¿¡quiero mi helado de chocolate!?
Pov Sam
La mañana paso tan rápido que no me di cuenta hasta cuando la campana sonó anunciándonos nuestro final del día.
Desde el inconveniente con Jayden no nos hemos dirigido la palabra las chicas y yo; con Belén era entendible ya que no compartíamos ninguna clase pero, Natalia y Dani sí, es más Dani siempre se sienta junto a mí y esta vez no es la excepción.
Supongo que aún está absorta en sus pensamientos, creo que no se tomó muy bien la noticia que digamos.
Cuando iba pasando por el estacionamiento me percate que aún estaba la moto de Jayden y de cierto modo no me sorprende, ese estúpido no sigue las ordenes de nadie y que lo comprueben los oficiales de policía cuando lo han arrestado.
Reviso a mí alrededor a ver si encuentro por algún lado a mi mejor amigo pero no. Así que seguí mi camino, quería llegar a casa a dormir así sea un rato, para después ir a la oficina de papá.
Pero algo llamó mi atención, y eso era el auto del director pues; el capón delantero de este estaba todo rayado y pintado y ni hablar del parabrisas.
No lo pude evitar y solté una carcajada, esto tiene nombre y apellidos y son Jayden Morgan, sabía que esa sabandija no se iba a quedar de brazos cruzados.
Y efectivamente, cuando rodee el auto pude ver a Jayden dándole los últimos retoques a su obra maestra, el cual consistía en un enorme pene y su típico mensaje "no me jodas la vida anciano".
──eres un tonto, ¿lo sabias cierto?── dije mientras miraba con detenimiento todo el auto.
No había parte en donde no estuviera pintado, ya quiero ver la cara del director al ver esto, incluso tenía un "lávame" en la parte frontal izquierda.
──no me vas a negar que quedó mejor que antes── y es cierto, el director es un amante de los escarabajos y entre más viejos eran los autos mejor para él. El caso es que esta vez sí que se pasó, ya que este auto es más viejo que mi abuela y yo juntas.
Okey hay que atribuirle la buena causa al chico testarudo que tengo al lado.
──no creo que Anderson opine lo mismo── dije para luego arrebatarle el aerosol que tenía en las manos para luego hacer garabatos en el techo, pero en un determinado momento no alcanzaba, aunque me hiciera de puntitas, era imposible esa cosa era gigante, o tal vez yo era muy pequeña, no lo creo mínimo le hizo cambios y arreglos y por eso no alcanzaba.
──vente enana── no pude alegar cuando Jayden me alzaba un poco para poder terminar con mi cometido ──lo que se sobra de malgenio de falta en cerebro, sabes que pudiste alcanzar si lo intentabas del otro lado── dijo, pero estaba muy concentrada como para responderle.
──sigo pensando que deberías tragarte una varilla a ver si con eso creces──
──y porque no te metes esa varilla por el culo y me dejas en paz──
──porque ya soy lo suficientemente alto, ¿no crees? ──
Y con eso empezamos una pequeña pelea entre las personas altas y las enanas, no me cansare de decir que soy feliz siendo pequeña, aunque tenga sus desventajas, no me importa.
──ya, cálmate pitufina, mejor vámonos antes de que aparezca ese viejo.
── Ja Ja Ja muy gracio...
Pero no termine de decirle cuando el grito del director se escuchó y con ello se venían los problemas. Jayden y yo compartimos miradas para luego salir corriendo hacia su moto.
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Un giro inesperado
Teen FictionPolos que no son tan opuestos, pero que chocan sin parar, esta es la historia de Sam, una chica rebelde odiada por su madre y que desde tiempos inmemorables saca de quicio a su padre, que trata de sobrellevar su nueva vida, una vida donde encuentra...