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Jungkook abrió la puerta de la casa, puso la clave y después metió la llave. Sabía que Jimin era un exagerado, y lo entendía si él hubiera sido un padre soltero por cinco años, hubiera hecho lo mismo.

Dejó las llaves en la mesita principal y después su mochila donde llevaba su computadora y unos documentos de la editorial. Suspiró, había estado desanimado todo el día por lo que habló con sus amigos.

Y es que nadie le quitaba la idea de que Beomgyu lo odiara y que le estuviera arruinando la infancia al pobre niño.

Segundos después de haber entrado, y de estar checando la correspondencia que a pesar que no era suya Jimin le agradecía que lo hiciera, unos pasos claros se escucharon acercarse a él para finalmente divisar a Jimin sonriente, ya con pijama puesta.

—Hoy tardaste, ¿cómo estás?, ¿todo bien en el trabajo?.— le escuchó hablar, aún tenía una expresión desanimada, sus ojos se veía cansados y tal vez sólo tal vez su cuerpo estaba tenso.

No se había sentido así desde que su perro había muerto, tan deprimido como para ni siquiera sonreír.

—Jimin.— susurró. —Tenemos que hablar.

Jimin se tenso y si antes sonreía ahora no demostraba nada más que preocupación.

—¿Ocurre algo? ¿te sientes bien? ¿te duele algo?.

Jungkook negó mientras se acercaba, hizo que los dos se sentaran en el mueble de la sala y volteo hacia él para estar frente a frente. Lo observó por varios segundos.

Y no, él no podía simplemente dejarlos a un lado, ni siquiera a Beomgyu, aunque el niño lo haya despreciado muchas veces y hecho sentir mal él se había encariñado con todos. Con sus juegos los fines de semana, sus salidas a varios parques de diversiones y a sus noches de películas.

Pero también tenía que saber cómo es que Jimin se sentía. Y que haría al respecto sobre Beomgyu y su mal comportamiento, porque no tenía nada en contra del niño, pero no estaba correcto que fuera así con cualquier desconocido. Aunque Jungkook no era un desconocido, ya llevaban varios meses conviviendo como para que fuera así.

—¿Quieres empezar?.— Jungkook asintió y pasó las palmas de sus manos por sus pantalones. Trago duro y aunque no fuera verdad sintió gotas de sudor pasar por su frente.

—¿No crees que apresuramos esto?.— preguntó, sin rodeos.

—¿Qué?.

—Si, bueno, no llevo ni seis meses de conocer a los niños y ya vivimos juntos, tu armario ya tiene ropa mía así como tu tocador con mis cosas personales. Hay fotos nuestras en todos lados, incluso tengo llaves de tu casa y tú tienes llaves de la mía. No crees.... ¿qué todo fue rápido?.

Escuchó suspirar al mayor y lo vio pasar sus manos por su cabello, obviamente frustrado.

—¿Es por Beomgyu?.

Jeon abrió suavemente más sus ojos y se alejó solo un poco del mayor.

—Yo no-

—Lo sé, cariño lo sé. Mi hijo a estado comportándose como un maleducado, y que te ha hecho sentir mal.— Jimin se acercó al mayor y con sus dos manos tomó el rostro del contrario para finalizar juntando sus frentes. —Pero por favor, no me dejes, no lo hagas. Hablaré con Beomgyu muy seriamente, le daré un castigo y lo haré entender.

—No quiero que le hagas nada, no quiero ocasionar más problemas. ¿Pero no has pensado que gracias a mí Beomgyu se comporta así?, si yo no hubiera llegado simplemente estarían bien.

Papi Kook 「Adap.」(Jikook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora