shy ; lipsoul

3

—¿Te gusta la música? Traje mis audífonos para que podamos escuchar algo.— Le pregunté y como de costumbre no me contestó, pero con el pasar del tiempo fui capaz de reconocer sus formas de comunicarse; como cuando me miraba fijamente sin ninguna expresión que significaba sí, cuando fruncía levemente su ceño que demostraba que algo no le gustaba para nada, cuando jugaba con sus dedos que mostraba que estaba nerviosa o pensando y cuando inclinaba un poco su cabeza que era cuando estaba confundida.

Una vez que empezamos, sentí ese momento más especial, más íntimo; sólo nosotras dos sobre el césped escuchando canciones que nos gustaban a través de los mismos audífonos. Parecía el tipo de manera en la que ella podría comunicarse y no era un secreto que el llegar a conocerla más era algo que me emocionaba.

—¿Por qué sigues viniendo conmigo?— Me preguntó después de un tiempo y sentí que me caería al suelo cuando escuché su atractiva voz.

—Me gustas, me interesa conocerte mejor.— Le dije con una sonrisa convencida aunque no pareció tomarme en serio, sólo se rió de mí.

—Al fin te ríes.— Exclamé contenta, pero no me contestó. Seguimos escuchando música hasta que el timbre volvió a avisarnos la hora para que nos fuéramos juntas, lo cual se había vuelto una costumbre.

•••

—¿Podría sentarme aquí?— Me preguntó una sonriente pelimorada que no recordaba haber visto pero me pareció agradable.

—Por supuesto.— Se sentó y acomodó sus cosas junto a mí.

—Choi Yerim, me cambié de sección, en realidad iba en el B pero el A parecía más interesante.— Me habló desenvuelta.

—Kim Jungeun, no te arrepentirás.— Respondí presentándome, parecía ser bastante agradable y sentía que su brillante sonrisa iluminaba todo mi rostro.

—¿Y de qué escuela vienes?— Pregunté curiosa.

—La verdad es que soy de otro estado, soy del sur, y ya había venido a esta escuela pero nos mudamos varias veces por el trabajo de mi papá. Finalmente volvimos y espero que podamos quedarnos esta vez.— Explicó mientras soltaba un suspiro de resignación.

—Vamos, debe ser divertido. Cuéntame más— Le dije animándola, lo cual hizo que volviera a aparecer su sonrisa y empezara a contarme felizmente.

Al otro extremo del salón, una tímida chica observaba extrañada como sus dos compañeras empezaban a llevarse bien.

.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•