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Cuando sus pequeños ojos se abrieron observaron un techo de color lila, cosa que lo hizo sentir un tanto nervioso, ya que en su hogar ninguna de las habitaciones tenía dicho color, rápidamente se sentó en busca de ver donde es que se encontraba. Levantarse de golpe realmente no fue una gran idea porque su cabeza le comenzó a doler bastante, por ello paso sus manos intentando sobarse, cerró sus ojos en busca de recordar algo de lo que había sucedido, pero simplemente se quedaba en blanco. Una sorpresa se llevo cuando vio como Armando entraba a la habitación, para el en aquel punto realmente nada tenía sentido, no acababa de conectar todo, solo fugaces recuerdos llegaban, pero no le encontraba sentido alguno a nada.

—Al fin despiertas

—Ay pol dios, pelo' ¿qué pasó?,¿dónde etamos'?

—El tema es...—guardo silencio por unos segundos para después continuar. — Estabas borracho en un bar y bueno... Te traje a mi casa, aunque debo decirte que tu amigo ya viene

—Otia' peldona pol esto —decía mientras sus mejillas se pintaban de un color rojo. —Pelo ¿po' que me ayudaste?

—Pues sólo me preocupaste —respondió mientras acomodaba sus cabellos con una pequeña sonrisa—

—Ay pol dios, pue' encelio glacias

Después de ello un silencio comenzó, Armando sólo observaba con atención a Yun, realmente aún seguía tan lindo como cuando iban en la escuela, aunque al parecer seguía teniendo esa misma personalidad, en ocasiones la vida da dos segundas oportunidades ¿cierto?

Por otro lado Yun se encontraba observando la cama sobre la que estaba, realmente no quería ver a Armando por el hecho de que sentía apenado por todo lo que había pasado, aunque no acababa de recordar nada con lo que le había contado ya se sentía avergonzado, aunque aún tenía dudas del porque lo había ayudado después de todo, aunque con ello quizá podrían mejorar su relación para ser buenos amigos, es algo que no sonaba mal pero ¿sería lo correcto?

—Yun —decía mientras lo movía en busca de sacarlo de aquel especie de trance—

—¿Qué pasa?

—Ya llegó Robert por ti

—Jodel, muchas glacias

Rápidamente se levantó de la cama para seguir al de ojos verdes hacia la salida de su hogar, sus pequeños ojos observaban los detalles de la casa, hasta cierto punto realmente le parecía acogedora. Finalmente llegaron a la entrada donde Robert se encontraba con el ceño fruncido y de brazos cruzados.

—Por dios Yun, anda vamonos —dijo para tomar al pelirrojo de la mano y después observar al mecánico. —Gracias por ayudarlo...

—Un placer, cuidate Yun —dijo con una sonrisa para cerrar la puerta—

—Yun ¿qué sucedió? —cuestionó Robert con un tono enojado—

—Pue' me dijo que etaba' en el bal y que taba' ya mal, entonces me tlajo a su casa

—¡Eres increíble! por dios, es que joder

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Iba a actualizar antes, pwro
no podía yyyy eso, lo lamento
trataré de actualizar más seguido

Tiempo. YunandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora