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Se hace de noche y Mew está haciendo vigía fuera de la habitación del sr. Sandman quién a cada 20 segundos tocaba en la puerta divertidamente.

-Vete a dormir.- Se queja el gordito.

-¿Estás bien estando parado ahí?

-Sí. Ahora ve a dormir.

-Yo me voy a dormir cuando yo quiera. Además,- Gulf sonríe coqueto contra la puerta. -quiero probar tu paciencia.

-¿Qué?

Gulf se pone de cuclillas ahora asomando un lápiz con punta para hincar los pies del gordito.

-¡Ay, estúpido! ¡Ay!- Mew se despega por completo de la puerta escuchando las risas traviesas del inmortal. -¿Sabes qué? Eres inmortal. No necesitas vigía alguna. Jodéte.

Mew ya comenzaba a irse pero el contrario abrió la puerta con un: «¡Espera!» que detuvo al gordito en sus primeros dos pasos. Sin darse la vuelta. El inmortal solloza. Tiene los ojos cristalizados por alguna razón. Sus labios tiemblan mientras mira del suelo al gordito. Sus sollozos siendo cada vez más altos.

-Por favor...- El inmortal comienza. El gordito alza la mirada con los ojos muy en grande al recordar algo muy importante:

FLASHBACK (Cuando eran niños y los padres del sr. Sandman murieron en sus nueve años):

-¡Mew, por favor, sal a jugar conmigo!- El niño grita tras la puerta de la casa del regordete. -¡Mew!- El niño llora golpeando en la puerta con un trajecito negro.

El gordito lloraba sentado contra la puerta abrazando sus rodillas con un brazo mientras cubría su boquita para que sus sollozos no fuesen escuchados.

El niño de afuera pateo la puerta con enojo. Llorando con más fuerzas. Cayó de rodillas llorando fuertemente.

-No me dejes... Mew...- El niño de nueve años llora golpeando en la puerta mientras reposa su rostro contra la misma. Llora tanto que su rostro se estruja tan sólo queriendo llorar.

-Señor...- Mew escucha la voz del pequeño Bright también que al parecer había ido a buscar a Gulf. —Por favor, no vuelva a escapar del castillo. Debemos irnos.

—¡Quiero a mi amigo! Quiero a mi amigo.— Gulf llora incluso si Bright trata de alzarlo del suelo. Bright se alza en sus zapatitos de tacón para tocar en la puerta. Toca una vez. Luego dos. En la tercera con más fuerzas, espantando al Mew lloroso quién se limpia las lágrimas con miedo a ser descubierto. El srto. Sandman mira atento.

—Bueno, si él no quiere ser tu amigo,— Bright se pone de cuclillas frente al lloroso Gulf. —yo lo seré, mi señor.

—Sólo me cuidas.

—Eso hacen los amigos.

Bright dice con una sonrisa de labios gentil ofreciéndole una mano al pequeño Gulf quién la toma suavemente aligerando su lloroso rostro.

—Ya, ya.— Bright le limpia las lágrimas con una mano. —Arriba. Vayamos a por helado y a jugar.

—...De acuerdo.

Gulf asiente. Bright se lo lleva consigo.

Fin del flashback.

—A ti también te odio, sirviente.— Mew murmura con una sonrisa triste recordando por qué odiaba a Bright si Bright nada le había hecho. Era porque pudo hacer lo que él no pudo: consolar a su amigo.

Sr. Sandman & Sr. Hater | MewGulf & BrightwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora