4. Ahora te tengo a ti, amigo mío, mi tesoro

571 60 10
                                    

Con el consejo dado a Tony días atrás aún bailando en su mente, entró a la cafetería esa mañana y se dirigió a la mesa que usaban usualmente, encontrando... cierta sorpresa.

—¡Hey, Steve! —Tony se levantó, le murmuró algo a la "sorpresa" sentada a su lado y se encaminó hacia el rubio—. Resulta que das buenos consejos —sonrió y señaló a la desconocida sorpresa—. Stephen aceptó sentarse con nosotros después de que ayer aplicara tus consejos.

—Espera, ¿te gusta Strange? —el castaño asintió—. ¿Tú no eras hetero? ¿Eres bi? ¿Gay? ¿Pan?

—Soy Tony y punto.

—Deja tus referencias de lado —gruñó divertido, y al lado de Tony, se encaminaron a la mesa, donde sus amigos interrogaban a Stephen: sus intenciones con Tony, gustos musicales y demás requisitos para poder ser pareja de Stark, medio en broma medio en serio. 

—Y... ¿cómo terminaste enredado con este? —preguntó Rhodey, el "Bucky" de Stark, señalando a Tony, y Steve puso plena atención a Strange.

—Me corrigió una cifra en matemáticas, creo que ahí caí —confesó, y los ojitos le brillaron a Tony, como si tuviera la galaxia atrapada en ellos; como una noche estrellada de verano. Steve sonrió enternecido, y se alegró mucho por Tony.

—Nerds —dijo Clint, mejor amigo de Natasha y el señor de las bromas simples y estúpidas, sacando risas al grupo. Tony asintió, orgulloso, y Stephen no pudo evitar besar la mejilla del castaño.

—Orgullosamente —sonrió Tony, un leve sonrojo pintando sus mejillas, pero con la misma actitud orgullosa tan suya—. En fin —suspiró, levantándose de la mesa, de la mano de Strange—, nosotros nos vamos a química, si llego tarde me bajan puntos y, gracias, pero no —se despidieron del grupo y se marcharon, en su nubecita enamorada.

—Steve, lo siento, si quieres llorar, aquí estamos —Steve le tiró una uva a Loki, todos riendo.

El día prometía ser uno muy bueno. Y, si así era, ¿por qué tenía un sabor amargo en la boca?

 Y, si así era, ¿por qué tenía un sabor amargo en la boca?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Le costaba trabajo concentrarse en el texto frente a él. Las palabras bailaban entre el papel, y sabía que significaban algo y que querían decir algo, pero le era imposible comprenderlas. Sabía que estaban estudiando los principios de Goebbels; sabía que hablaban de un nazi y propaganda nazi, pero al mismo tiempo, no sabía ni se hallaba consciente de dónde estaba o lo que hacía.

—Steve, Steve, aquí, en la tierra —Sam chasqueó frente a sus ojos. Habían pasado al trabajo en parejas y él no recordaba haber entrado a la clase.
Enfocó su vista en el moreno; Sam era su amigo desde que entraron a la academia y casi se atropellan por correr hacia sus clases, a inicios del primer año. Era alto, moreno y de cuerpo atlético; bromeaba mucho y llevaba una falsa rivalidad con Bucky—. Andas en Marte, ¿estás bien?

—Sí —asintió—. En fin, ¿qué hay que hacer?

—La clase, un breve ensayo sobre Goebbels; tú, poner los pies en la tierra —dijo, muy serio—. ¿Es por lo de Tony?

—¿Qué vela tiene Tony en este entierro?

—Dios, hablas como mi abuelo —suspiró—. Pues, ya sabes, te gusta Tony y él te friendzoneó feo.

—No me gusta Tony —frunció el ceño, un poco harto de que sus amigos siguieran con el cuento ese—. Es... mi mejor amigo.

—¿Bucky no era tu mejor amigo? —preguntó, alzando una ceja y escribiendo el inicio del breve ensayo. Steve pensó detenidamente la respuesta, porque, incluso para él, era confuso.

Bucky era su mejor amigo, su hermano de otra madre. Pero Tony era como el amor de su vida amistoso, que los hay. Podía estar separado de Bucky por largos lapsos de tiempo, sabía que iban a estar ahí para el otro; no podía pensar en perderlo, pero tampoco le era vital su presencia; mientras, Tony... las clases y horas sin él bromeando eran cada vez más aburridas, sí; pensar en perder a Stark era una idea que prefería no analizar, no abría esa oscura puerta por miedo de ver lo que hallaría del otro lado.

Bucky había estado desde pequeños, pero Tony lo empujaba a seguir estando.

—Puedes tener más de un mejor amigo —replicó, porque le era más fácil esa respuesta infantil a explicar la pequeña reflexión que hizo en unos dos minutos, tiempo récord.

Sam rió y asintió. Todo el grupo sabía que sólo podían ayudar a Steve a ver la verdad, no imponerle una ni lanzarlo al mar de sentimientos al cual parecía huirle, como con miedo a ahogarse en él.

Y es que, Steve no podía explicarle a cualquiera el tesoro que era Tony en su vida. Simplemente imposible; era más fácil explicar complejos temas que daban de qué hablar (el tiempo, la realidad, el sentido de la vida) a lo que Tony causaba en él, al impacto que tuvo y sigue teniendo. Incluso él se rehusaba a pensar demasiado en el asunto y lo dejaba, simplemente, como el gran cariño que le tenía a Tony por ser Tony.

Escribir acá es un gran "¿pero qué mierda estoy escribiendo?" AJAJSJA perdón 😔

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Escribir acá es un gran "¿pero qué mierda estoy escribiendo?" AJAJSJA perdón 😔

en fin, que quiero profundizar en los sentimientos de Steve porque, usualmente, escribo desde el punto de vista del rollito pero esta historia da más para usar al dorito este, ¡jas!
el título de este libro es de otra canción: eso que tú me das c:

ojalá les haya gustado :>

Cuídense las nalguitas<3

Latita<3

Menos que un amor, más que un amigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora