𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐓𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 & 𝐒𝐢𝐞𝐭𝐞

6.9K 337 52
                                    

ᴄᴏɴᴛᴇɴɪᴅᴏ ᴀᴅᴜʟᴛᴏ

ᴜɴᴀ ꜱᴇɢᴜɴᴅᴀ ᴏᴘᴏʀᴛᴜɴɪᴅᴀᴅ

— Te ves realmente hermosa, te queda mucho mejor de lo que imagine.

Su voz se escuchó en un murmuro por toda la habitación, rompiendo el silencio. No hice más que bajar la mirada hacia mi cuerpo, observando lo que podía de mi figura vestida por aquel vestido blanco, que al parecer, él había comprado para mí.

— Gracias, es muy bonito, y no era necesario que lo hicieras, pero igual te lo agradezco mucho, Liam.

Tome asiento a la orilla de la cama, frente a él, apoyando mis manos en el borde esta.

Podía notar en la manera en la que sus ojos me observaban, se sentía agradable la calidez que transmitía.

— ¿Qué tal estuvo?

Esboce media sonrisa antes de contestarle, a lo que él sonrió por igual.

— Fue muy lindo... parece irreal que acabase de graduarme de la universidad — hice una larga pausa, dándome cuenta de que no lo había realizado así hasta ahora. — Termine la universidad.

Susurre con la mirada perdida en el suelo.

— Se siente bien, ¿no?

Liam se levantó de donde estaba y tomo asiento junto a mí, viéndome con esa mirada dulce.

Asentí en respuesta.

—Sí.

Por supuesto que se sentía bien, había logrado mi meta, y de la mejor manera.

— ¿Y qué haces aquí? ¿No deberías de estar celebrando con tus familiares y amigos?

Se supone, habíamos organizado una cena para luego de la graduación, sin embargo...

— Quería verte — susurre mirando sus ojos. — Cuando llegué a casa y vi el vestido, pensé que era un obsequio de Max, pero cuando lo vi esta noche me dijo que no había sido él, entonces supe que fuiste tú, ¿Por qué quien más podría ser?... Y tenía que agradecerte de alguna manera por el gesto tan generoso de tu parte.

— No era necesario que te perdieras tu cena solo por agradecerme por un simple vestido, Blair, pudiste haberme enviado un mensaje texto.

«Un vestido de seiscientos dolores, ¿simple?; No lo creo.»

Mordí mi labio inferior mientras negaba.

Tenía razón en eso, sin embargo, no lo había pensado mucho para venir hasta aquí, y como bien me había repetido varias veces... Aunque me arrepienta.

Baje mi mirada hacia su mano, la cual apretaba levente el borde la cama, estire la mía rozando su piel delicadamente con la yema de mis dedos.

— ¿Te quedaras? — Escuche su voz en susurros.

— No planeo hacerlo.

Solo quería agradecerle por su detalle. Realmente no quería nada más... O eso creía, tener su presencia cerca no me permitía pensar claramente lo que quería ahora.

Pose mi mano sobre la suya, levantando mi mirada. Me aproxime hacia él con el fin de poder besarlo, tenía tantas ganas de sentir sus labios sobre los míos, sin embargo, a tan solo centímetros, se alejó, impidiéndome realizar la acción pensada.

Sus cejas se fruncieron levemente, su expresión no se mostraba enojada, ni confundida... si no triste.

— ¿Qué es lo que quieres? — Pregunto que apenas pude escuchar.

Clímax Donde viven las historias. Descúbrelo ahora