Melodía Perfecta [Emiliaco]

Veintiuno 🎶

Por varias razones y a petición de mi querida Estef, decidí hacer un mini maratón, ya que se viene lo fuerte

Esta es la primera parte del mini maratón, dedicado a Estef y a la bebé Estrella, las amo

J💎

Hoy estaba siendo un día bastante aburrido, lo único bueno y emocionante fue entregar mi proyecto, sentí como si una enorme piedra en mi espalda fuese retirada, disfruté el proceso de elaborarlo, más por el hecho de la persona que me acompañó en el proceso, quien festejaba conmigo las notas de felicitación que me escribían en cada revisión y obviamente me siento satisfecho y orgulloso de lo que hice, el toque personal que le di a cada página y mi esfuerzo de las horas que pasé en las bibliotecas leyendo libros, aunque me siento muy feliz de lo bonito y agradable del tema también, no quita que haya pasado por mucho estrés y noches en vela realizando mi investigación, lo cual lo hace mucho más valioso para mí.

Al término de mis clases fui a casa a relajarme y al fin pude suspirar aliviado por estar de vuelta en mi cama tras un ocupado día escolar, tenía unas cuantas tareas, pero nada demasiado complicado o pesado, le avisé a Emilio que ya había llegado y él decía que iba en camino a su hogar, a lo cual le respondí que dejara su celular por seguridad.

Nuestros mensajes se interrumpieron gracias a una llamada entrante en mi celular, era mi padre. Al contestar sonaba un poco animado, me decía que ambos venían camino a mi casa, lo cual era una verdadera sorpresa, ya que ellos jamás están acá tan temprano entre semana, normalmente llegan muy noche solo a dormir y al día siguiente se van de nuevo, claramente me alegraba mucho que vinieran temprano.

Salí de mi habitación tras colgar con mi papá y corrí con mi hermana a avisarle, así que bajamos rápido a asegurarnos que todo estuviera en orden para esperar su llegada, tomamos unas flores del jardín discretamente y las colocamos en la mesa, nos emocionaba poder comer en familia todos juntos.

Después de un rato al fin llegaron y los recibimos con abrazos y besos, ayudándolos a cargar sus cosas y llevándolos a ponerse cómodos. Nos platicaron que habían cerrado un trato importante de inversión y querían celebrar almorzando con nosotros, así que hicieron el esfuerzo se despegarse del trabajo un día.

Brenda también estaba enterada, le dijeron que no cocinara, ya que pediríamos algo. Todos en esta casa amamos la pizza, pero nuestro nutriólogo nos recomienda no comerlo seguido, así que solo compramos cuando son ocasiones especiales y claramente esta era una, así que corrí al teléfono de la casa y ordenamos pizzas para almorzar.

Fue un bello momento en familia, mientras esperábamos nuestra comida, mis padres se cambiaron con ropa cómoda y nos sentamos todos a la mesa a degustar nuestra pizza favorita. Conversamos acerca de muchas cosas, nos platicaron un poco acerca de su trabajo y nosotros de la escuela, me felicitaron por mi rendimiento y mi trabajo entregado el día de hoy, incluso me preguntaban acerca de las conferencias vocacionales que llegaban a impartir, las cuales me había saltado para ir con Emilio, mi hermana y yo solo intercambiamos miradas incómodas y mentí diciendo que eran muy interesantes, afortunadamente se conformaron con eso y cambiamos el tema.

—Nos topamos a alguien cuando veníamos para acá —habló mi padre viéndonos a Regina y a mí

—Oh ¿a quién? —le respondió mi hermana con curiosidad

—A tu maestro —me señaló con la cabeza —a su amigo Emiliano, el que toca violín

—Papá, se llama Emilio, no Emiliano —le respondí

—Él —giró sus ojos —lo vimos camino a su casa, llevaba algo en sus manos, parecían tortillas y tomates —no pude evitar sonreír al crear esa imagen en mi cabeza y recordar una de las veces que su mamá me invitó a comer con ellos, lo mandaba a comprar pocos minutos antes de sentarnos a la mesa y eso le molestaba, me pedía que lo acompañara pero su madre decía que no y al final solo se iba él zapateando en un berrinche infantil.