𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐓𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 & 𝐂𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

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ᴀᴜꜱᴛʀᴀʟɪᴀ ɪ/ɪɪ

 Había pasado ya una semana y podía decir que todo marchaba increíble respecto a Max y a mí. Aunque lo que haya sucedido, sucedió, no iba a cambiar nada.

Intentaba animar mi sábado jugando tranquilamente en mi mundo de Minecraft, sin Jay, solo yo, y la verdad es que ese plan iba bastante bien hasta que el tono de llamada de mi teléfono interrumpió mi paz.

El nombre de Tessa, mi prima, se reflejaba en la pantalla.

Blair: Vaya sorpresa.

Y sí que lo era, hacía unos seis meses que no sabía nada de ella.

Tessa: Considerando que nunca llamas, sí.

«Claro.»

Blair: ¿Me extrañaste?

Tessa: Todos los días, sin embargo, no llamo por eso, la abuela está muy, muy mal de salud.

Blair: ¿Qué le sucede?

Deje el mando del juego aun lado de mí, Prestando atención a sus palabras.

Tessa: Ya sabes, la edad y esas cosas, el doctor dice que se encuentra muy mal. Esta en reposo aquí en casa de tus padres.

Blair: Bueno, pero últimamente ha estado así según me dice mama.

Tessa: Sí, pero esta mañana le pusieron oxigeno porque se le dificultaba mucho la respiración, apenas si tiene fuerzas para hablar. Mira no quiero preocuparte ni nada de eso, pero la vida da cambios repentinos de un momento a otro, y ella lo que más quiere ahora es verte.

Sentía mi corazón romperse. Tessa tenía razón, y no me perdonaría nunca el hecho de no verla por última vez.

Blair: ¿Y qué quieres que haga? ¿Qué vaya a Australia ahora?

Tessa: Sí, ella realmente quiere verte, si no vendrás por tu familia que te ama y te hecha mucho de menos, al menos hazlo por la abuela que seguramente está muriendo.

Blair: Vere si puedo tomar el próximo vuelo, ¿Estas con ella?, ¿Puedo hablarle?

Tessa: Sí, estoy con ella, pero esta dormida.

Blair: Bien, te dejo.

Colgué la llamada.

Pase mis manos por toda mi cara y mi cabello. Era increíble como podía pasar de estar muy relajada a estresarme al tal punto de tomar una decisión desesperada.

Me levante del sofá y camine hacia mi habitación, tome una pequeña maleta de mi armario y saque lo primero que pude haber encontrado. Luego de unos minutos, me metí a la ducha para tomar un baño.

Había elegido algo cómodo para el viaje.

— ¿Estás aquí? — escuche a Adri.

— Me estoy vistiendo.

— Jay y yo te trajimos comida.

— Gracias.

Hubo un largo silencio, incluso pensé que se había ido, sin embargo, no fue así.

— ¿Y ese equipaje? — Volví a escuchar su voz.

Termine de trenzar mi cabello antes de salir de la habitación.

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