Violet su amnesia y el prisionero de algo llamado Azkaban.

14. El perro negro

( CORA)

Aquella escena probablemente nunca saldría de mi mente. Despues de que Ajenjo volviera y me informará había decidido irme para no presenciar aquello pero lo había hecho demasiado tarde y ahora ver morir al hipogrifo me hizo temblar y casi caer.

-Todo esta bien...- me dije en un susurro tratando de respirar con tranquilidad.

Ajenjo me miraba desde una roca y su pequeño chillido llamo mi atención. Al mirarla movió su pequeña cabecita como pidiendo que la siguiera y eso hice. Nos movimos por entre algunos arbustos y arboles. Seguramente ya estaba llena de hojas y ramitas. Y cuando ya estuvimos un poco entre la profundidad de un pequeño grupo de árboles Ajenjo subió a mi hombro y de entre unas ramitas apareció Crookshanks el gato extraño de Hermione.

-¿Él esta aquí...?- lentamente saque mi varita y retrocedi unos cuantos pasos, la oscuridad ya era muy intensa y no veía muy bien pero claramente escuche el crujido de unas ramas caídas al ser pisadas por algo grande.

De entre unos arbustos cercanos y casi invisible en la oscuridad el enorme perro negro y grande que también había estado investigando apareció. Apunte mi varita hacía el y el avanzó enseñando un poco los dientes. Era aún mas grande de cerca.

-Lumos- susurre y la punta de la varita se iluminó permitiendo que viera los ojos de el animal y no me pareció extraño saber que eran casi humanos. - Yo sé que tu no fuiste... Nox- la varita se apagó y otra vez el perro desaparecio en la oscuridad y solo pude sentir como me rozaba cuando paso a mi lado seguido por el gato.

-¿Debemos ayudarlo?- pregunte a Ajenjo y aunque no me respondío yo sabía que sí. -Calem me matara si se entera...

Minutos más tarde ya me encontraba en camino hacía el Sauce boxeador.

(VIOLET)

-¿Qué te ocurre, tonta? Quédate quieta... ¡AY! ¡Me ha mordido!- decía Ron deteniendo nuestro avance hacía el castillo.

-¡Ron, cállate!- susurró Hermione -Fudge se presentará aquí dentro de un minuto...

Pero Scabbers estaba aterrorizada. Se retorcía con todas sus fuerzas, intentando soltarse de Ron.

-¿Qué le ocurre?- pregunto Harry.

A mi lado pude ver a Crookshanks acercándose sigilosamente, arrastrándose y con los grandes ojos amarillos destellando pavorosamente en la oscuridad.

-¡Crookshanks!- gimió Hermione -¡No, vete, Crookshanks! ¡Vete!

-Scabbers... ¡NO!- La rata escapó por entre los dedos de Ron, se echó al suelo y huyó a toda prisa. De un salto, Crookshanks se lanzó tras el roedor; y antes de que pudiéramos detenerlo, Ron se salió de la capa y se internó en la oscuridad.

-¡Ron, detente!- le dije pero no hizo caso.

No nos quedo de otra más que seguirlo a toda prisa. Oiamos delante de nosotros el ruido de sus pasos y los gritos que dirigía a Crookshanks.

Escuchamos un golpe seco -¡Te he atrapado! Vete, gato asqueroso.

Harry y Hermione casi chocaron contra Ron. Estaba tendido en el suelo. Scabbers había vuelto a su bolsillo y Ron sujetaba con ambas manos el tembloroso bulto.

-Vamos, Ron, volvamos a cubrirnos- dijo Hermione jadeando -Dumbledore y el ministro saldrán dentro de un minuto.

Pero antes de que pudiera volver a taparnos con la capa escuche los pasos de unas patas gigantes. Algo se acercaba a nosotros en la oscuridad, un enorme perro negro de ojos claros.