1. EMA

104 23 27
                                        


 — ¡Ema, apúrate que vas a llegar tarde a la reunión!

— Un momento —. Digo mientras trato de acomodar mi cabello recogido en una cola y de arreglar el maquillaje.

— ¡Ema, diez minutos para que lleguen! —. Vuelve a gritar mi asistente Joe, asomando su cabeza por la puerta.

Y salgo precipitadamente de mi oficina, rumbo al salón de conferencias donde me espera otra tediosa reunión. Al llegar al elevador, se abre y sin mirar avanzo, chocando con un cuerpo varonil, que me sujeta sonriente, agachándose para recoger las carpetas que he dejado caer. Estoy tan apurada que no me fijo bien en él. Aunque, si noto que es muy alto.

Le doy una de mis tarjetas de presentación, no sé por qué. Salgo a toda prisa, para no llegar tarde. No es bien visto, que el jefe sea el último en llegar, como es el caso mío, ahora mismo. Entro mirando a todos, como me miran con mirada de reproche, hecho una ojeada rápida a mi reloj, y solo han pasado dos minutos. Me siento, he inicio la reunión.

Son más de las ocho de la noche, por fin, logro salir de mi empresa, para llegar a mi casa donde mis hijas me esperan. Si, esa es mi vida. Soy una mujer de treinta y cinco años. Madre soltera de dos niñas adolescentes, que pasa su vida entregada completamente a su trabajo.

Después de un divorcio desastroso, por la infidelidad de mi esposo, hace más de diez años, mi vida la volqué por completo, a la crianza de mis hijas, y a desarrollar mi carrera. Y aunque soy muy hermosa, no he querido volver a involucrarme en ninguna relación. No confundan, dije relación, no sexo.

Sí, soy una mujer muy segura de mi misma, y disfruto de mi sexualidad al máximo. Como lo oyen. Mi mejor amiga Serrí y yo, somos almas libres, que fueron mancilladas por hombres, que no supieron valorar nuestro amor.

Es por ello que cada tanto, salimos a disfrutar nuestra libertad, nos damos el gusto de ser nosotras, las que escogemos a los hombres y los llevamos a la cama.

Me encanta, cuando me encuentro con un hombre bien dotado, que sabe hacer disfrutar a una mujer al máximo. Pero nunca repetimos, pues no quiero complicaciones en vida. Nuestras salidas son lejos de nuestra ciudad. Viajamos a los lugares que más nos gustan, y allá prácticamente, nos convertimos en otra mujer, y damos rienda suelta a todo nuestro encanto.

Mi amiga es alta y morena, con un cuerpo muy bien formado y extremadamente sexi. Su cabello es negro rizado y siempre lo trae suelto, posee unos labios bien carnosos y sus senos son, muy voluptuosos. Por donde ella pasa, no hay hombre que no se le quede mirando. Pero como yo, sufrió un divorcio muy pésimo, quedando sola con dos chicos.

Nos conocimos en la consulta del psicólogo, tratando de superar nuestro divorcio. Fue amor de amiga, a primera vista. Estuvimos conversando por una hora, y nos dimos cuenta, que no necesitamos del doctor.

Por mi parte, no me quedo atrás. Soy alta, con una cintura muy estrecha y un trasero muy redondo sin llegar a ser grotesco, mis senos son también con la justa medida, que compensan mi trasero. Mi pelo es casi rojo con ribetes castaños. Mis ojos son grises, y en ocasiones algo azulados. Mis labios carnosos. Vaya, que también al pasar, hago que los hombres queden mirando mi silueta.

Doce años menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora