Love Me Or Leave Me | Yoonmin

«03»

.
.
.

Aquel lunes fue mejor que cualquiera. Desperté temprano, preparé café para ambos y me despedí con la mano desde nuestro jardín, mirando con una sonrisa mientras partía a su trabajo. La mañana era fresca, había escuchado en el noticiero que tal vez llovería por la tarde o la noche, pero no había ninguna nube rondando. Entré a casa para preparar mis cosas. Avisé incluso para saltar algunas clases de la tarde para nuestra cena. Admito que estaba nervioso. ¿Qué ropa usaría para una cena con su jefe? ¿Algo casual o formal? Debía vestirme bien, que estuviera orgulloso de presentarme. Busqué mis mejores zapatos, incluso combine un lindo saco formal negro con una camisa roja, la cual quedaría con la ropa que le he elegido. Dejé todo sobre nuestra cama antes de irme también.

El festival de primavera estaba cerca y los niños querían hacer una pequeña presentación para sus padres. Estuvimos practicando las horas restantes luego de su receso para comer y jugar. Había descubierto que a muchos les gustaba bailar y alegremente ensayaron los fáciles pasos de baile que les puse. Cada uno había elegido un disfraz de su gusto, entre flores y animales. Todo hasta que el pequeño Kookie y Lyn comenzaron a discutir entre quien sería el mejor conejito. Me causaban tanta ternura  que no pude abrir mis ojos a causa de mi sonrisa y no me di cuenta de que la hora de salida había llegado hasta que el señor Wang tocó a la puerta. Llevaba el cabello oscuro y siempre bien peinado. Era alguien atractivo. En alguna ocasión me pregunté a mí mismo por que continuaba sin pareja. La lealtad que le guardaba a su esposa aún después de su muerte era envidiable. Seguro debió amarla demasiado. Giré a la vista hacia él y me saludo con un amable sonrisa. Él llevaba una pequeña caja blanca con un lazo rojo en sus manos.

— Lynnie ha llegado tu padre. —le avise. Ella y Jungkook se miraban con las mejillas infladas y el ceño fruncido. — No más discusiones, ambos serán lindos, al igual que sus compañeros. —les dije.

Fue la única forma en que desistieron. La madre de Jungkookie y otros pequeños también llegaron al poco rato, por lo que me despedí de cada uno hasta que la pequeña, Lyn vino saltando hacia mí y el señor Wang.

— ¡Seré conejito rosa! —gritó.

— Vamos Lynnie, llegaremos tarde a la cita. —dijo su padre sonriéndole.

— ¿Qué eso? —balbuceo emocionada, mirando la caja que su padre traía. Ella la inspecciono. — ¡Cupcakes! ¡¿Compraste para mí?! —exclamó, dando aplausos al descubrir su contenido.

— No cariño, no son para ti. —le dijo, ella dejó de aplaudir y su carita se llenó de confusión. — Los encontré aquí afuera, son para el señor Park. —le dijo y levantó la mirada hacia mí.

— ¿Para mí? —me entregó la cajita y pude ver que sobre ella había una nota color durazno con mi nombre, instintivamente asomé mi cabeza afuera del lugar. No había nadie cercano ni en la calle. — Qué extraño.

— ¡Señor Park! ¿No quiere venir con nosotros por un helado? Papi me llevara después de ir al dentista. —dijo. Le sonreí y acaricie su cabeza.

— Me encantaría, pero tendrá que ser en otra ocasión, hoy no puedo. —le dije, intentando no desilusionarle.

— ¡Por fis! ¡Por fis! —repitió.

— Lynnie… el señor Park estará ocupado.

— ¡Pero dijiste que...!

— No le molestes. —le interrumpió él. — Lo siento. —se disculpó conmigo.

— No se preocupe.

— ¡Bueno¡ ¡Pero luego sí! –respondió. Ella tomó la mano de su padre.

— Hasta mañana. —dijo él.