Capítulo 38: La vida puede dar giros menos esperados

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Sam sigue besando a Lincoln usando su lengua y le da mordiscos en el cuello; le quita la ropa al peliblanco con a la fuerza, le chupa el pene, y luego de ensalivarlo se introduce en su vagina, y se mueve muy rápido, de un momento a otro Sam estaba muy caliente, parecía una fiera; fue tanta su excitación logrando que su novio se corra dentro de ella. 

 –Lincoln: Cielos no te preocupas que te embarace.

 –Sam: Descuida estoy en mis días infértiles, yo tampoco pienso embarazarme. 

 El peliblanco empezó a ponerse su ropa, pero su novia  aún seguía caliente tenía su mano derecha en su vagina e introducía sus dedos dentro de ella. 

 –Lincoln: No piensas ponerte tu ropa. 

 –Sam: ¿Por qué?, has logrado excitarme tanto que aún sigo caliente, lo volveremos hacer hasta quedar completamente satisfecha. 

 Y así fue Sam volvió atacar y siguió teniendo sexo con Lincoln, el peliblanco empezó a incomodarse, de pronto los recuerdos de aquel día en la cabaña con Lulú vinieron a su mente, y se apartó de ella, pero Sam quería seguir haciéndolo.

 –Lincoln: Ya basta Sam, es suficiente.

 –Sam: primero quieres sexo, y cuando logras excitarme mucho me rechazas.

 –Lincoln: ¿Estás diferente? 

 -Sam: Lo que pasa es eres un indeciso. Eres solo un niño que quiere hacer cosas de adultos. 

 –Lincoln: Pues tu aceptaste ser mi novia, estas muy diferente en comparación de 5 meses atrás, cuando teníamos relaciones no estabas tan excitada.

 –Sam: Pues he cambiado, ahora soy una universitaria, me gusta experimentar y vivir mi juventud, no tengo porque está anclado a ti, si no puedes seguir mi ritmo será mejor decirnos adiós. 

 –Lincoln: ¿Quieres terminar conmigo? 

 -Sam: Pues no me dejas otra salida, es muy diferente hacerlo con un niño que con un adulto.

 –Lincoln: ¿Qué? ¿Qué quieres decir con eso? 

 -Sam: Olvídalo, no dije nada- la rubia dijo algo que no debió, que lo estaba ocultando hace tiempo, cuando fue a una de esas fiestas de fraternidad, llegó a tener relaciones con varios chicos, y lo bien que sintió tener un pene dos veces más grande que de Lincoln. El peliblanco volvió a insistir tantas veces que la rubia le confesó la verdad- muy bien si tanto quieres saberlo, me acosté con algunos compañeros de la fraternidad, ellos si eran unos verdaderos hombres nunca antes quedé tan satisfecha, una mujer siente cuando lo hace con un pene enorme. 

 El peliblanco quería llorar, pero se contuvo, se sintió muy traicionado y también enojado.

 –Lincoln: Bien creo que eso lo explica todo. Ya no hay nada más que hablar. 

 –Sam: Por favor no te hagas la víctima, todos los hombres son iguales unos malditos perros, la igual que ello se aprovecharon de mi pena por Luna, tú también lo hiciste, jamás me olvide de ella; tú lo hiciste primero te aprovechaste que Luna termino conmigo solo para tener un rato de satisfacción conmigo. Ah y si quieres que siga siendo sincera ayer bese a Luna.

 Y comprobé que los besos de una mujer son mejores que la de un hombre. El peliblanco no lo soportó más y se fue de la casa de Sam, ya cuando estaba a varios metros de distancia empezó a llorar. Llego muy tarde a casa, no tenía apetito así que se metió de frente a su cuarto, y se quedó dormido; fue despertado después por su hermana Luna, quien al igual que él también le trajo merienda a su cuarto. 

 –Luna: te traje un poco de comida. 

 –Lincoln: Cómo adivinaste que tenía hambre. 

 –Luna: Tu estómago resonaba cuando estabas durmiendo. 

 –Lincoln: Cielos que mal.

 –Luna: Dime, paso algo entre tú y Sam. 

 –Lincoln: Si, así fue-  no tenía ganas de hablar sobre ella, pero después cambia de opinión y cree que lo  más justo es compartir su desafortunado amor con Luna, también pensó que si él no se hubiera entrometido en su relación de ellas quizás nada de esto hubiera pasado- yo y Sam hemos terminado. 

 –Luna: ¿Qué...? – se alarmó. 

 –Lincoln: Baja la voz no quiero que las demás se enteren.

 –Luna: Perdón, pero me has sorprendido, aunque ya tenías mis sospechas sobre ella. 

 –Lincoln: Ella me contó que se besaron ayer cuando salieron.

 –Luna: No es lo que estás pensando fue ella la que me beso  y yo me aparte de ella.

 –Lincoln: Descuida Luna yo te creo. Aunque la verdad siento que todo esto yo lo ocasione.

CONTINUARÁ

El ritmo de un corazón enamorado(Lunacoln)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora