Tiempo. Yunando

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Ya se encontraban dentro del coche y realmente había sido un reto sacar a Yun del lugar por el simple hecho de que no se quería ir, realmente no tardó mucho en sacarlo pero si le costó. Ya afuera pudo observar como tenía sus mejillas sonrojadas y sus pequeños ojos brillaban, lo jaló con dirección hacía su automóvil y rápidamente lo subió.

—¡Almandoooo! —decía el de cabellos rojos mientras a quien nombraba le abrochaba el cinturón—

—¿Qué sucede?

—¿Me das un beso? —decía mientras pasaba sus pequeñas manos por el rostro del otro, eso en un intento de cercanía—

—Yun por favor, ¿cuánto tomaste?

Armando se dirigió a la parte del conductor, se sentó y sin más colocó la llave para encender el automóvil, aunque en aquel punto no sabía exactamente dónde vivía y si le preguntaba problemente le solitaria una tontería, sin alguna otra opción decidió llevarlo a la casa que tenía en el norte, Armando realmente amaba la tranquilidad que ofrecía dicho lugar ya que no era un fanático de la ciudad, pero debía trabajar en ella. Todo el trayecto fue en silencio ya que Yun había caído en los brazos de Morfeo.

Ya se encontraban en su hogar, Armando estacionó el coche para acto seguido quitar llave, sólo suspiro y abrió su puerta para después abrir la de su acompañante que aún se encontraba descansando, sólo sonrió al verlo, en aquel punto se sentía como un adolescente enamorado.

—Despierta —le decía mientras que con suavidad lo movía—

—Mmmm

—Anda ya chaval, por favor

Después de unos cuantos minutos finalmente el asiático despertó, su cabeza daba vueltas y le dolía bastante, los recuerdos eran bastante borrosos.

—¿Que pasó?, ¿dónde etamos'?

—Estamos en el norte y exactamente en mi casa —respondió con tranquilidad mientras ayudaba a que bajara del coche. —¿te sientes bien?

—No mucho, me duele la cabeza y etoy' maleado

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Este capítulo lo escribí toda
emputada y con sueño así que si
algo está mal escrito u algo así
una disculpa.