Ally Burke [En Proceso](18+)

15- Regalo

- Venga tía , acompáñame, sé que no te gusta pero ven conmigo.

- No puedo cariño, tengo curro.

- Bueno vale pero me la debes, además que vestirte un poco mejor no te vendría mal.

- Que dices si así voy bien.

- Ally vas en sudadera y jeans rotos, vas del último grito de la moda.

- Qué no era al último

- No, del último porque la moda dio su último grito cuando te vio.

- Ay pesada.

- Podrías esforzarte más la verdad.

La vista de todos era un poco molesta, se quedaban murmurando y hablaban en secreto, Emilia ya estaba cabreada por la situación y para acabarla de amolar llegó Emmett.

- Hola chicas.

- Ay no Emmett por favor, hoy no.

- Solo quería hablar contigo.

- Ya lo estás haciendo.

- Ally  tía, no seas tan borde con Emmett.

- Venga lo siento, qué querías decirme.

- Es que la gente habla muy mal de ti, van diciendo que estas embarazada.

- Emmett ya lo sé no es una novedad.

- Pero si llega a oído de los profesores te puede afectar.

- Si lo sé - le dije en tono bajo y dejando escapar un suspiro.

- Pero no te preocupes yo estoy aquí para lo que necesites, vamos que sé que piensas que soy un plasta, pero me preocupo por ti y estoy dispuesto a hacer lo que sea, incluso ser el padre de tu hijo de veras que si Ally.

- Emmett déjalo, eso es demasiado cursi incluso para ti, además no estoy embarazada.

- Si es solo chisme de pasillo o mejor dicho fama criada, verdad Ally?

- Emmett gracias, con esto me demuestras que eres un buen amigo y que puedo contar contigo.

**Allyson Burke por favor dirigirse a la oficina del director, repito dirigirse a la oficina del director**

Y allá iba yo, de nuevo a la oficina del director, juro que si había alguien que quería que terminase ya el curso seria él.

Ya estaba cerca cuando de detrás de una columna sale Pierce y me agarra con fuerza del brazo.

- Se puede saber por qué coño la gente va diciendo que estas embarazada?

- Ay suéltame bruto- me solté de su agarre- que te preocupa que sea verdad y te cuelgue el milagrito.

- Ally no juegues con mi paciencia- me dijo pasando las manos por su cabeza como en señal que ya la había perdido- contéstame de una puta vez.

- Vaya veo que el tema te saca mucho de quicio, pero tranqui que no vas a ser papá es solo un rumor, pero es bueno ver lo bien que te lo has tomado.

- Y que esperas, cómo quieres que reaccione si llego hoy con la ilusión de darte esto(un regalo) y lo primero que escucho es que si te han hecho un bombo, que si es del conserje, que si te preñaron porque andabas de borracha que si lo vas a dar en adopción.

-Y no era mejor preguntarme primero, pero no, preferiste hacerle  caso a las habladurías, ya veo lo mucho que confías en mí.

- Ally tienes razón, perdóname soy un tonto, me siento medio  imbécil ahora mismo.

- Dejémoslo en completo, y aire que tengo que ver al director.

- Espera – me extendió el regalo.

- No gracias no quiero nada que venga de ti.

- Sé que estas un poco enojada conmigo.

- Un poco, creo que ya perdiste la percepción

- Solo tómalo, vale?

- Me vale, y ya te voy a decir por donde te puedes meter tu regalo.

- Ya basta, me equivoque si? Todos cometemos errores o acaso tu eres perfecta?

- No lo soy, pero al menos yo sé escuchar y no insistas que no quiero nada.

- Venga tómalo mujer, que me costó un huevo conseguirlo y sé que te va encantar- lo tomé de mala gana y lo metí a la mochila.

- Me voy, que aun tengo que ver al toca pelotas del director.

Entre a la oficina del director, allí estaba un claustro de profesores, según ellos dispuestos a ayudarme.

Les explique de mil maneras que solo se trataba de un malentendido.

Para mi suerte la enfermera de la escuela entró y mostró los exámenes de sangre que me habían practicado mientras estaba inconsciente.

No estaba embarazada pero si tenía anemia, que con el estilo de vida que llevaba era de esperar.

Llegué a casa, y me tiré en el sofá. Abrí mi mochila y saqué el regalo de Pierce pero como no tenía ganas de abrirlo lo puse encima de la mesita del café, me di un baño y me fui a trabajar.

Para mi sorpresa Adam se pasó, pero fue como si yo no existiera. Me ignoró toda la noche, ya cuando se iba pidió que le llevara la cuenta.

Le extendí la cuenta a lo que él me dijo:

- Vaya me sorprende que aun trabajes aquí.

- Son 38 con 40 caballero.

- Que pasa, ya no me conoces?

- Va a pagar con tarjeta o en efectivo.

- En efectivo, toma cóbrate- puso el dinero sobre la mesa- cuanto dejo de propina, cuánto es tu tarifa 60,70 euros, a no verdad que eres de lujo entonces será más.

- Por qué no te  metes tu dinero por donde te quepa?

- Tranquila no te enojes solo trato de ser generoso.

-:Mira Adam no soy prostituta y mucho menos de lujo, crees que si lo fuera pasaría tantas necesidades, ni siquiera trabajaría en este bar, traté de explicarte que no sé quién era ese tío, apareció de la nada,  pero nunca me diste la oportunidad de hacerlo te marchaste y me dejaste tirada joder, que lo más terrible que echo en mi vida por obtener dinero es sobrecargar el precio de una cerveza.

- Lo siento.

- No está bien, tal parece que está de moda que desconfíen de mí.

- De veras lo siento, no debí hablarte así, mejor me voy y te dejo en paz.

- Por favor.

Terminé mi turno y me fui a casa, estaba súper cansada, al llegar me senté en el sofá y clave mi mirada en el regalo, lo tomé y lo sacudí cerca de mi oído, no sonaba  me encogí de hombros y lo abrí.

Mi asombro fue tal que abrí mis ojos como platos y lleve ambas manos a mi boca, era el libro que tanto codiciaba, Harry Potter y las reliquias de la muerte parte 2.

Salí de mi letargo y terminé de quitar el resto del papel de regalo.

Lo abrí y justo ahí en la primera página lo vi estaba autografiado de puño y letra por J.K Rowling.

Juro que la emoción fue tanta que se me empezó a escapar por los ojos.

Saque mi celular para llamar a Brandon, justo un cuarto para las dos, no podía llamarle tan tarde, sequé mis lágrimas y restregué el libro en mi pecho.

Sonreí.

Últimamente el era el culpable de sacarme tantas sonrisas...y me gustaba.
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Hasta aquí el capítulo de hoy espero que os haya gustado.
Capítulo dedicado a DedosParlantes