-¡Marcel!
-No puedo negarlo, ese nombre es adecuado.- Harry respondió mirándose al espejo de pies a cabeza.
Después de almorzar en el comedor del edificio de estudiantes con sus amigos, Niall y él se habían dirigido a la casa del menor a ejecutar el plan que el rubio había denominado "Operación Marcel", que consistía en disfrazar a Harry del estudiante extraño que prestó su identidad para que pueda ir esa noche a la fiesta de cumpleaños sin ser notado. La llamó así porque- según él- ese era el nombre perfecto para alguien que ose vestirse de esa manera.
Usaba un suéter marrón que el irlandés especificó que pertenecía a su abuelo, un gorrito de lana del mismo color, unas gafas grandes y redondas, pantalones campana y una bufanda gris que cubriría parte de su boca.
-Debo confesar que yo usaría estos pantalones y este suéter en mi vida diaria.
-Yo te creo.- respondió Niall rodando los ojos.
Se mantuvo en silencio unos segundos mientras pensaba en la situación.-¿Funcionará?- su voz denotaba duda e inseguridad. Jamás había sentido esa adrenalina culposa.
-Claro que funcionará, lo hemos planeado nosotros.- le guiñó un ojo.- Ahora, asegúrate de llevar puesta la ropa que usarás en el departamento debajo, no querrás quedarte con ese atuendo en tu primera fiesta.- bufó.- Voy por galletas, estoy hambriento.
-Estamos a días de la presentación, tenemos prohibido descuidar la dieta de la nutricionista.
-Oh, ¿En serio, Styles? Porque también tenemos prohibido distracciones y estamos a punto de dar la fiesta clandestina del año por Louis.- elevó una ceja.
-Ve por las galletas.
-Voy por las galletas.
Obediente a su instinto de alimentación no saludable, Niall dio media vuelta y corrió hacia la cocina, dejando a un Harry nervioso pero divertido por el comentario.
Estaba haciendo eso por Louis.
Supo desde que lo vio por primera vez que desordenaría su vida, al igual que su cabello. Recordó en ese momento y ante ese pensamiento, cuando el mayor de ojos azules desordenaba sus rizos en medio ensayo solo para recordarle que sonría un poco.
Y es que antes de Louis, Harry no se permitía esa felicidad genuina. No se permitía distracciones, tampoco experiencias nuevas o simples ilusiones. No hubiera escapado de su casa por primera vez, no hubiera jugado en la nieve. No hubiera aprendido malas palabras. No hubiera conocido otras realidades.
Si ese extraño no hubiera llegado a su vida, seguiría siendo el perfecto adolescente bailarín, todos los días, sin descanso alguno, para alumnos y maestros. Si Louis no hubiera llegado, seguiría entrenando hasta caer sobre sus rodillas perdiendo la capacidad de respirar en los ensayos; seguiría permitiendo que abusen de él. Y a pesar de no haberse librado de todo aquello que le pesaba, ahora alguien aliviaba esa carga.
Esta sensación es abrumadora.- pensó en sus adentros.- Siento que algo va a explotar dentro de mí en cualquier momento.
Harry sacudió su cabeza esperando que así su mente dejara de trabajar en pensamientos con tanta carga emocional desconocida para él.
Se dirigió a su mesa de noche. Debía guardar aquella cajita en su morral antes que Niall volviera de la cocina.
No es que no quisiera que se entere que ayer compró un regalo para Louis con sus ahorros del mes, tampoco es que no quisiera que su mejor amigo sepa que se demoró horas en encontrar algo que pudiera sacar una sonrisa en Louis. No es que para el cumpleaños de su rubio amigo le dio un vale para pizza porque no es bueno haciendo regalos; y por eso, tal vez, no quería que sepa que por alguna razón necesitaba hasta el mejor mínimo detalle para un alumno nuevo que conocía hace aproximadamente dos meses.
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The Royal Academy || Larry Stylinson
FanficLondres, 1978. Harry Styles nació con un particular talento para la danza. Bajo el nombre de la prestigiosa Royal Academy es reconocido como la revelación en el ballet del Reino Unido. Louis Tomlinson es un artista innato con un oscuro secreto. Acep...