Capitulo 21

140 14 2
                                    

- ¿Por qué trabajas en el club de tu padre, Jimin?

A pesar de lo mucho que deseaba poder desperdiciar todos los segundos, minutos y horas de su valioso tiempo solo estando Jimin y besándolo incansablemente como si fuera la razón principal de su existir, Jungkook se dió cuenta de que haberse saltado el almuerzo no había sido una de sus más inteligentes ideas, pero en el momento estaba tan sumergido en el mundo de sus pensamientos sobre el hermoso bailarín que su cerebro no tomaba las decisiones correctas.


No tenía que volver al trabajo hasta más tarde, por lo que le propuso a Jimin que lo acompañara a almorzar, que lo acompañara a un lugar en el cual realmente quería estar con la persona que ansiaba que le hiciera compañía.Como el auto de Jungkook había quedado en el estacionamiento del hospital, y al parecer Jimin estaba igual de hambrienta que él, caminar hasta el restaurante de comida rápida más cercano parecía la mejor opción.

El empresario ya se había olvidado de lo deliciosa que una hamburguesa y unas papas fritas podrían llegar a ser, no sirven de esas en los banquetes de la empresa. Pero tal vez restringirse de ciertos gustos valían la pena después de todo, eso pensó cuando Jimin, quién estaba sentado a su lado en la pequeña mesa que compartían en un rincón del local, comenzó a reír al escuchar el pequeño gemido que Jungkook dejó escapar luego de llevarse una papa a la boca y sentir su sabor. Se preguntó si su risa sabría tan bien en su boca y entre besos como se escuchaba, era como la melodía más hermosa.


-Supongo que por la misma razón por la cual tu trabajas en la empresa de tu padre. -Tomó su refresco para poder tomar un sorbo. - ¿Por qué trabajas en la empresa de tu padre, Jungkook?


-Porque honestamente es un trabajo que me gusta, y nunca tuve problemas en seguir con los deseos de mi familia y hacerme cargo del negocio familiar. Soy el único heredero después de todo. -Luego de escuchar sus propias palabras, Jungkook se sorprendió demasiado. Y decidió preguntar para matar todas sus dudas. -Tú... ¿A ti te gusta el trabajo que hace tu padre? -Jimin dejó de jugar con el servilletero que estaba sobre la mesa, el cual había desviado su atención en un momento, para mirar a Jungkook. - ¿Estarías dispuesto a hacerte cargo de ese tipo de negocio?


-Lo dices como si lo detestaras.

-No lo detesto, solo pienso que es... Un tanto denigrante. -Jimin rió. - Y me parece que no es el lugar en donde las mujeres y jovenes deberían estar trabajando, sobre todo tú, te mereces cosas mucho mejores que eso. Pero lo que no entiendo es que yo estudie ciencias económicas y administración de empresas porque estoy más que dispuesto a ponerme en el lugar de mi padre cuando sea el momento. -Comenzó a explicarle, y el bailarín pareció adoptar una postura más seria a medida que las palabras de Jungkook salían de su boca, como si ya estuviera entendiendo el punto de toda la conversación. -Tú estudiaste un profesorado de música, y trabajas en un club como un stripper. Tendrías que estar frente a un salón de clases encantando a todos con tu talento como hiciste con esos niños en el hospital, no en ese lugar tan nefasto. - Jimin no dijo ni una palabra tan pronto como Jungkook terminó de hablar. Por unos segundos el incómodo silencio los estaba matando a ambos, por lo menos para el empresario era insoportable. -Veo que nuestros motivos no son los mismos después de todo. -Jimin parecía haber perdido el apetito y ahora estaba jugando con los restos de su comida sobre la bandeja.-No entiendo. -Verdaderamente no lo entendía.-Tú elegiste ser el 'robot' de tu padre. -Usualmente algo así lo hubiese ofendido, pero estaba tan intrigado por escuchar las palabras del joven que no le dio mucha importancia a ello. -A mí me obligaron a convertirme en uno. -Ahora todo era tan claro. Y todo cobraba sentido en la mente de Jungkook: La vez que Jimin le contó que su padre no estaba orgulloso de él, la vez que se puso nervioso y salió de la casa en el medio de la cena cuando Minjungk le había preguntado porque trabajaba en un club de adultos en lugar de estar dando clases, la forma en que su cuerpo se tensó cuando Seojung lo miró a los ojos durante ese momento. No había sido una pregunta común y corriente que un padre le hacía a su hijo, había sido una amenaza. -Por favor dime que Seojung no te está obligando a hacer esto. -El silenció del bailarín fue todo lo que necesitó para que su sangre comenzara a hervir de la bronca.-Jimin, tenemos que hacer algo.

- ¿Algo como qué? -Volvió a mirar a Jungkook, pero esta vez sus ojos no eran tan brillantes como hace unos momentos atrás cuando rió a su lado; ahora eran oscuros, sin vida, e irradiaban enojo y frustración. -Algo como, no sé, hacerlo entrar en razón. Tiene que darse cuenta que no puede hacerle eso a su propia sangre. -A pesar de su enojo, ambos chicos intentaban hablar lo más bajo posible. El pequeño restaurante estaba repleto a esta hora y no querían a un tercero involucrándose en sus asuntos. - ¿Te piensas que no lo intenté? -Escupió con bronca. - ¿Piensas que todos los moretones y cicatrices que tengo son solo porque 'me caí practicando mi rutina de baile'? -La confesión de Jimin tomó a Jungkook por sorpresa. Y se maldijo a si mismo por haber sido tan incrédulo ante una situación tan evidente después de todo. - ¿Mi padre está involucrado en esto? -No estaba seguro de querer saber la respuesta.-Tranquilo, la reputación de tu familia no será afectada por un puto como yo. -Se cruzó de brazos y desvió su mirada de los intensos ojos marrones de Jungkook, no se sentía cómodo abriéndose tanto. Siempre que lo hacía, era traicionado.

-No digas eso. -Jungkook colocó una de sus manos sobre sus brazos cruzados. - No eres un puto. -Bailo semi-desnudo y dejo que otros tipos me toquen a cambio de dinero. Dinero del que a veces no veo ni un centavo. Si lo soy. -Yo sé que no lo eres, eso me basta. -Jimin aún se negaba a voltear su rostro y encontrarse con la insistente mirada del empresario, porque no quería ver la lastima en sus ojos, pero en realidad la mirada de Jungkook no reflejaba otra cosa además de compresión y cariño. -Creo que contarte eso fue un error. - ¿Por qué? -Cada vez que dejo a alguien nuevo entrar a mi vida, siempre me terminan defraudando. -Y ahora entendía el verdadero significado detrás de las palabras de Minsu: "... a Jimin también lo han defraudado infinidades de veces a lo largo de toda su vida, él comprende por lo que yo pase así como yo entiendo por lo que él pasó y está pasando." Y ahora Jungkook también era una de esas personas que entendía su infierno.

-Yo no voy a defraudarte. Tienes mi palabra y la voy a sostener, porque voy a sacarte del infierno en el que estás.

-No lo hagas. - ¿Por qué no? -La mano libre de Jungkook subió hacía la mejilla de Jimin, en donde el moretón que tenía desde la semana pasada, probablemente provocado por los abusos de Seojung hacía su hijo, había comenzado a desaparecer, dejando solo una suave mancha oscura en el lugar y al parecer nada de dolor porque al contrario de la última vez que Jungkook acarició esa mejilla, Jimin no se estremeció ante el contacto y gritó de dolor, sino que cerró los ojos y se permitió disfrutar de la caricia. -Si no me fui de ahí cuando tuve la oportunidad, es porque tengo un motivo. -Al fin, volvió a mirar a Jungkook a los ojos. - Ya te dejé entrar, ahora solo te pido que respetes mi desorden. -El empresario ahora estaba más confundido que nunca, pero su confusión pronto se reemplazó con una sensación de alegría cuando Jimin comenzó a reír al ver su expresión. -Me refiero a que no quiero que te involucres en mis asuntos. -Está bien, no lo haré, pero me tienes que prometer algo. -Jimin asintió, tomando entre sus frías manos la mano de Jungkook que anteriormente había estado acariciando su mejilla, la besó suavemente y luego la envolvió entre sus manos como queriendo protegerlo de todo lo malo, como si Jungkook fuese lo que estaba hecho de un cristal a punto de romperse cuando en realidad era todo lo contrario. -Me tienes que prometer que en cuanto tengas un motivo para escapar de ahí, lo harás. Jimin estaba demasiado ocupado mirando la preocupación reflejada en los ojos de Jungkook, y eso fue lo que necesitaba para que su corazón se terminara de derretir a causa de sus encantos. Pero sabía que tenía que darle algún tipo de respuesta, y ya se había pasado unos buenos segundos sólo perdido en su mirada. Así que hizo lo que ya para estas alturas ambos sabían hacer a la perfección, usar los besos y caricias en lugar de las palabras. Sin darse cuenta se estaban haciendo adictos a la suavidad de los labios del otro, y enamorándose con cada tacto compartido. Para Jungkook, el hecho de que Jimin había sido honesto con él significaba demasiado y para Jimin el sólo hecho de que Jungkook lo escuchó sin temor y se ofreció a ayudarlo por más que esa no fuera su principal preocupación lo cautivaba.
Y así fue como comenzaron a darse cuenta de lo bien que uno complementaba al otro, en todos aspectos y sentidos. Ambos eran solamente un par de chicos confundidos escondiéndose debajo de una fuerte armadura, y la única forma de romper con el duro metal de esta, era llegando al corazón del otro. A Jungkook nunca lo habían besado tan perfectamente bien, de forma tan excitante, llena de pasión, con movimientos suaves como si sus labios estuvieran a pronto de romperse, y de una manera que se robaba el aliento de cualquiera, ni siquiera Hana o los demás chicos con los que solía escaparse y revolcarse en el asiento trasero de su antiguo auto o en un motel al lado del camino durante la universidad. A Jimin jamás lo habían besado con tanto cariño y cuidado, sin pasarse de los limites, y solo eso le bastaba para no solamente hacerse adicto a los besos del empresario, si no que a él también. -Lo prometo. -Le dijo a Jungkook con una adorable sonrisa cuando sus labios se separaron de, hasta ahora, el mejor beso que habían compartido. - ¿Qué se siente saber que eres la razón por la cual parece que mi mundo dejó de derrumbarse? -Le preguntó en un susurro sobre sus labios. El empresario rió ante la pregunta del joven, intentando pretender que no fue nada importante porque no sabía si la vida de Jimin era lo suficientemente mala como para decir eso como si lo sintiera verdaderamente, pero en realidad cada palabra solo ganaba un pedazo más de su corazón. Luego de que la risa del joven muriera, besó cortamente los labios de Jimin para luego responderle con otra pregunta.

DULCE TENTACIÓN - KOOKMIN(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora