Violet su amnesia y el prisionero de algo llamado Azkaban.

8. Los Fraser y la Saeta de Fuego

(CORA)

-Ya te dije que no te metas en problemas Cora- Calem como siempre cargaba varios de mis pesados libros mientras me acompañaba a la biblioteca.

-Y yo ya te dije que no hay ningun problema... Sólo... Me gustan los misterios- Me tropecé un poco y casi consegui que se me cayeran los pergaminos que llevaba amontonados sobre otros libros.

-¿Otra vez cerebrito?- dijo Fred llegando de algún lado y quitandome algunos pergaminos y libros.

-Ya sabes que Cora se alimenta más de libros que de comida- dijo George quitandome otros tantos más.

-Solo es parte de mi investigación- gracias al peso fuera pude caminar con más cuidado.

-Cora insiste en que la nueva... la que tiene nombre de planta- Calem como siempre tan despistado no me había prestado atención.

-¿Violet?- pregunto George.

-¡Si! Ella, Cora insiste en que ella es una especie de animal misterioso y raro y la piensa disecar para colgar en su pared- Calem hizo un exagerado gesto de miedo y después me sonrió.

-Violet no es para nada extraña- contestó Fred -sólo es un poco callada y enfermiza, se pasa la mitad de su tiempo libre en la enfermería.

-Por favor- dijo Calem en forma de súplica -no le den más datos a Cora.

-Y anota eso también- le dicte a la pluma flotando que había aparecido frente a mi, la pluma se movió para escribir en un cuaderno que también flotaba - Ya te lo dije Calem y se los digo a ustedes también rojos, Violet Moon tiene algo extraño y es mi deber averiguarlo.

Los gemelos jugaban con algunos de los pergaminos y fingian leerlos mientras los sostenían al revés.

-Concordamos contigo señorita Fraser- dijo Fred fingiendo analizar la información -la indefensa Violet Moon debe ser parecida a una quimera, en cualquier momento podría salirle otra cabeza- George asentía como si lo que hubiera dicho Fred fuera lo más lógico del mundo.

Dentro de la biblioteca dejaron todos mis libros y pergaminos sobre una mesa y se despidieron para después salir.

Me pasé un par de horas en la biblioteca, la salida a Hogsmeade me había dejado más intrigada, el ave negra que había salvado a Harry Potter durante el anterior partido de quidditch se la había pasado siguiendo a Violet durante toda su escapada al pueblo.

Durante la cena me sente en la mesa de forma que pudiera observalos, ninguno hablaba y eso era peculiar. -Violet parece perdida entre esos tres- murmure para mí. Harry Potter era otro sujeto de interés pero su misterio no era tan complicado como el de Moon. Ella realmente era un reto.

Terminando la cena decidí dejar la investigación al menos por ese día, mejor analizaria la información obtenida de camino a la torre de Ravenclaw.

Recordaba la primera vez que había visto a Violet: estaba de camino a la enfermería cuando escuché un grito desgarrador, me apresure a llegar y ella estaba tirada en el piso retorciendose como si sufriera algo insoportable y no se calmo hasta que la señora Pomfrey le dio algo. En ese momento y al saber que no tenía un nombre fue cuando Violet Moon se convirtió en mi sujeto de investigación.

(VIOLET)

Cuando subimos despues de la cena a la sala común esta estaba atestada de gente. Fred y George, en un arrebato de alegría motivado por las inminentes vacaciones de Navidad, habían lanzado media docena de bombas fétidas.

Harry se fue a hurtadillas hasta su dormitorio. Yo decidí quedarme un momento en la sala común.

George se acercaba con una sonrisa hacía donde me había sentado, un cojin cerca de la chimenea.