L A V E R D A D C O N T A D A

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Magnus no sabía por qué, pero la semana había pasado demasiado rápido para su gusto, solo sabía que estaba alistándose para su encuentro con Alec, estaba nervioso y más que eso asustado, habían muchas cosas que necesitaba saber, como si él y su hija corrían algún peligro, una parte de sí mismo le decía que no fuera, escuchara a Rafael y que se fuera lo más lejos posible, pero otra parte de él le gritaba más fuerte que escuchara a Alexander, a veces era bueno escuchar a las personas.

Había dejado a Elara con Jem y Will, quienes no tuvieron problema con ello, Jem le pidió que tuviese cuidado, Rafael estaba molesto con él y le pidió que llevara algún guardaespaldas, pero él se negó, no iba pasar nada malo, quizás su corazón se rompiera, pero no creía que Alexander lo lastimara físicamente.

Terminó de arreglar su ropa y salió de su casa, pasó por la de Jem y le dejó un beso a Elara.

—Papi dale un beso a mi papá por mi — pidió ella

Magnus la miró con los ojos muy abiertos. — le daré tus saludos — le dijo

—Por favor cuídate mucho — pidió Jem

—Digo creyendo que es mala idea — dijo Will

—Estaré bien, no voy a la guerra — dijo Magnus con una sonrisa nerviosa

—Solo ten cuidado, no lo digo como que él te hará daño, pero pueda que quiera intentar algo contigo — le dijo Jem

—No te preocupes, no se lo permitiré — prometió, aún cuando no sabía si lo mantendría

—Bien — Magnus salió de la casa camino a su auto, sus manos sudaban y sus oídos zumbaban

El camino hasta la dirección que le había dado Alec se sentía eterno para Magnus aún cuando sabía que no estaba lejos.

Hasta que después de lo que parecía una eternidad, llegó, aparco el auto y un hombre le pidió las llaves para estacionarlo mejor, sus nervios eran tantos que dejó caer las llaves y se disculpó como unas cincuenta veces con el hombre, camino dentro, lucia tan callado, y allí se dio cuenta, estaría solo con Alexander, pensó en salir corriendo, en regresar, pero Alexander salió y lo vio, respiró profundo y camino, su corazón latía cada vez más fuerte, tanto que sabía que podía escucharse perfectamente en medio de aquel silencio.

Al llegar a Alec este le señaló que pasara y así lo hizo, era un restaurante sí, pero solo para ellos. — Sabía que si te invitaba a mí casa no irías, pensé que tal vez aquí, están los camareros y chefs, pero como clientes solo tu y yo — Magnus no dijo nada y camino hasta la mesa donde se veía más arreglada, Alec tomó la silla a su espalda para que se sentara, Magnus lo hizo y luego Alec estaba frente a él.

—Solo, solo quiero que recuerdes que esto no es ninguna cita, estoy aquí porque me dirás algo — le dijo Magnus

—Es una historia bastante larga — Dijo Alec,  su voz sonaba nerviosa

—Tenemos toda la noche, así que inicia — le dijo, un joven llegó y dejó dos copas, en cada una puso vino blanco y se retiró

—Primero, quiero pedirte perdón, Magnus se que lo que te hice fue lo peor que jamás pude haberte hecho, estaba ido por la rabia y los celos, se que eso no justifica lo que hice, pero en ese momento no era yo, jamás dejaré de odiar lo que hice, me da asco pensar la manera tan cruel en la que te lastimé, no te culpo por haberme alejado de mí hija, quizás nunca la hubiera conocido, pero te juro que yo jamás, yo no sabía que estabas aquí, todo fue una casualidad, ni Jace sabía, nada de esto fue planeado — tomó un respiro — cuando tu te fuiste no fui detrás de ti, porque me sentía miserable, hay muchas cosas en mi vida, cuando hice eso, todo lo que viví cuando era más joven rebotó en mi como una balón directo al rostro, me odie, me di asco, durante estos cinco años estuve en Suiza, estuve en un hospital, fui atendido por psicólogos, hice un amigo, quien era mi doctor — Magnus lo observaba sin mover un músculo — supongo que sabes que la relación entre Isabelle ahora no es la mejor — Magnus solo asintió — cuando era niño y nuestros padres vivían, no éramos la familia feliz que aparentábamos, mi familia tenía dinero, pero cuando crecí odie eso, he tomado malas decisiones en mi vida, me arrepiento de cada una de ellas, créeme y sé que muchas personas han tenido pasados difíciles, pero que elijen vidas diferentes, sin embargo, yo no, no pude, mi padre era un maldito, golpeaba y abusaba de mi madre, Isabelle y yo crecimos viendo eso, durante nuestra vida eso quedó como un marca en nosotros.
Magnus escuchaba cada palabra de Alec
—Desde que puedo recordar el siempre abuso de ella, frente a los demás no obligaba a ser la imagen de una familia feliz, pero la realidad era otra, cada día golpeaba a mi madre y la obligaba a tener relaciones sexuales con él, ella no hacía nada, yo era un niño e Isabelle era más pequeña, ella nos decía que era la manera en la que él demostraba su amor, yo no podía argumentar nada, crecí creyendo que ese era el amor, hasta que fui más grande y comprendí que todo eso era enfermo, pero creo que era tarde, lo supe cuando una vez, tuve un novio, le pegue, porque no quería besarme, sonara estúpido, pero allí supe que me parecía a mi padre y me odie por ello, no quería ser como él, recuerdo un día que llegué a mi casa, después de esa tarde, oí gritos, pero no era mi madre, mi papá estaba tratando de abusar de Isabelle, así que corrí a la oficina donde sabía que guardaba un arma, la tomé y disparé mi padre, le dispare sin ningún remordimiento, lo mate, vi su sangre salir de su cabeza, tenía 13 años, mi hermana corrió hacia mí, la abrace y sostuve el arma en mis manos, después de unos minutos mi madre llegó y vio a mi padre en el suelo, con el charco de sangre a su alrededor, me quitó el arma, nos abrazo a Isabelle y a mí, ella siempre fue una mujer que nos daba amor, pero estaba enferma, nos sacó a mi hermana y a mí de allí, nos fuimos a vivir con él padre de Jace, él nos adoptó, supe que mi madre se suicidó, ella no podía vivir sin mi padre — Magnus tenía los ojos llenos de lágrimas mientras oía —  con los años empecé a tomar malas decisiones, cada vez me volvía más frío, Isabelle había sido enviada lejos, a un internado, yo me fui de la casa del padre de Jace, empecé a estar en negocios sucios, comencé como asesino, luego tenía más poder, conocí muchas personas malas, hice tantos enemigos como pude, pasaron los años y volví a saber de Jace, su padre había muerto y le había dejado sus negocios, lo convencí de que se asociara conmigo y así por años, cuando te conocí, me recordabas lo que era ser bueno, me obsesione contigo, quería saber todo de ti, te investigue y te conquiste, hice cosas malas, tomé malas decisiones, pero creo que lo mejor que me pasó fue conocerte, luego paso lo que pasó, cuando vi las fotos, esa mierda dentro de mí me hizo perder la mente, se que no es una excusa, lo que hice fue horrible, no sabía que esperabas un bebé, sé que nunca te di indicios de ello, pero lo único que deseaba era poder tener una familia contigo, después de ver el daño que te hice, lo supe, estaba tan enfermo como padre, era tan maldito como él, me odie, me había terminado de convertir en él, decidí que debía detener eso en mi cabeza, durante estos cinco años estuve en Suiza, lidiando con el trauma de mi pasado y de lo que te hice, y de las otras cosas que hice, mate gente, vendí drogas, tráfico de armas, sobornos, mi vida no era la mejor, no estoy diciendo que aún esté bien, porque aún tengo demonios que me persiguen y me perseguirán, pero por más estúpido que suene o imposible, estoy tratando de ser una mejor persona, porque te amo, porque amo a mi hija, durante estos años también le pedí a Jace que limpiará todo, él se encargo de limpiar cada negocio, no quiero esta mierda sobre mi hija, jamás le pedí a Jace que te buscará y no lo hizo, el que yo llegara a Londres fue una coincidencia, meses después de todo Jace conoció a una chica, se enamoró de ella, eso lo motivo más a limpiar nuestros negocios, pero ella no podía vivir en Estados Unidos, así que fue a Suiza y me pido mudar todo, por supuesto no se lo negué, cuando volví no tenía una razón para ir a Estados Unidos, sabía que no estabas allí, pero tampoco sabías que estabas en Inglaterra, Jace tampoco sabía que el estudio de baile era tuyo, hasta donde sabía él hacía los tratados con Sam, tu socio, para mí fue todo tan extraño verte allí Magnus y pensé que si te había encontrado sin haberte buscado, era el destino — Alec se paró, sus ojos también estaban llenos de lágrimas, camino a donde estaba Magnus y cayó de rodilla frente a él — te lo ruego Magnus, dame la oportunidad de ser parte de la vida de mi hija, si tu quieres nada conmigo no te obligare, pero por favor no me alejes de ella, te juro por todo lo que quieras, que antes soy  capaz de morir, antes de hacerle daño, se que en el pasado contigo fui un desgracia, pero quiero enmendar las cosas, sé que no cambiare lo que hice, porque es algo imposible, sin embargo, quiero que las cosas ahora sean mejor, tan solo si me das una oportunidad más, te prometo que no será igual — Magnus se movió y cayó de rodillas igual, abrazo a Alec

I GET TO LOVE YOU LIBRO #2 DE LA SAGA FIND YOU - MALEC Donde viven las historias. Descúbrelo ahora