𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐭𝐫é𝐬

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ᴀᴅᴠᴇʀᴛᴇɴᴄɪᴀ ᴅᴇ ᴄᴏɴᴛᴇɴɪᴅᴏ

ᴄᴏꜱQᴜɪʟʟᴀꜱ

 Despertar con Erik después de lo ocurrido con Liam se sentía un poco extraño... Ajeno, y eso me daba mucho en que pensar. En estos momentos pensaba tanto en estupideces que, no me había dado cuenta de que me estaba comiendo las uñas si no hasta que escuche la notificación en mi teléfono.

Tome mi teléfono y revise todas las notificaciones que tenía, una de ella era un mensaje de Adri, avisando de que Jay ya estaba mejor. Las demás eran de redes sociales, en las cuales casi no navegaba.

La notificación más reciente era un mensaje de mi madre.

Mamá: Buenos días, amor.

Mi vista se nublo de la nada y una lagrima cayó sobre la pantalla de mi teléfono.

Extrañaba tanto a mis padres que me emocionaba mucho cada vez que recibía alguna respuesta de ellos. Tenía planes de ir a Australia, pero después de la graduación, a la cual no estaba segura de si ellos asistiesen.

Limpie la pantalla antes de escribir una respuesta.

Blair: Hola mamá.

Mamá: ¿Cómo amaneciste hoy cariño?

Blair: Bien, estoy bien. ¿Qué hay de ti y los demás?

Mamá: Yo estoy bien, tu padre está bien por igual, y pues aquí estoy con la abuela en el hospital, le tocaba cita y estoy esperando a que ya acabe. Tu padre haría el almuerzo hoy y quería llegar antes a casa, pero ya es tarde, quien sabe que animal nos encontraremos en el horno adornado con patatas sin pelar.

Esboce una pequeña risa. Mi padre nunca ha sido de cocinar, y si lo hace, lo hace de la peor manera posible, pero sin querer.

Blair: Espero no las mate con sus cosas raras. ¿Cómo está la salud de la abuela?

Mamá: Ha mejorado, aunque de vez en cuando tiene días en los que se siente decaída. Ya está mayor, Blair, aunque es muy alegre normalmente se le ve desganada de un momento a otro.

Suspire y limpie mis mejillas.

Blair: Dale muchos besos de mi parte mamá, dile que la amo mucho... Al igual a papá, y a ti también.

Mamá: También te amo cariño, espero verte pronto, besos y abrazos.

Mire a mi derecha, Erik aun dormía como un bebé, eran las siete de la mañana del sábado... Según sabia teníamos todo el día para nosotros.

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