Ojos que persiguen

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Aquellos ojos no se detienen, el carmesí busca una señal de sangre; busca esa sangre que enloqueció a sus sentidos, aquella sangre que le tambaleo el cuerpo, aquella que le hacia salivar de más, busca aquella silueta que le recordó por primera vez a su mujer humana más importante.

Pero pierde el rastro de ella, lo pierde cada que parece encontrarlo. Y quiere comer de ella, pero su propia ética se lo impide. Él solo quiere mirarla de nuevo, sin acercarse, no mucho para no desobedecer órdenes; no sabe lo que quiere, no sabe para que perseguirla, pero lo hace.

Aquella noche en donde él se encontraba mal herido, aquella vez donde el enfrentamiento con ese pilar se tornó sangriento. Aquella vez donde su cuerpo no daba para regenerarse, aquel día, experimentó aquellos actos de amabilidad que nadie se los había mostrado antes, en ese momento después de miles de años, recordó la calidez de alguien que no huyó de esos colmillos ni de ese cabello color rosa ensangrentado, al contrario, pudo obsequiarle de su sangre embriagante. Aquella sangre la cual, incluso él luchaba para no devorarla.

Pero como siempre, todo lo que él cree tener, siempre lo pierde o se lo arrebatan, como aquella noche en donde el Primer Luna también exigía de la misma sangre, la exigía porque, al igual que el tipo de ojos amarillos, la había probado dejando un éxtasis en su boca, en donde ahora quería más de esa presa.

Pero él no lo permitiría, pues ahora, ningún pozo envenenado, ninguna enfermedad degenerativa en los huesos y ninguna Luna, le arrebatarían a aquella mujer que había reencarnado como su novia de hace miles de años atrás. Ahora él le ganaría tiempo, él se enfrentaría con la Primera Luna Superior, solo por una sangre especial, solo por un Marechi, solo por eso. 

Ahora la chica había huido a faldas de montaña, siendo perseguida por un demonio cualquiera que se encontraba rondando por ahí.

Que mala fortuna...

"Ella estará bien, al menos esta vez estoy seguro de que pude salvar a Koyuki, más de lo que no pude hacer en el pasado"

Pero, la derrota era inevitable, aun no podía hacerle frente a una fuerza como al de La Luna Superior Uno; y como consecuencia a su desobediencia e interferencia de caza, su rango se lo había quedado alguien más, quedándose con una tercer posición, con heridas graves que sanaban lento y el recuerdo de la reencarnación que ahora volvería por él.

Quería hacerlo, pero no sabía cómo llegar a ella. 

Me enamoré de tu coraje (Sanemi y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora