━━ ⦗ hurricane! ⦘
❝ he vivido lo suficiente
para saber que un amor
como este solo se
encuentra una vez en la
vida. ❞
███████████ 𝙚𝙣 𝙙𝙤𝙣𝙙𝙚
la vida de mariana ha...
━━━━━━━━━━━━ CAPÍTULO OCHO ¿ESO ES LOCO? ━━━━━━━━━━━━
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
AUNQUE EL RESTO DEL DÍA NO salió tan bien como lo había planeado, Mariana estaba feliz de haberlo pasado junto a un chico amable y su hermano psicótico. La chica estuvo sorprendida al escuchar que el ojo de vidrio con el que Número Cinco estaba tan obsesionado todavía no había sido fabricado. Pero al mismo tiempo ni le importó, cosas raras habían estado pasando en su vida últimamente y esta era una cosa más para agregar a la lista. La chica de cabello azabache sacó a los hermanos Hargreeves del edificio, animándolos a ir a comprar el helado que tanto deseaba Klaus. Y mientras los dos hermanos hablaban, Mariana se encontraba pensando en qué hacer: podía llamar a su padre y pedirle que la fuera a recoger o podía ir con Spencer a pasar la noche con él en su casa. La última opción significaba que debía interrogar al chico sobre su paradero durante ese día, admitiendo así que lo había visto en esa tienda... Ambas opciones la hacían sentir nerviosa.
—¿Algo anda mal?—Cinco preguntó al notar lo nerviosa que se veía.
—Tengo que irme a casa pronto.—ella respondió soltando un pequeño suspiro. Un ceño fruncido surcó los labios del chico cuando se dio cuenta de que ella tenía razón. Ese día no podía durar para siempre, todo había comenzado a parecer una aventura en ves de una responsabilidad. Tendría que llegar a su fin eventualmente y luego, ¿qué haría? ¿fingir que ya no conocía a Mariana?
Número Cinco ya la había incluido en cosas que no necesitaba saber, y sería arriesgado que ella continuara a su lado. Sin embargo, le dolía que no se quedara con él para siempre, incluso si ese para siempre eran unos pocos días.
—Oh.—la expresión en la cara de Cinco cambió.—Pero, ¿no podrías quedarte un poquito más?
—No te molestes.—Klaus gimió mientras tropezaba para llegar hacia ellos.—Ella necesita irse a su casa en algún momento, Cinco. Además, si estás buscando compañía, para eso estoy yo.
—No estás aquí para ser mi compañía.—el chico lo fulminó con la mirada.—Estás aquí por veinte dólares que te ofrecí y que ciertamente no recibirás. Eres inútil.
—Eso es irrespetuoso.—Klaus lo regañó, señalándolo con el dedo.—No mientas sobre el asunto de "no estoy solo", porque todos sabemos que tuvo que ser difícil vivir solo durante cuarenta años. Solo estás actuando así porque——
—No estaba solo.—los ojos del chico ya no estaban enfocados en Klaus; su voz se volvió más suave y su mirada bajó hacia sus pies. Mariana estaba confundida por sus repentinos cambios de emociones y por el dolor que sentía en el pecho.—Su nombre... su nombre era Delores.
Fue una sensación extraña la que sintió: era una mezcla de celos y comprensión. Mariana no quería mostrarse molesta por sus palabras, peor al mismo tiempo, era increíblemente difícil no expresar el descontento de su corazón. Obviamente Cinco tuvo a alguien que lo ayudara a sobrevivir todas esas noches en el apocalipsis. ¿De qué otra manera lo habría logrado?