Cuando Eva le dio a probar del fruto prohibido a Adán el hombre fue condenado a vivir con el pecado eternamente, y su única forma de acercarse a Dios era por medio del arrepentimiento. Sin embargo, en la edad media surgió un hecho llamado RENACER que volvió a alejar al hombre de su creador.
En roma, siete demonios, entre ellos el mismo lucifer, ascendieron al mundo mortal a poseer diferentes cuerpos y llevárselos al infierno. El vaticano logró detener las múltiples amenazas y salvar al resto de la población por medio de un ritual. Pese a ello, antes de su final, los demonios prometieron regresar en cuerpos humanos por medio de los pecados. La humanidad estaba condenada a vivir con ese castigo por el resto de los siglos.
Y entonces, se les denominó Los siete pecados capitales.
Se formaron causas, ideas, todo para combatir este regreso y evitar lo que la iglesia tanto profesó. Los creyentes de todo el mundo se unieron y crearon, con ayuda externa, el tan esperado juego DILL, donde los siete pecados tendrían su destino a muerte en representación del sufrimiento que causaron sus antepasados, todos salvo uno.
Siete jugadores, salvo uno, destinados a morir para restaurar la conexión del hombre con Dios.
Todos sabíamos la historia planteada en la biblia, como el humano recibió el pecado al desobedecer las órdenes de su creador e intentar igualarse a él en todo sentido. Desde entonces, el mismo hombre ha querido deshacerse de ese destino cruel y real, DILL fue una de esas salidas.
Siete demonios se refugiaron en cuerpos humanos y renacerían para cuando el mismo portador asumiera su destino, volviéndose a si mismo un pecado capital y peón de un juego para acabar con su vida. Es ahí, en ese pestañeo de ojos, donde el juego comenzaba.
El renacer del pecado está dado por el portador, así como podría ocurrir a los seis años también podría ser a los dieciocho; no había una fecha impuesta, solo estaba claro que todos los pecados capitales debían estar despiertos para ascender al segundo nivel y terminar ya con el entretenimiento.
Cada portador tenía un montador único, el cual se encargaría de entregarle diferentes misiones para recibir los premios que varían entre poderes o simples regalos sin sentido, y finalmente hacerlo más fuerte para ganar. Sin embargo, el montador tenía prohibido hablar sobre el juego más allá de lo que el jugador sabe, de lo contrario, sería eliminado automáticamente y reemplazado por uno distinto.
Y ahora, Pereza había despertado.
Jungkook tiró el celular al frente, tembloroso y sudando, con una serie de dolores expandiéndose por su pecho hasta detener el pulso. Retrocedió unos pasos mientras veía las constantes notificaciones abriéndose en su pantalla. Tragó duro y se tropezó con sus propios pies, cayendo al piso. En ningún momento apartó la mirada de su teléfono.
— No... Imposible. —murmuró acelerado, negando con la cabeza repetitivas veces.
El celular pestañeó un brillo intermitente por un tiempo más prolongado y el mensaje, dentro de una viñeta dorada, apareció destacándose entre los innumerables textos. Jungkook relajó su respiración y una vez más inhaló profundo antes de incorporarse y acercarse al celular para tomarlo con miedo. Lo encendió como un cobarde y leyó su contenido.
Número desconocido
Bienvenido a Dill, Jungkook.
Mi nombre es Bin y soy tu montador.recibido 22:00 pm.
Ese fue el comienzo de lo que Jungkook llamaba: "La gran desgracia".
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DILL [ vkook ]
Mystery / ThrillerSiete jugadores, siete pecados capitales, un ganador y dos personas destinadas a amarse y destruirse. Nota: La historia es de mi completa creación. No se aceptan copias ni adaptaciones.Todos los derechos reservados. © ( RESUBIENDO )