Veintitrés 🎶

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E🎻

Estaba decidido, no había marcha atrás, tal vez podría hablar con él después del ensayo o citarlo para aclarar las cosas, pero definitivamente esto no se iba a quedar así, debo enfrentarlo o viviré escondido y con miedo todo el tiempo.

Ya me he ocultado temeroso toda mi infancia, tal vez quienes se burlaban de mí lograron intimidarme, pero he crecido y no volverá a pasar, no más cobardía.

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El día que pasé con Joaquín fue hermoso, luego de estar juntos y compartir bellos momentos fuimos por su hermana, resulta que el chofer estaba encerrado en su hogar debido a la tormenta y sin poder comunicarse debido a un apagón y un corte de señal, por lo que Joaquín me pidió que fuéramos por ella a casa de su amiga, obviamente accedí y juntos la llevamos de vuelta a casa.

Comimos juntos y conversamos gran parte de la tarde, después tuve que partir a mi casa para cumplir con mis obligaciones, pero ese día ambos fuimos libres y felices, convivir con Brenda y Regina hacía que sintiéramos apoyo por parte de la familia de Joaquín, al menos de dos miembros.

Todo marchaba normal, en estos días trataba de mentalizarme que el día del ensayo por fin enfrentaría el problema y hablaría con Gabriel, no me iba a retractar, si no lo hacía me implicaba seguir viviendo escondido y atemorizado sin ser valiente y eso no lo iba a permitir.

Pero cuando al fin llegó el ensayo del día sábado, no me podía sentir tranquilo ni un minuto, desde que desperté sentí como mi estomago parecía tener un gran vacío, mientras más acercaba la hora de marchar mis manos sudaban y mi corazón se aceleraba, incluso pensé en mentirle a Alejandro diciendo que me sentía mal, pero luego volví a caer en mi realidad, recordando que me había prometido no seguir permitiendo que me callaran, así que me arme de valor, tome a Arturito y me aferre a él durante todo el camino al ensayo. Una vez estuve ahí y entré sentí que cayó sobre mí una mirada pesada, podría decir que hasta cargada de odio, pero traté de ignorarla, me propuse no dejar que eso afectara mi rendimiento como músico el día de hoy, así que simplemente continué con lo mío, ensayamos y todo parecía marchar muy bien, Alejandro como siempre nos motivaba y nos felicitada cuando una pieza sonaba bien, aunque claro, eso era solo por el momento, ya que siempre nos hacía repetirla hasta que sonara perfecta.

Al finalizar el ensayo, mientras guardaba en su funda a mi Arturito, sentí cómo unos pasos se acercaban hacia mí, no mentiré, quería huir, pero no podía, debía ser valiente, así que simplemente me di la vuelta quedando frente a frente con Gabriel, el cual tenía una mirada bastante seria que me hacía querer agachar la mirada y encogerme en mi asiento, el tipo se veía bastante intimidante, parece que trabaja su cuerpo, también es más alto que yo, además que me pasa por unos años, estaba casi seguro que un golpe suyo me dejaría inconsciente, afortunadamente pude mantenerme firme y serio sin salir golpeado, al menos por ahora.

—¿Se te ofrece algo? —me animé a decir sin despegarle la vista.

—Parece que tenemos un tema pendiente —asentí —caminemos juntos —me jaló ligeramente por el hombro para invitarme a avanzar, lo seguí hasta salir de ahí, caminamos unos cuantos metros y comenzamos a hablar al fin.

—¿Qué problema tienes? Sé directo —pude ver una sonrisa sarcástica en su rostro.

—Digamos que mi problema eres tú —se detuvo tras dar vuelta en una calle que desconocía, pero parece bastante calmada —¿te crees que puedes solo llegar y cagar mis planes? Aunque debo admitir que fuiste bastante ágil, lograste ganarte a los Bondoni en poco tiempo, sobre todo al príncipe, te felicito.

—No entiendo a dónde va esto ¿por qué te afecta? ¿sientes algo por él? Yo no sé de qué planes me hablas.

—No seas idiota Emilio, tú y yo sabemos que son una minita de oro ¿tienes idea de todo el dinero que manejan? Son dueños de la cadena bancaria más grande del país y socios de muchos centros comerciales, recientemente cerraron un trato de inversión con una tienda internacional —fruncí mi ceño debido a la sorpresa y confusión, recién me enteraba de todo esto, Joaquín y yo no solemos hablar de los negocios de sus padres, solo sabía que tienen dinero y ya, desconocía todo lo demás, pero ahora no puedo dejar de preguntarme cómo es que Gabriel sabe todo eso —Los sentimientos son opcionales cuando tienes la posibilidad de adquirir millones de pesos, ¿Qué si siento algo por él? Digamos que sí, me atrae como no tienes idea —hizo un además con sus dedos dando a entender que se refería al dinero y su mirada socarrona no se iba, con cada palabra suya aumentaba mi coraje por dentro, no podía permitir que alguien se expresara así de mi novio y hablara de él como si solo fuera una cartera.

Melodía Perfecta [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora