El ritmo de un corazón enamorado(Lunacoln)

Capítulo 24: El malvado plan de secuestro de Lulú

Luego de haber hablado con sus padres, le dieron permiso para ir a un retiro de rock acompañado de su hermano Lincoln. El lugar de encuentro estaba en las afueras de Royal Woods, se detuvieron en una cabaña. 

–Lincoln: Como se llama el terapeuta.

–Luna: Creo que Ulises Newman - le ofrece un vaso de regreso de limonada. 

–Lincoln: Gracias. 

Tras beber la limonada Lincoln comenzó a sentirse mareado hasta quedarse completamente dormido. Y cuando despertó estaba amarrado sobre la cama con una soga sujeta a cada extremidad suya, sin ropa y solo con su ropa interior. 

–Luna: Hasta que por fin despiertas. Mi querido Lincoln. 

–Lincoln: ¿Luna se puede saber qué diablos significa esto?

-Luna: Parece ser que te engañe por completo. 

–Lincoln: Espera un momento. ¿Lulú?

-Lulú: Aceptastes. 

Lincoln comprendió que Lulú tomó el control de su cuerpo sin darse cuenta, fingió todo este tiempo ser su hermana Luna, jamás imaginó que ella podía realizar tal artimaña.

–Lincoln: Luna despierta, no dejes que ella se apodere de tu cuerpo, tu eres más fuerte que ella- dijo en voz alta el peliblanco. 

–Lulú: Ja, ja, ja- ella se rio malvadamente- grita todo lo que quieras Luna no te escuchara y nadie de afuera tampoco, la carreta más cercana está a medio kilómetro. 

–Lincoln: ¿Por qué me haces esto?

-Lulú: Ya lo sabes, hago esto porque te amo demasiado, pero tú no o entiendes, así que me obligas a ser ruda contigo.

–Lincoln: Tú no eres real, solo eres la creación de una chica desquiciada, no existe, solo veo a mi hermana mayor que se la caído un tornillo. Este último comentario enfado mucho a Lulú, ella tomó un cinturón largo y se cambió de ropa usando una lencería negra. 

-Lulú: Llegó el momento de disciplinarte. Ella le dio varios latigazos sobre el cuerpo del peliblanco, y el solo hecho espantosos gritos de dolor, cuando se detuvo dejó varias heridas de cortes y moretones por todo el cuerpo y rostro del muchacho, varias de las heridas de Lincoln salían sangre y ella no tuvo otra idea más que lamerlos.

–Lincoln: ¡Maldita perra! Lulú le dio una cachetada al peliblanco. 

–Lulú: Parece que no te he disciplinado lo suficiente, me parece bien.

Ella destroza la ropa interior de Lincoln, y empieza a chuparlo hasta que él se corrió en su boca, y lo hace por segunda y tercera vez, el peliblanco estaba exhausto. Al llegar la noche ella le dio de comer avena, pero sin soltarlo, una vez que ella terminó de hacer comer y se retiró de la habitación Lincoln trató de zafarse, pero sin éxito alguno, se rindió y se quedó dormido.

Cuando despertó en la mañana tenía la esperanza de que todo se trató de un sueño, pero no fue así, Lulú entró a la habitación esta vez con una lencería de color roja y con el desayuno en su mano. Se acercó al peliblanco para darle de comer en la boca, otra vez preparo avena. 

–Lincoln: Hasta cuando me seguirás teniendo aquí.

–Lulú: Hasta que te resignes a amarme, lo cual creo que nunca sucederá, así que me conformo con tenerte como mi esclavo sexual por un buen tiempo. 

El peliblanco escupió la comida en la cara de Lulú, ella muy enfadado arrojó la comida al piso, tomó otra vez el látigo y le dio dos azotes al peliblanco, le pobre Lincoln hizo llantos de dolor. 

–Lincoln: ¡Basta ya! Eres una maldita. ¡Te odio!

–Lulú: Muy bien- hizo su risa malvada- ahora sabrás quien soy yo cuando me enojo. Se retiró de la habitación y cuando regresó se colocó un consolador con cinturón.

–Lincoln: No qué diablos vas hacerme. 

–Lulú: Recibirás tu castigo por no apreciar mi amor hacia ti. 

–Lincoln: ¡No detente !, ¡detente por favor !, ¡no lo hagas!

Lulú aprovechó la debilidad de Lincoln, desamarrando y volviéndolo a amarrar, poniéndolo boca abajo y penetrándole por su trasero, Lulú estaba violando de la peor manera al pobre peliblanco, las suplicas no parecían funcionar, ellas las ignoraba por completo, era desgarrador aquella imagen, estaba fuera de control y nadie podía acudir a ayudar al peliblanco.

CONTINUARÁ