Odio y felicidad: Hermandad inseparable

60 6 1
                                    

5 de Junio


22:05 hs


Hola… ya no aguanto más esto va muy mal, en este tiempo que no te he escrito es debido a que no tenía como, mis padres se habían atrasado en un pago y el trabajo de mi papá no iba muy bien que digamos, perdón, pero de todas maneras ahora ya estamos bien económicamente…

Nathaniel… lo ví varias veces en todo este tiempo que pasó después del beso, pero nada marchó como yo hubiese querido, es un hola y un adiós pero no un te amo o un me gustas. Esa inolvidable noche para mí, no fue más que una ilusión, solo dejó que lo besara para calmar mis nervios y mi angustia. Recuerdo que él se había vuelto a sentar y yo sin temor alguno me había sentado en su falda mientras que me reía, los demás habían dado de importancia poco y nada, yo abrasaba de manera alejada su cuello mientras que miraba el comportamiento de los demás.

-Zhaír…- decía él mirando seriamente hacia delante.

-¿Si? - Le sonreía yo.

-Mmm… acompáñame al baño-

-(¡Carajos!, ¿Qué querrá? Jajaja ¡Que nervios!)
Dale- accedía yo cuando la música comenzaba a sonar con gran fuerza, lo que me hizo pensar que por eso había decidido hablar en el baño.

Entonces caminábamos hacia él y entrabamos, Nathaniel cerraba la puerta y estando ambos vistos de perfil ante el espejo con sus manos en mis hombros me hablaba.

-Zhaír, está más que claro que estoy algo alcoholizado *sonreía en ese momento al hablar* pero no lo suficiente como para no darme cuenta de que sos un nene…-

-No soy un nene…-

-Sip, por lo menos yo lo veo así, yyy… por eso… amm… a ver… ¿Vos querés estar conmigo?-

-(¿¡Qué clase de pregunta es esa!?)

Si… creo… ¿Por qué?-  Se empezaba a palidecer mi rostro.

-Bueno… el problema es que como para mi punto de vista sos un nene… no podemos estar juntos…-

-¿¡QUÉ, POR QUÉ!? , ¡ES ALGO ABSURDO!- Me exaltaba yo en ese momento mientras que la música empezaba a resonar en mis oídos a pesar de estar la puerta cerrada y dicho sonido se oía despacio, la vista comenzaba a nublárseme y se me hacía un tanto difícil entender lo que él me decía.

-¡Shh, no grités!... y ya te lo dije, no estoy para pequeñeces ahora… lo siento Zhaír pero es así…-

-No podés decirme esto, no, no, no, no-

-¡Ey!, cálmate, ¿Por qué lo exagerás tanto?- preguntaba él mostrándose tranquilo y una sonrisa la cual había amado pero que en ese momento la sentía burlona e hiriente.

-¡No exagero!, es solo que… no sé, sos la primera persona con la que siento algo así, sos diferente, te lo dije antes y te lo digo ahora, ¡Sos magnífico!... No puedo imaginarme ahora, luego de ese beso, estar lejos de vos… Por favor, intentá por lo menos, al menos intentá… y si no se logra no se logra…-

-Ya basta Zhaír, no hay nada más que decir de mi parte, un no es un no, y creo que sos lo suficientemente grande como para entenderlo…-

Yo bajaba mi cara para que no me viera derramar mi cristalino dolor mientras me sujetaba la cabeza con ambas manos, de a poco me sentía cada vez más mareado cuando él volvía a hablar.

-Pero… igual podémos ser grandes amigos, sería estúpido que dejáramos de hablarnos solo por esto, ¿O no?-

-La verdad… es que no entiendo…-

Mi Platónico - Peticiones del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora