en el suelo, queriendo, tal vez, sentir la cálida presencia de ella otra vez a su lado, al menos no físicamente pero llevar aquella arma junto a él le generaba esa sensación, esa calidez que le confirmaba que no era un simple cadáver andante, que era un humano aún.

Con sus zapatos de punta comenzó a caminar, dándole la espalda a aquél altar, en el cuál se detenía a estar todos los días. Sus pisadas se escuchaban por toda la mansión, siendo que todo era muy silencioso, como si de un cementerio se tratase. En éso, aquel gran silencio se ve interrumpido por un sonido, un sonido proveniente de la entrada, ese era su timbre. Sin decir nada y con la mirada firme, avanza hacía la entrada, llevando su mano hasta el pomo de la puerta para poder abrirla, girando la misma hasta abrirla, siendo que del otro lado se encontraba a una mujer que en su brazo estirado, llevaba a su Alcón.

 Sin decir nada y con la mirada firme, avanza hacía la entrada, llevando su mano hasta el pomo de la puerta para poder abrirla, girando la misma hasta abrirla, siendo que del otro lado se encontraba a una mujer que en su brazo estirado, llevaba a ...

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Quinn: Lucian...¿Cómo estás? -Su mirada era firme al igual que la de su alcón.

Lucian se encontraba con la misma mirada de siempre, fría e inamovible...era tal que pareciera que sus ojos eran una pegatina, pues todos los días tenía mirada. De cualquier forma, el hombre al escuchar aquella pregunta movió su mirada hasta que sus ojos se cruzaron con los de esta, como si estuviera buscando en estos lo que estaba buscando obtener con su visita directa.

Lucian: Estoy bien, Quinn...aunque estría mejor sin tu presencia ya que me iba dirigiendo a otro sitio ahora mismo.

Quinn: Oh, no te preocupes, en serio, solo venía a ver a Senna...o más bien el altar, cada vez que estoy allí siento que estoy con ella.

Cambiaron mi mundo (K/DA x Talon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora