The Window

¿un cambio?

Nos quedamos en silencio y seguimos limpiando, después de casi tres horas terminamos, la bodega no se parecia nada a lo que era antes. El profesor quedara tan impresionado que no volvera a castigarnos con algo igual.

Me puse la mochila y salí de la escuela. Collin venía atrás de mí, lo sabía por el sonido de sus pasos sobre el cesped.

- Luna.

- Me detuve y sin voltear por completo lo miré-. ¿Si?

- aamm -humedecio sus labios-. ¿Podría llevarte a tu casa?

¿Estaba pidiendome permiso para hacer algo lindo por mi? Como si fuera a negarme.

- Sí. Gracias.

Caminamos hacia su auto y se adelanto a abrirme la puerta, me subí y dio la vuelta para poder entrar él. Encendió el motor y lo puso en marcha.

-Quería disculparme por ser un tonto.

- ¿Por qué serías un tonto?

- Por no darme cuenta de que ya nos conocíamos, Luca tiene razón al recordarmelo cada que puede.

- No te preocupes, acepto tu disculpa.

Sonrio y regreso la vista al frente, el camino se hizo corto y sin más ya habíamos llegado a mi casa, se estacionó y bajamos. Busqué mis llaves en la mochila acercandome a la puerta.

- Tengo una duda - dijo recargandoce en la pared -. Tú... ¿Sientes algo por Luca? Bueno, algo más que sólo amistad, porque puedes tener a los amigos que quieras pero ¿podrias sentir algo más?

Collin ¿celoso? O porqué tanto interes en saber sobre mis sentimientos.

- No podría contestarte eso, me agrada, creo que es una gran persona pero no se exactamente que es lo que siento por él, todavía no lo puedo llamar "amigo".

- Sí, creo que hay que conocer mejor a las personas.

- Yo tengo una duda.

-¿Cuál?

- ¿Y tu novia? ¿No tendrías que estar con ella?

- Kylie y yo terminamos anoche, al parecer no somos muy compatibles

Eso si que era una gran noticia, al fin esta soltero. Es por eso que vi a Kylie tan enojada en la escuela. Podría ser mi oportunidad de decirle lo que siento, pero tengo que esperar un poco más.

- Lo siento mucho. Yo ya tengo que entrar.

Señale el cerrojo de la puerta y esta se abrió, me quede algo confundida pero para evitar que él lo notara seguí hablando.

- Que tengas un buen día Collin.

- Espera ¿Cómo hiciste eso?

- ¿Hacer qué? - trataba de disimular.

- Eso, abrir la puerta sin siquiera tocarla.

- ¿De verdad? No me di cuenta, tal vez estaba abierta y con el aire... tu entiendes ¿no?

- Sí -confundido.

- Me voy.

Me acerqué para abrazarlo y el intentó besar mi mejilla, cambiamos de posición y termino pareciendo un baile ridículo. Sonreí y sólo le hice un "adiós" con la mano, él me lo respondió y entré a casa. Me recargué un momento en la puerta respirando profundo continuamente y dejé que todo lo de hace unos minutos se esfumara de mi mente. Intenté subir las escaleras pero mi madre me detuvo.

- No te escuché llegar.

- Acabo de hacerlo.

- ¿Vas a comer?

- No tengo...

- VAS a comer, te espero en quince minutos en el comedor, ve a dejar tu mochila y saluda a tu padre.

- ¿En dónde está?

- En el jardín - dijo entrando de nuevo a la cocina.

Subí a mi habitación y arrojé la mochila sobre la cama, abrí la ventana dejando que el aire ventilara cada espacio. Bajé al jardín y lo primero que vi fue un gran lugar lleno de rosas rojas y rosas.

- Wow ¿Qué es esto?

- El nuevo rincón ecológico que tanto queria tu madre, es lindo ¿No crees?

- Mucho -le di un beso y mire las rosas una vez más.

- ¿Qué tal la escuela?

- Excelente - mentí.

- Me alegro. Muero de hambre, y es mejor que entremos o tu madre se enojara.

La mesa estaba muy bien ordenada y eso no era común en mi casa, de hecho la mayoria de las veces cada quien comía por su lado. Jamás teníamos un horario. Comenzamos a comer y nadie mencionaba nada, eso lo hacía aún más raro.

- Victoria -dijo mi padre-. Tenemos algo que decirte.

- ¿Tendrán otro hijo?

- ¡VICTORIA NO! - grito mi madre poniendoce una mano sobre el pecho-. Tenemos que hacer un viaje, a otra ciudad.

- Claro, no se preocupen por mi estaré bien.

- No, esque TODOS iremos.

- ¿Todos? ¿Tú, mamá y yo?

- Sí, en realidad iremos a ver una casa que estamos pensando comprar, para vivir en ella.

- ¿Qué? Es una broma, no podemos irnos. Toda mi vida ha sido aquí.

- Lo sabemos pero nuestros empleos necesitan un cambio y nuestras vidas también

- ¡No! ¡Yo no me voy a ir!

Me retire de la mesa y subí corriendo a mi habitación, puse seguro a la puerta y me recoste en el sofa dejando que los rayos del sol que entraban por la ventana cubrieran mi cuerpo.
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