Capítulo 2

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CAPÍTULO 2

LONDRES, REINO UNIDO

DANAI

¿Y ahora? Ahora me encontraba en el increíble Audi del tal Lennon, “atropellador de libros”, dudo que pueda perdonarle eso pronto. Limpio mis manos y mi rodilla con sus toallitas antibacteriales ¡Arde como nada! Y me contengo de decir malas palabras para no asustarlo.

Miro las hojas arrugadas y sucias de mi libro, algunas rotas también, suspiro. No podré leerlo de nuevo.

—Realmente me haces sentir mal por atropellar a tu libro—. Su voz rompe el silencio.

—Eres un atropellador de libros, es un delito que debería existir y ser penado—. Y ahí está de nuevo esa ronca risa que me hace remover incomoda en el lujoso asiento de cuero negro—. Para que sepas, ya le mandé tu nombre y tu placa a mi mejor amiga.

Vuelve a reírse mientras sacude la cabeza pero no miento, escucharé mucho de Ava más tarde sobre ese mensaje tan raro de mi libro siendo atropellado y yo subiendo al auto del criminal que hizo eso.

—¿Siempre eres así tan...?

—¿Cool y divertida? —Lo interrumpo—. Por supuesto—. Ruedo los ojos.

—Iba a decir rara pero cool y divertida también sirve.

—¿Ahora soy rara? Pues muchas gracias, Lennon, he aprendido a aceptar eso como un halago...—. Se voltea y me mira por unos segundos, he capturado su atención. 

Me doy cuenta que tiene pestañas envidiables cubriendo sus lindas cuencas verdiazuladas ¡La vida es tan injusta!

—¿Te lo dicen mucho? —Noto cierta diversión en su voz y me cuestiono como un hombre que luzca así se ha ofrecido a ayudarme.

—No lo suficiente—. Me encojo de hombros y miro de nuevo el libro, voy a tener que esconderlo para no parecer tan loca y sentir dolor cada vez que lo vea. 

—¿De verdad te gustan tanto esos libros, Danai?

¡Mi Dios!

  Tiene un rico acento que estoy segura le consigue bajar las bragas con tan solo decir "Hola"

—Los descubrí en un punto muy bajo de mi vida, supongo de alguna forma sus historias me ayudaron a no perder la cabeza. Mi mejor amiga dice que no sabe cómo soporto leer tanto dolor en un libro que se supone es romance, yo le digo que los romances rosas no existen, siempre hay dolor y sufrimiento.

»Ahí es donde radica la belleza de los libros de Swartz, en que a través del dolor se conectan las personas, sus amores son salvajes y para nada predecibles, y aunque estoy sufriendo con este y la forma en que termina con una insinuación de suicidio y tres puntos suspensivos... Me encanta.

Me doy cuenta que estamos detenidos en un semáforo y Lennon me está mirando fijamente, no me gusta me miren así. 

—Seguro piensas soy alguna clase de loca, tranquilo, es la opinión general—. Tiro de nuevo de la banda elástica en mi muñeca y sus ojos siguen el movimiento, me siento avergonzada al instante, hago mucho eso cuando empiezo a sentirme abrumada.

—Todos estamos rotos ¿No fue lo que dijiste? —Su voz parece un poco ronca.

—Lo estamos, y de seguro Swartz debe ser una hermosa alma rota—. Sonrío por la idea.

—¿Hermosa alma rota? —cuestiona poniendo el auto en marcha.

—Solo alguien que ha sufrido el dolor de primera mano puede relatarlo con tanta precisión.

Solo Tú Me Haces RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora