Sakura una chica de 18 años, se verá envuelta en las garras de cinco Domines, que le enseñarán y mostrarán los más exquisitos placeres del mundo del BDSM, convirtiéndose en su SUMISA.
Sakura Harem.
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--Sakura. A...amo!--Hablo en voz alta.
--Indra. Sakura... Cómo has estado?
--Sakura. Muy bien amo--Miro con curiosidad--Viene por la cita al ginecólogo.
--Indra. Así es--Ella bajo la mirada asustada--Sera un procedimiento un poco incómodo pero es necesario, para nosotros es importante que cuides tu cuerpo.
--Sakura. Entiendo...un Embarazo sorpresa sería un problema.
Ya habían empezado a caminar pero aquellas palabras hicieron que el castaño se detuviera unos segundos ella hizo lo mismo al notar su posición incómoda, su intención no era ofenderlo pero sería aún gran error si ella quedaba en cinta de alguno de los cinco sintiendo la tensión bajo la cabeza insegura solo por el simple hecho de tenerlo enfrente de ella mirando su espalda sin decir nada.
--No quise decir esas palabras amo.
Escucho como él exhalaba como si hubiese contenido el aire por esos largos segundos.
--Indra. Todos los problemas tienen solución y si no la hay significa que no es un problema--Metio las manos en los bolsillos sin voltear a mirarla y siguió caminando--Apresurate Sakura se hace tarde.
La pelirosa por un momento sus ojos se aguaron imaginando de todo menos nada bueno, sería posible que si dado el caso ellos la obligarían a abortar la sola idea le causaba náuseas y un horrible sufrimiento, parpadeo varias veces para evitar las lágrimas caer no quería pensar en que tuviesen un corazón así de cruel ya que hasta el momento han sido amables y cariñosos con ella, así que no se atormentaria más con ese tema solo debía seguir las instrucciones del doctor y cuidar bien su cuerpo y salud así evitaría sorpresas.
Ambos entraron al coche y el chófer arranco el Domine Indra parecía estar perdido en sus cavilaciones que no se percataba de la compañía de Sakura.
--Don Indra. Un hijo nuestro!...Se preguntaba así mismo--Un pequeño corriendo en la mansión y haciendo travesuras--Miro de reojo a la pelirosa que estaba distraída mirando por la ventana sus ojos negros bajaron y se posaron fijamente en su vientre plano--Es pequeño pero aún así el solo hecho de imaginarla con los pechos hinchados y el abdomen a punto de reventar me hace sentir ansioso, el que lleve nuestra semilla y de vida hace que todo mí cerebro explote de curiosidad--Suspiro profundo--Estoy seguro que mis hermanos pensarán los mismo que yo al haberla escogido como nuestra pareja...
Sonrío plácidamente esa idea le hinchaba el pecho de orgullo, agarro su mano con delicadeza y la levantó Sakura giro de inmediato al sentir su contacto.
El castaño no respondió nada simplemente beso suave sus nudillos provocando en ella exaltación y sonrojó mientras que el sostenía una sonrisa tentadora.
