A C U E R D O

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Magnus despertó viendo hacia el techo, era un techo de madera, sentía algo suave debajo de él, su cabeza dolía, ¿Qué le había pasado? De repente, la ola de recuerdos lo atacó, Alexander en la academia, él se había desmayado luego de verlo, inmediatamente se sintió patético, desmayarse, ni durante el embarazo le había pasado.

Sus oídos se agudizaron y puso escuchar murmullo cerca suyo, cerró los ojos con fuerza y los volvió a abrir, le molestaba la luz, se sentía extraño, como si tuviese encima un peso enorme.

Giro la cabeza hacia donde provenían los murmullos, Sam estaba platicando con dos hombres, otra vez su mente se distorsionó, ¿quiénes eran? Y los recuerdos volvieron, Alexander y Jace, gimió bajito al intentar moverse, pero fue escuchado y más que nada por Alex quien fue a sostenerlo, quiso pegarle y decirle que se fuera, pero había añorado ese pequeño toque aunque fuera.

La mirada de Alexander era cautelosa, parecía que sí hacía algo más podría dañar a Magnus, otra vez, Magnus quiso sonreír para indicar que estaba, pero era una guerra en su interior una parte de él le decía que lo alejara y que no lo dejara siquiera hablarle, otra parte de él quería ir corriendo y contarle de su hija y abrazarlo y que no lo soltara jamás, se sentía confundido.

— ¿Estás bien? — susurró Alexander

— Lo estaba, luego decidiste aparecer en mi vida — dijo cruelmente sin reaccionar a lo que tenía en su mente y salió de su boca

— Lo siento — dijo Alec, sus ojos reflejaban tristeza

— No, no quise decir eso — dijo Magnus nervioso

— Sí, si quisiste, no me molesta solo es como te sientes — dijo Alec

— No tienes ni idea de cómo me siento — dijo Magnus, era como una lucha en no razonar lo que pensaba — no, quise otra vez, yo solo quiero estar tan molesto contigo y que te vayas — cubrió su boca inmediatamente al decir eso

— Comprendo — dijo Alec tragando El nudo en su garganta

Ambos se miraron hasta que la voz de Sam los interrumpió. — ¿Estás bien Magnus?

— Lo estoy — dijo, aprovechando para apartar su mirada de Alec

— ¿Quieres agua? — le dijo Sam

— Estoy bien, tranquilo — le sonrió, Alec sintió un pequeño dolor en el pecho, él deseaba poder obtener una sonrisa de Magnus, se había sorprendido de saber que estaba en Inglaterra.

Parece que el destino era malvado, los había llevado al mismo lugar, luego se tanto tiempo, antes de llegar a la academia había pensado seriamente ir a Estados Unidos y buscar algún indicio de dónde podría estar Magnus, cuando saliera del lugar, plantearía irse, tal vez recuperar a su familia, quería conocer a su hijo, pero el destino había tenido una idea diferente, en el momento que entró al lugar sintió un dolor en el pecho y nervios como nunca jamás creyó sentir, no sabía el por qué de aquello, hasta que lo vio salir, allí estaba él, Lucía hermoso, desde su cabello hasta sus pies.
Magnus siempre iba a ser la persona más hermosa que los ojos de Alec alguna vez pudieron haber visto.

Magnus no sólo era hermoso por fuera, porque lo era, sus ojos, sus labios, su suave y canela piel, su cabello en puntas siempre, su altura, ahora que le veía años después, se veía más maduro, pero sin perder la belleza, sus piernas lucían más fuertes y sus caderas se veían más estrechas, imagino que debido al embarazo, su cintura se vía más pequeña y su pecho, parecía que sus senos eran algo grandes, sin exagerar.

Lo observó más tiempo queriendo preguntar por su bebé, quien ya sería un niño o niña grande.

Magnus se levantó del sillón grande donde estaba y se alejo de Alec, sentía que no se controlaría de tenerlo cerca.

Jace camino hacia a Alec y le susurró algo y este solo asintió, ambos caminaron y Jace salió de la academia dejando a Alec y a Magnus solos.

— Se que estás muy molesto, furioso, pero te juro que yo jamás habita querido hacerte daño….. — Magnus le hizo un gesto de que se callara

— Dime algo, ¿Esperabas que fuera hacia ti y te gritara el día que nos viéramos otra vez? — le dijo con voz seca

— Sinceramente, sí, espere que me gritara y sacaras todo tu odio y resentimiento hacia mí — dijo Alec con el dolor en sus palabras — quería que me golpeara, que me hicieras arrastrarme hasta ti de ser posible

— No Alexander — Alec juro que jamás nada había sido mejor que escuchar su nombre salir de los labios de Magnus — yo no te odio, ni siento lástima, al menos ya no, tampoco voy a hacer que me ruegues por perdón, yo lo hice hace años, no te guardo algún feo rencor, pero eso no significa que entre tu y yo, ahora que estás aquí, habrá algo, no lo habrá — terminó de decir

— Yo quiero saber, sobre nuestro hijo — le dijo Alec tratando de no sentir las anteriores palabras

— Es una niña, tiene 5 años, ella lo que más desea es conocerte, es más antes de que decidiera el estúpido universo que aparecerías en mi vida, había planeado buscarte, ella quiere saber de ti, así que, si me das la manera de contactarte de manera personal, podremos llegar a un acuerdo para que la conozcas

— ¿No te molesta?

— Lo único que me importa es la felicidad de mi hija, ella es lo más importante en mi vida, y haré lo que sea para que sea feliz, así yo tenga que ser miserable en el proceso, solo ella me importa — le dijo Magnus, y Alec sintió que su corazón caía cada vez más

— ¿Cómo se llama? – preguntó

— Elara Bane – respondió

— Quiero que tenga mi apellido — dijo Alec

— Es muy pronto para que exijas — dijo Magnus

— Es mi hija y quiero que lleve mi apellido — casi gruñó Alec

— Primero deberás ganarte su amor, antes solo podrás verla y cuando seas suficiente padre para ella podrás ponerle tu apellido — gruñó Magnus — sabes perfectamente que no ganarías una pelea legal conmigo, así que esa es mi propuesta, verás a la niña, cuando yo quiera, solo si estoy presente y no llevara tu apellido hasta que ella sienta la confianza y el cariño hacia ti, ¿Aceptas o no Alexander?

— Lo acepto, pero te prometo que voy a recuperarte y tendré a mi familia — le dijo dejando a Magnus con la boca medio abierta, Alec camino a la salida, pero volvió dejando un suave beso en la mejilla de Magnus y una tarjeta de contacto en la mano de él, quien sólo vio que se había ido y comenzó a llorar cayendo sentado en el suelo

— Alexander~ — susurró a la vez que tocaba su mejilla




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Después de algunas horas Magnus llegó a su casa, fue directamente a la casa Jem, allí vio a su pequeña con el hijo de Jem y Will, estaban jugando me habló y la llevo a su casa.

— ¿Recuerdas que me pediste algo? — le dijo a su niña

— sí papi — respondió ella con emoción

— Mañana al salir de la escuela te llevaré a ver a tu papá, ¿Aún lo quieres hacer? — dijo tratando de ocultar el nudo en su garganta

— sí papi, quiero ir, quiero conocer a mi papá, gracias papi, te amo — la niña le dio un abrazo y luego corrió para alistar la mejor ropa para el día que le esperaba.


Bueno.......

Comi dije antes, probablemente algunas actitudes no les gusten, pero esperen al resto.

En un principio iba a actualizar hoy, luego dije que no, porque me quedé dormida y es que tenia dolor de muelas. 🤧 Pero pues acá estoy.

Amemme. Nah mentira.

Dejen su estrellitas y comentarios si les gustó o si lo odiaron.

🥺

I GET TO LOVE YOU LIBRO #2 DE LA SAGA FIND YOU - MALEC Donde viven las historias. Descúbrelo ahora