And I will always think about you - Gorillaz y Tu | Morgan Del Monico

Cap 20: Aeropuerto

28 • 02 • 2020

— Viajar es realmente estresante y más si son distancias así de largas... ¿Y si mejor se queda un rato más? — El pelo azul lo sigo.

«No quiero que te vallas.»
Se decía.
«Quédate por favor, te lo pido.»

—No, debes de entender que ellos ya se van — el seguía caminando hacia al estudio. — Murdoc... — tomo su hombro y lo volteó.

Le miro con una cara de enojo y fastidio — Cállate, ya la tuviste aquí enfermo degenerado — reclamo algo fuerte, pero sin llegar a gritarle.

— Perdón... — en más alto bajo la mirada. — Oye — alzo un poco la cabeza para ver a ese hombre de rara tez verde — Perdón, solo... Estoy estresado... No puedo creer que ese video de Doja nos haya bajado a "Desolé" del top de YouTube... — Respiro pesado y sacó un cigarro. — Me iré a dormir en un rato... — agarro la caja de cigarros — Será mejor que tu igual lo hagas.

— Está bien — dijo algo desanimo. — Gracias — se fue.

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Durante la madrugada del siguiente día, ambos mexicanos al llegar estuvieron colocando sus últimas cosas en las maletas después de darse un baño. Tomaron sus pasaportes y abandonaron el lugar. La chica con toda la melancolía del mundo dejó atrás el hotel, mientras que su primo se sentía el hombre más feliz, pues ya era volver a esa tierra que tanto amaba. No puede seguir viviendo sin tortillas.

Ella miraba la ventana y como ella tan dramática que es, se imagino toda una película en su mente, al igual que ya tenia soundtrack. En cambio su prima ya podía percibir el aroma del café de olla y de unas quesadillas (con queso).

Cuando llegaron al aeropuerto, la
Banda estaba ahí esperando. 2-D con gran melancolía, Noodle al igual que Russ estaban bien, sabían que la habían pasado genial.

Murdoc estaba angustiado, pues aún eran su responsabilidad, si algo le pasaba al avión, todo se iría contra la Banda, o mejor dicho; contra el. El cuando los vio entrar, una paz vino a el con una sonrisa, pues Hugo portabas botas que le había regalado por su cumpleaños.

El señor Hewlett no asistió pues tenía demasiado trabajo que hacer, al igual que el señor Albarn, pues habían estado muy atareados y sin tener grandes avances, por lo cual ningubl de sus hijos pudo asistir.

— Hola, buenos días — dijo la chica quien saludo a la Banda. — Buenos días — dijeron cada uno al mismo tiempo, pero no al unísono.

— Vamos — Murdz habló — Tenemos que checar todo lo demás... — dijo y fueron a las oficinas donde verían los pasaportes.

El resto de la Banda los acompañó, pues a pesar de que su magnífico disfraz de un cubrebocas y ropa negra, no conseguirán huir de prensa que siempre está en lugares tan transitados por los paparazzis,

Hicieron una serie de revisión a sus maletas, documéntenos, etc.

— Por favor de entregarme pasaporte y visa — dijo la chica que estaba ahí. La chica lo entregó y lo pasó por el código.

ERROR
Ella lo volvió a pasar.
ERROR

— Disculpe un momento — ella miró el sistema y el pasaporte. — ¿Cuando fue la última vez que lo uso?

— Hace un mes — dijo la menor algo asustada.

— ¿Y no puede hacer nada para reponerlo? — dijo Murdoc maldiciendo en su interior.

— Disculpe, no puedo usarlo así, debe de cambiarlo por uno nuevo, hacer cita, agendarla, — El mayor vio a Hugo — ¿Tu también necesitas eso?

— Ehh... — Hugo ve su pasaporte ahí asustado — No — responde y se lo da a la chica, quien lo pasa por su máquina.

BUEN VIAJE HUGO ALEJANDRO

— Si me acepta el pasaporte — dijo murándolos.

— Mierda — intentó decirlo lo más bajo posible aquel hombre de tez verde. — ¿Qué hacemos ahora? — la miro.

— Ya que el pasaporte de la señorita no pasa, ella no podrá tomar el avión — Murdoc empezó a castigarse. — Pero es de Nativa de México, ¿no puede volver a donde es? — el mayor se controlaba pues no podía hacer una escena.

— Así es pero necesita el pasaporte, sin el, no pasa — le entregó los papales — pero el chico puede abordar el avión, despega en 15 minutos.

Los presentes se miraron.

— No podrás irte — dijo Hugo a su prima. — ¿Que hacemos?

— Me imagino que usted — señaló a Hugo con el pasaporte de su prima — abordará el avión, mientras que usted — vio a la joven — puede ir a las oficinas para que le agenden una cita en deportación para que tenga un permiso de quedarse hasta que tenga su pasaporte. — Los primos se miraron asombrados, pero ella le suplicaba ayuda.

— ¿Y qué hacemos con el boleto sobrante? — mencionó el señor ya calmado. — No se preocupe por eso, el boleto será pospuesto hasta nuevo aviso, con la misma clase, mientras que este asiento que ya no se usará en este vuelo, será puesto en venta. No se le contará cargo extra.

El mayor miro a sus invitados.

— Creo que ya saben que vamos hacer — dijo y ambos como niños, bajaron la cabeza.

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Hugo miraba la ventana, tenía tanta melancolía por su prima, ella no pode irse de ahí hasta nuevo aviso, pero aún así, una parte de él estaba feliz, pues saboreaba el picante de la salsa de los tacos que se iba a comer con limón y sal. Pero esa dichosa comida tendría que esperar hasta que llegara a México, con su prima a su lado.

México, puedo amarte con toda mi alma, puedo extrañarte con cada vena de mi cuerpo, pero si no regreso con ella a mi lado, no serás igual de colorido.

— Ya tenemos cita, es para el 20 de marzo — Murdoc corto la llamada que tenía con el departamento asignado. — Entonces, ¿tenemos que esperar? — dijo la nipona. — Así es — mencionó quien es el más grande de ahí — le avisaré a sus padres y con Damon junto a Jaime, esto se está saliendo de nuestras manos.

Stuart estaba triste, pero feliz, no sabía que sentir, era extraño, le dolía que no estuviera en el avión, pero al mismo tiempo, le llenaba a de alegría.

Ella se quedará, aún no se va.