Capítulo 6

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Pov. Hueningkai

Estar todos los días bajo el punto de mira de Mark Lee, era agotador. Mírame todo lo que quieras te demostraré que yo no soy la clase de persona que crees que soy.

Taesung; el chico alegría, estaba decaído, pensativo, como si lo que pasase a su alrededor no tuviera importancia. Me encantaría saber que es lo que lo tiene tan absorto en sus pensamientos.

Luego está Arin, voy a su cafetería normalmente, si puedo, una vez por semana. Tampoco puedo permitirme el lujo de gastar dinero en café todos los días. Trabajo en una librería por las tardes, y los fines de semana trabajo como camarero para eventos. En total, contando el dinero que me facilita mi familia (en concreto medio millón de wones), recaudo unos 3,5 millones de wones. Entre la universidad y el alquiler gasto un millón, en comida y productos de limpieza unos 800000 wones, después tengo que pagar gastos como la luz, el agua, el WiFi... Y como soy una única persona esto me es más barato, unos 350000 wones. En total consigo ahorrar un millón, pero este se gasta en material para la universidad, ropa, libros, gasolina, el teléfono que me compré... Así que podríamos decir que lo que ahorro a final de mes es poco más de 30000.

Hoy empezaré con todas y cada una de las sorpresas que tengo preparadas para Soobin. Siendo sincero tampoco es una gran sorpresa, y seguramente no será algo que pueda sorprenderle, pero yo desconocía que lo que pasara a partir de ahora será impredecible.

Pov. Soobin

Habría que considerar que si ves a Taesung mal el día no marcharía bien. Parece que es como una ley que siempre se cumple, que siempre será así; es como las ecuaciones de segundo grado que siempre tienen que resolverse con la misma fórmula (que siendo sinceros odio con todo mi ser).

Si bien parecía, ese día iría mal, mucho, y también por increíble que me pareciera sería un poco inusual y cargado de adrenalina y muchas emociones.

Todo empezó con la salida de la facultad y terminó de una forma inusual y peculiar.

— Soobin, ¿tienes algo de tiempo libre? — dice Hueningkai al llegar a mi lado. Tiene la mirada seria y el tono de voz me transmite que es una persona más madura.

— Si, claro — respondo yo algo aturdido.

— Sé que tu vida ha sido muy complicada últimamente, llena de altibajos constantemente. También sé que quizás esto no te haga la menor gracia, pero yo pienso que te he dicho muchas veces que creo en lo imposible. — explica mientras su mirada no se desvía de mis ojos. — Bueno, yo... No sé cómo decirlo, siempre he sido una persona que le da muchas vueltas al asunto antes de llegar a lo importante. Soy de esas personas que prefieren decir las cosas sutilmente para no dañar a nadie y que a veces no me comprendan, antes que ser directo. — dice y hace una breve pausa. Deja visible una pequeña risa en si rostro, como si se lo que está pasando fuera gracioso. — Discúlpame, lo estoy haciendo otra vez no lo puedo evitar, siempre he sido una persona cobarde y por eso le doy demasiadas vueltas al asunto.

— No te preocupes — intento comprenderle —, prosigue.

— Por una vez en mi jodida vida seré directo; dame una segunda oportunidad.

En ese momento no soy capaz de reaccionar. Mi mente está en blanco y solo escucho el eco de dos palabras: segunda oportunidad.

— Sabes que eso no podrá ser. — me dispongo a decir dejando de lado mi incertidumbre.

— ¡He cambiado! Tú mismo lo estás viendo. — exclama desesperado.

— Lo siento, pero no puedo corresponder tus sentimientos.

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