022

10K 1K 160
                                    

Jimin despertó algo desconcertado, no, ése no era su colchón, éste era más suave y juraba que más grande. Abrió los ojos lentamente acostumbrándose a la luz que el bosque blanquecino calaba en sus ojos.

La habitación exageradamente enorme, con toques hogareños le hizo afirmar que no estaba en su casa, y la persona acostada a un lado suyo le hizo asustar dando un brinquito. Suspiró aliviado al ver la ancha espalda de Jungkook.

Finalmente sonrió, mientras recordaba lo ocurrido toda la noche. Porque todo ese tiempo sin verse debían de reconciliarlo de alguna manera, y fue amándose.

Jimin acarició la espalda de Jungkook, mientras lo veía removerse hasta que el menor también se despertó abriendo los ojos y fijando su vista en el mayor quien ya le sonreía.

—Buenos días.— saludó el menor sentándose en el colchón a un lado de Jimin.

—Buenos días.— contestó y el silencio volvió. No era un silencio incómodo, bueno tal vez un poquito. Como no lo iba a ser, si después de tantos años en vez de hablar como personas civilizadas se comen las bocas y terminan teniendo sexo por toda la madrugada.

Jungkook jugaba con la orilla de la sabana blanca y Jimin se revolvía el cabello o se acariciaba los brazos sin saber que decir.

—¿Quieres.....desayunar?.— comenzó, por fin el menor.

—Sí....eso sería bueno.

Los dos de inmediato salieron de la cama vistiéndose, Jimin lo único que pudo hacer fue ponerse su pantalón de vestir del día pasado y en cambio Jungkook solo se colocó una bata color blanca de seda.

—¿Quieres encargar algo?.

Jimin negó.

—¿No sería cruel hacer al repartidor tardar cuatro horas en entregar un solo pedido?.

Jungkook asintió dándole la razón así que mejor se encaminó y comenzó a revisar que era lo que podía hacer de desayunar.

Se sentía como en los viejos tiempos porque mientras Jungkook preparaba todo Jimin solo se sentaba a observarlo sentando en uno de esos bancos largos de la barra americana.

—Jungkook.— llamó Jimin y el nombrado volteó con las cejas levemente levantadas esperando más. —Nunca deje de amarte ¿lo sabes?.

Al menor se le tiñeron las mejillas de rojo, sus ojos brillaron y sonrió no tan grande pero si para demostrar que sentía lo mismo.

—Tampoco yo te dejé de amar.

Se acercó al mayor y se sentó en sus piernas para besarlo lentamente.

Beomgyu observaba todo tan detalladamente, el como Taehyun jugaba basquetbol, las gotas de sudor bajar lentamente por su rostro mientras jadeaba por los movimientos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Beomgyu observaba todo tan detalladamente, el como Taehyun jugaba basquetbol, las gotas de sudor bajar lentamente por su rostro mientras jadeaba por los movimientos.

Papi Kook 「Adap.」(Jikook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora