Papi Kook 「Adap.」(Jikook)

019

Park Yeonjun era muy conocido en su colegio por ser alguien tímido pero a la vez muy risueño y juguetón. La mayoría de las veces era cómplice de todas las bromas que los alumnos (entre ellos su novio) le hacían a los maestros sólo para divertirse un rato.

Es por eso que ahora al verlo serio, no serio más bien callado y pensativo, hizo preocupar a sus amigos y obviamente a Soobin. Ni siquiera le hizo caso cuando le dijo que su padre por poco le arranca la piel al ver su enorme tatuaje que cubría todo su brazo.

—Yeon.— habló el mayor. —¿Por qué estás tan callado?.— el nombrado no contestó y Bin frunció levemente el ceño, se acerco más a su pareja y lo abrazo de un brazo mientras empezaba a hacer caras tiernas. —Dime, qué  tienes, qué hice para que no le hablaras.

Yeonjun negó con la cabeza volteando hacia el mayor.

—No hiciste nada.

—¿Entonces por qué no me hablas?.

—Ya te dije que no tengo nada.

—Ay.— Soobin hizo un puchero tierno. —¿Es por qué no pude llevarte al concierto de Monsta X?, pero eso fue porque mi papá me bajo la mesada gracias al tatuaje, en si no todo fue mi culpa, ¿O por qué Lisa me envió fotos atrevidas?.

Yeonjun abrió los ojos sorprendido ahora si poniendo más atención.

—¡¿Qué Lisa qué?!.

—A verdad, te la creíste. Sólo lo dije para que me pusieras atención. Yo ni tengo su número, guacala.

El menor rodó los ojos mientras suspiraba y soltaba un "ash" al final.

—No tengo nada, ya te dije que solo me levante sin ánimos.— acarició los cabellos de su novio y de inmediato sintió que este se levantaba de su asiento en la mesa del comedor.

—Ya se que te hará tener ánimos.— el mayor de los dos se retiró dirigiéndose donde la cafetería estaba, pidió varias cosas y después de tener todo en una bandeja volvió a con su novio. —Mira, son palitos de queso, tus favoritos. También leche de plátano y halls negras, las podemos usar en la noche mi papá no va a estar.

Yeonjun soltó una carcajada ante lo último, su novio era un pervertido en los peores momentos.

—Cochino.— habló finalmente el menor, ya estaba mejor, más que en la mañana si.

Soobin sonrió sin mostrar sus dientes para seguido tomar las manos de su novio y acariciarlas con sus pulgares.

—Yeonjun, sabes que si hay algo que te preocupa puedes decirme, yo siempre voy a apoyarte y estaré a tu lado, nunca lo olvides.

—Lo sé....pero ¿recuerdas a Jungkook?.— Soobin asintió, también recuerda a ese pequeño de cinco años llorando casi a diario porque su "papi Kook" no volvía a casa. —Hace unos días nos encontramos junto a papá y Beomgyu. Él llegó tan normal, como si nada hubiera pasado, y eso en cierto punto también me lastimó porque no era lo que esperaba. O sea, se va por doce años y lo único que hace es decir "por Dios los recuerdo como una bolita de ternura".

El mayor asintió entendiendo la situación, abrazó a su novio por los hombros y besó finalmente sus cabellos.

—¿No has escuchado a mi poderosísimo profeta decir "ya lo pasado, pasado, no me interesa, ya lo viví y lloré, ya todo quedó en el ayer"?. Pues has eso, trata a Jungkook como si no lo conocieras y si después de tiempo se da la ocasión de tratarlo como antes, pues que se dé, tú no te preocupes mejor preocúpate de como vamos a criar a nuestros hijos.

—¡Ay Soobin madura!.

Los dos rieron para finalizar abrieron todos los palitos de queso y las leches. Que aunque no era una buena combinación a ellos les gustaba mientras estuvieran juntos.

—Quiero que el cartel quede más arriba.— ordenó Jungkook mientras se paraba más alejado que los demás. Se supone que estaba promocionando su nuevo libro y programas de televisión lo contactaron para grabar el proceso de como es la vida de un escritor.

Pero Jungkook fingía, obvio que lo hacía, no solamente él porque también estaban los cantantes, actores y demás. Así que no era mucho de su interés.

Finalmente el cartel quedó como el quiso y después de varios minutos hablando con la cámara se despidió y terminó de grabar, a sus cuarenta y dos era una persona famosa, más de lo que fue en su juventud.

Aburrido se encaminó a una cafetería para pasar el rato, no había nada que hacer y sabía que los hombres con los que se divertía estaban ocupados, así que su única opción fue tal vez iniciar un nuevo libro que, aunque no publicaría, fuera de su agrado.

Entró al lugar haciendo sonar la campanilla y antes de sentarse en una mesa divisó a Yeonjun haciendo fila en la caja. Sonrió triste y se acercó lentamente para no asustarlo tapando sus ojos.

—¿Quién soy?.— preguntó divertido pero la respuesta no era la que esperó.

—¿Es de nacimiento o jugar de alguna manera con las personas ya es tu fuerte?.— Jungkook quitó sus manos lentamente y vio a Yeonjun voltearse hacia el. —¿Qué haces aquí?.

Jeon mostró una mueca extraña, obviamente ya no era lo mismo a cuando era un niño.

—Vine a pasar el rato y te vi. ¿Saliste el colegio?.

—Sí.

—Bien, te invito a comer, a puesto que no has comido.

—Bueno, yo aposté todos mis ahorros a que mi hermano estaba haciendo el drama de su vida y me equivoqué, también tú.

Jungkook suspiró.

—Vamos Yeonjun, sé que cometí un error contigo, déjame compensarlo, ¿qué puedo hacer para que me perdones?.

El menor relamió sus labios, tenía que aprovechar la situación y decirle todas sus verdades a Jungkook, que era un mentiroso que sólo jugó con sus sentimientos, que era una persona que no debía tener una milésima oportunidad para arreglar las cosas. Porque Yeonjun sabía todos los errores que su padre cometió en el pasado, escondiéndolo a él y a su hermano, no reprendiendo a Beomgyu cuando era un grosero.

¿Pero qué culpa tiene un niño de cinco años que sólo lo quería?.

—Dime porque te fuiste.— contestó finalmente y Jungkook trago duro.

No sabía porque lo había hecho, tal vez miedo, inseguridad, o porque sentía que gracias a él una familia se rompió.

Buenas, querid@s gatitos (así es les cambie el nombre de esttellitas a gatitos porque me gustan) espero estén teniendo un lindo fin de semana♡