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lección trece

«Dedicado a: @GAYP0RN,   @lxuistoic,   @Pia_piota,    @RoseWhitex» 

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Si es Louis, puede que no sea tan malo no preocuparse por las cosas.

Respiré hondo.

O tal vez sí.

Empujé su pequeño cuerpo hacia la puerta cuando acababa de llegar. Necesitaba explicaciones y no dejaría que se escapara hasta que me las dé y un pequeño castigo. Su cara de confusión apareció y apretó los libros en su pecho. 

La última vez que hablé con él fue cuando le dije que venga a mi casa para recogerlos. Vi como su cara estaba desde aterrada hasta confundida y aproveché la oportunidad que tenía.

—¡¿Qué?! ¡¿Qué sucede?! —No le di tiempo de correr cuando ya lo tenía acorralado en el sillón. Los libros cayeron al suelo por la fuerza que puse sobre él.

—Ya he aguantado por mucho tiempo. He alcanzado mi límite.

—¿De qué hablas? —No trató de forzar mi agarre de sus brazos, tal vez porque se convenció a sí mismo que mi fuerza era superior a la suya. 

—Ahora dime Louis, me estás engañando ¿verdad? —Él temblequeó ante mi pregunta y mordió su labio, nervioso. Volteó la cabeza hacia un costado para evitar mi mirada, pero yo agarré su mandíbula, haciendo que me mire.— ¿Por qué ha sido tan difícil contactarte? ¿Qué pasa con tus moretones en tu brazo? ¿Y quién era la mujer que escuché la última vez que te lla-

— ¡Espera! ¡Espera! ¡Espera! —Él suspiró y empezó a buscar por sus bolsillos algo. Mi nivel de cabreo aumentaba a medida que pasaba el tiempo, y él ni siquiera se excusaba. Yo solo lo miré extrañado y me aparté un poco para que pudiera conseguir lo que quería.— ¡Toma! 

Puso en mi vista una pequeña caja, suavemente forrada con un papel de colores y un moño de adorno. Lo tomé y comencé a moverlo bruscamente para poder adivinar que había allí dentro.

—¿Qué es esto? 

—Es un regalo. 

—¿Qué? 

— Feliz cumpleaños. Aunque sea un poco tarde. —¿Había olvidado mi cumpleaños?

 Pero eso no era lo más importante.

Cuando lo abrí, un reloj de plata estaba apoyado ligeramente en gomaespuma blanca. Tenía una correa bordo vino que lo hacía ver mucho más sofisticado. En otras palabras, era precioso.
Joder, eso debe ser realmente caro, ¿cómo lo habrá conseguido?

—Esto es... —Suspiró pesadamente y apoyó su antebrazo en el sillón, para poder acomodarse mejor.

—Vi que usabas tú móvil para revisar la hora. Antes tenías un reloj, pero no lo he visto últimamente, así que pensé que se te había roto— Sonrió levemente.

¿Todo lo que hizo era por aquello? 

—Ehm... —la verdad no tenía ni idea que decir.

—Estuve trabajando a medio tiempo para ahorrar el dinero, así que no podía contestar tus llamadas, y los moretones creo que me los hice al cargar las cajas... —su cara estaba levemente sonrojada. Trataba de esconderla con su pequeña mano, pero ambos sabíamos que no podía ocultarla mucho.

—¿Y por qué me colgaste de repente la otra vez?— Mi corazón aleteó fuertemente.

—En aquella ocasión, estaba escogiendo el reloj para ti y la vendedora estaba casi gritando los precios de los objetos del local. Tenía miedo de que escuches lo que decía y que te enteraras... —Me imaginé como se ponía loco tratando de tapar el celular para que no yo no oiga y reí.