.
.
.El césped era realmente más verde en esa parte. Era tranquilo, tan silencioso. Tan solo el aire silbaba despacio moviendo las ramas de los árboles con suavidad y el sol quemaba ligeramente la piel descubierta de mis brazos bajo su luz y calor. Caminé por la empedrada vereda observando nombres y apellidos un rato. En mis manos un ramo de flores blancas se ondulaban con el movimiento. Hacía tanto que sabía que él estaba aquí, pero era la primera vez que venia a verlo después de tanto tiempo... Después de todo. El ambiente era tan fresco, fresco y callado en el cementerio.
Tengo tantas cosas que contarte. Tantas cosas que he vivido desde la última vez que me miraste a los ojos. Desde la última vez que brazos me abrazaron y tus labios besaron frente. Desde la última vez en que tu cuerpo arropó el mio con calor y amor. Te extrañé tanto. Te extraño tanto. Casi parece mentira que hoy esté aquí, parado de nuevo frente a ti... Frente a tu último descanso en la tierra, un bello pero doloroso recuerdo de que te perdí sin antes arreglar todo y decirte cuanto te amo, cuánto te amé y te amaré.
Me acerque e hinque con cuidado. Deslizando mis dedos por aquellas letras con tu nombre escrito. El polvo se adhirió a mis yemas sinónimo del tiempo en que nadie ha venido aquí. No era que me sorprendiera. Nunca tuvimos a nadie más en este país. Estábamos solos. ¿Quién vendría a limpiar tu tumba y cambiar las flores?
Tomé un paño, lo humedecí con algo de agua de una botella y limpié la lápida cuidadosamente. Quitando el polvo y tierra de encima, dejando ver las letras a la perfección. Amado muy amado. Y sin embargo fue alguien que lastimó tanto mi corazón como yo el suyo.
¿Abría sido diferente si la verdad hubiera sabido?
Probablemente.
Duele tanto que la única forma que tengo de verte ahora es así. Con una lápida de por medio en la que puedo hablarte y decirte cosas que en vida no podré.
Fui muy tonto, temeroso. Cometí tantos errores de los que me arrepentí muy tarde. Errores en los que no fui el único lastimado, ni el único en herir. Resulta que a veces podemos ser tan idiotas con las personas que más amamos. Hacemos cosas que aparentemente no dañan a nadie, pero la realidad es que sí, siempre habrá alguien a quien nuestras acciones y decisiones por más mínimas, lastimarán y cambiarán lo que parecía bueno, transformándolo en algo que dolerá el doble pues se convierte en un arma de doble filo. Pequeños errores, enormes errores. No importa el tamaño que se crea darle importancia, ambos son errores.
Suspiré, cerrando los ojos e inclinando mi cabeza hacia atrás. Podía sentir la brisa entre mi cabello y los rayos de sol quemando suavemente mis mejillas. Subí mi mano, cubriendo mis ojos de la luz y así ver el hermoso cielo despejado. Tan azul, tan claro, sonreí al ver algunas mariposas revoloteando entre las dulces flores del árbol de nacarandas. Tomé las flores que estaban a mi lado y desenvolví el celofán a su alrededor. El jarrón de la tumba tenía flores resecas, sin duda hacía tiempo que estaban allí. Las quité, después las depositaría en algún basurero. Coloqué las nuevas flores, hermosas y fragantes en su lugar. Vertí el agua de la botella en el jarrón para refrescarlas y nuevamente puse el jarrón encima de la tumba.
Sonreí viendo mi trabajo hecho. Pero pronto mi sonrisa se humedeció con mis lágrimas.
Desearía que todo hubiera sido diferente. Desearía haber hecho las cosas bien... Volver atrás. Solo un instante y cambiar todo. Me incliné sobre la tumba, reposando mi cabeza en mis manos, dejando mi llanto fluir libremente. Quería mi vida de vuelta, mi amor de vuelta. El día era soleado pero en mi corazón una tormenta llena de culpa me ahogaba.
Si todo hubiera sido diferente... ¿Qué pasaría si pudiera volver a empezar?
...
"— ¿Estas bien? —dijo él, sujetando mi hombro. Él, el joven él. Su expresión parecía realmente preocupada y me llene de vergüenza por mi distracción. Me alejé de inmediato para quitarme de encima y bajé la mirada en silencio. — ¿Hablas? Quiero decir... ¿Me entiendes? —pregunto vacilante. Asentí. — Oh… —suspiró aliviado. Él se levantó del suelo y sacudió sus pantalones antes de tenderme la mano. Miré su mano de reojo desconfiadamente pero finalmente la tomé y pude levantarme también con su ayuda. — ¿Estas bien? —volvió a preguntar.
ESTÁS LEYENDO
Love Me Or Leave Me | Yoonmin
Fiksi Penggemar"Dónde la falta de comunicación es el peor enemigo de una relación" O dónde dos personas pueden herirse mutuamente por el miedo y las inseguridades. Donde Jimin intenta remediar su matrimonio destrozado por la sombra del pasado." • Yoonmin. Menció...