And I will always think about you - Gorillaz y Tu | Morgan Del Monico

Cap 1: Limpieza

19 de diciembre de 2019

¿No les encanta que la familia se reúna todos los años para navidad? Pues a mí no, bola de hipócritas. Lo que más me gusta de estas fechas es el frío, pues siempre hacen de las mejores comidas, más que nada es la temporada de chocolate caliente y ponche, cosa que mi estómago agradece. Lo malo es que siempre me mandan a que limpie y ordene mi cuarto, lo cual no quiero hacer, pero haría lo necesario para que vean que merezco esa caja debajo del árbol envuelta en papel decorativo.

No puedo creer que después de todo lo que hice a lo largo del año, no sirviese de nada, ya que como cada maldito año, me asignan esta horrorosa tarea. El colmo es que mi cuarto siempre está ordenado, aunque ellos dicen que es gracias a Camila (la que hace la limpieza), ya que ese es su trabajo y que si por mí dependiera, todo sería un completo caos.

Simple y sencillamente en pocas palabras; lo odio.

— Aruna — gritó mi progenitora, a lo cual bajé corriendo las escaleras.

— Ya estoy aquí. — la mire, pero ella ni se importó en hacerlo.

— Me pregunta tu padre qué es lo que quieres de navidad —. Dijo mi madre aún mirando su teléfono.

— Un perfume, ya les había dicho....

— Sí, pero me está diciendo que si gustas algo más.

— Lo que gusten un libro, álbumes, películas o lo que encuentre.

Que sea lo que el señor quiera, pero que sea algo.

— ¿Ya terminaste tu cuarto? — Sentí un escalofrío.

— Aún no...

— Por favor, Aruna, no te pedimos nada más.

— Ya me iré a recogerlo. — Subí las escaleras y me encerré en mi cuarto, lo miré alrededor.

¡Esto es un mendigo desastre!

Agarré mi celular y le marqué a Hugo, el cual rápidamente contestó.

— Querido, hola, ¿cómo estás? ¿Bien? ¡Qué bueno! Necesito ayuda con mi cuarto, así que tráeme bolsas de basura, Lysol, cloro, jabón, detergente y aromatizante por favor.

Del otro lado de la bocina mi primo quería ocultar sus risas, — ¿ya empezaron a fastidiarte?

— Si, si, ya sabes cómo son ellos. — siguió con sus carcajadas que ya no pudo ocultar — ja, ja, que gracioso.

— Me sorprende que no puedas mantener limpio tu cuarto, — tomó aire. — ¿Qué querías que comprara?

— Todo el departamento de limpieza, por favor.

— Okey, estoy ahí como en una hora.

— Gracias, bye.

— Bye — colgó.

No me gusta admitir esto, pero mis padres tenían razón. A ellos no les basta con que limpie mi cuarto, ellos mandan a limpiar toda la casa por un mes y a mi me dejan a la deriva.

Me cuestiono realmente sus métodos de crianza, pues si querían que fuera más ordenada, me hubieran acostumbrado al igual que a mi primo. Ellos siempre dicen que sí lo hicieron, pero lo único que han hecho es seguir con el servicio de limpieza.

En lo que esperaba a que llegara Hugo, junto con música a todo volumen, empecé a recoger mis materiales de arte regados por todo el lugar, para ser más específica, debajo de la cama. No me pregunten cómo llegaron hasta allá, pues también desconozco la razón.