Introducción

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Desde que tengo memoria, me han encantado los cuentos de hadas, siempre pasaba leyéndolos o viendo las adaptaciones en películas animadas que hacían de ellos.
Soñaba con ser una princesa y conocer a mi príncipe, tener el baile ideal con él, casarme y vivir en un castillo donde seríamos felices por siempre.

¡Vaya mierda fantasiosa de niña!

Ahora que soy mayor no dejo de cuestionarme todo lo que veo, leo o escucho, especialmente esos cuentos infantiles que tanto amaba.

¿Por qué diablos Cenicienta era tan amable a pesar de que la trataban como la mierda? Es más ¿Como carajos es que escoges a tu futura esposa a partir de la talla de zapatos? ¿Que no recuerdas su cara?

¿Por qué mierda Blanca Nieves se come cosas que le dan desconocidos? Tantito cerebro niña, es una estupidez aceptar cosas de desconocidos.

¿Por qué la Bella Durmiente se enamoró y hasta canto con un wey que recién conoció en el bosque? Podría ser un traficante de órganos.

¿Como porque carajos La Sirenita quería dejar el bello paraíso marino por un wey? Joder, ojalá yo pudiera vivir bajo el mar.

Y mil cosas más...

Si, ahora que era una adulta de 22 años la vida no era fácil, no tengo la mejor posición económica, así que para sustentar mis estudios universitarios tengo que trabajar, debido a esto, mi vida social no existe.
Paso el día estresada y apenas y encuentro tiempo para leer, jugar videojuegos o ver alguna película u animación ¡Ugh! La vida adulta es una mierda y trabajar con un imbécil es de lo peor.
Mi jefe es un idiota privilegiado que no sale de su puta burbuja por nada del mundo, y si, le encanta tener a sus trabajadores como esclavos, haciéndolos correr kilómetros solo para traerle el café tal y como le gusta.

Y es aquí donde comienza mi historia, o mejor dicho, termina.

Aquel día me tocó ser la desafortunada que debía recoger su ropa de la tintorería, su café y además pasar por unos guiones que necesitarían sus hijas para su obra de teatro, y como se imaginan, a mi no me contrataron para esto, pero bueno, sí no quiero ser despedida debo obedecer y callar... ojalá hubiese aceptado llegar 3 minutos tarde.
No, en aquella jungla llamada ciudad, con un tráfico espantoso, iba retrasada y mi jefe me llamo por teléfono.

—Señorita (...) ¿Cuanto tiempo planea hacerme esperar? ¡La necesito ya!

—Perdone, pero hay mucho tráfico, casi no puedo caminar, pero llegaré en 15 minutos al edificio—estaba super nerviosa y estresada, harta de toda esta mierda

— ¡¿15 minutos?! ¡Más le vale llegar en 5 o está despedida! —y me colgó

No podía perder ese trabajo, mi escuela dependía totalmente de este, así que hice una estupidez, cruzar la calle con el semáforo en verde, iba realmente apurada así que ni siquiera me percate cuanto un auto me lanzó lejos, pero quede inconsciente, tal vez muerta, no lo sé, solo escucho voces a mi al rededor, voces que me piden despertar, que vuelva...

¿Estoy en coma?

¿Estoy muerta?

¿Le llegaron las cosas a mi jefe?

No sé qué pasa ni cuando voy a despertar, no siento dolor, frío o ninguna otra cosa.

¿Que me sucedió realmente?

Una Bizarra Aventura Entre Cuentos de HadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora