02 El Turista

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El día empezó lento para Raine, apenas logró dormir 2 horas, pero aun así, encuentra las fuerzas para poder levantarse. Después de arreglarse, se dirige a la cocina para tomar el desayuno, el resto de la servidumbre la saluda con cariño, eso le da un poco de fuerzas para devolver el gesto con una pequeña sonrisa. 

 En la mesa se encuentran la Sra. Jenkins, una voluminosa mujer, encantadora y ruidosa, ella se encarga de la cocina, es una cocinera estupenda, Raine siempre dice que ella es una alquimista culinaria y está enamorada del Sr. Lawrence, la Sra. Hooks es quien se encarga de la limpieza de la casa, ella es la coordinadora de la escuadrilla de limpieza de la mansión, es una mujer alta, muy conservada para la edad que tiene, es seria pero muy amable, tiene un sentido muy fuerte de lo correcto, está también la Sra. Johnson, una señora afroamericana un poco regordeta y sonriente, ella es la encargada de la lavandería y al igual que la Sra. Hooks, es la coordinadora de la escuadrilla de su departamento, frente a la Sra. Jenkins, está el Sr. Roderick el jardinero de la mansión, un hombre que ahora comienza a pisar los 60, delgado, alto, con un bigote blanco como su cabello y tan frondoso como los arbusto que él poda cada mes, es un alma libre, un artista, de la servidumbre es quien entiende mejor a Raine, a su lado está el Sr. Brims, el jefe de los vigilantes de la mansión y superior del Sr. Higgins, es un hombre afroamericano enorme y muy fornido, de facciones duras y sin cabello, cualquiera que lo ve lo pensaría dos veces antes de meterse con él, pero Raine sabe que detrás de esa intimidante apariencia hay un hombre de gran corazón, luego está el Sr. Schuman el mayordomo, un señor delgado y con prominente frente, un poco sarcástico pero gentil, Raine piensa que su forma de ser es bastante elegante y finalmente, está el Sr. Lawrence el chofer de la ama de la mansión, un hombre de estatura mediana, delgado y refinados modales, es quien le cede a Raine un asiento en la cabecera de la humilde mesa de la cocina.

La Sra. Jenkins, muy amablemente le lleva el desayuno y a Raine se le iluminan los ojos cuando ve lo que es, panqueques con jarabe de cereza, crema batida y algunos frutos en almíbar para acompañar, jugo de naranja y café con leche, por primera vez en días, Raine vuelve a sonreir y el buen humor se apodera de ella.

"Lo hice especialmente para ti, dulzura. Sé que no has estado muy bien últimamente, así que espero que esto levante los ánimos." Dice la Sra. Jenkins, mientras acaricia una de las coletas de Raine.

"Sí que logró hacerlo, ¡muchas gracias Sra. Jenkins! Usted es un amor, todos ustedes son tan buenos conmigo." Responde Raine mientras toma los cubiertos, lista para desayunar.

"Usted también ha sido muy buena con nosotros. Es lo menos que podemos hacer por usted, Srita. Adler." Responde el Sr. Lawrence.

"Raine, nosotros sabemos que la Sra. Kruise y su nieta no te tratan bien y a pesar de eso, tú te has mantenido fuerte, pero últimamente te hemos visto decaída, sabemos que por más fuerte que seas, tienes un límite de aguante, lo que quiero decir es, que está bien no ser la más fuerte todo el tiempo." Dice la Sra. Hooks, mientras toma la mano de Raine y la mira fijamente a los ojos.

"Además Raine, tú no estás sola, sabes que puedes acudir a cualquiera de nosotros si tienes algún problema con la vieja bruja." Dice el Sr. Brims esto último en un pícaro susurro y recibe un manotazo de la Sra. Jenkins en el hombro.

Raine sonríe y siente como sus ojos se empañan por las lágrimas, por supuesto que siempre se ha sentido apoyada por la servidumbre, ella siempre les ha apoyado en momentos tensos y les ha aconsejado, pero en momentos como este, es que ella se da cuenta de lo invaluable que son estas personas, y de lo afortunada que es.

"Chicos... Ustedes son los mejores amigos que he tenido en mi vida, son como mi familia, los amo mucho." Responde Raine mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas y se las seca rápidamente.

Drakalvania: La Larva de BielarqDonde viven las historias. Descúbrelo ahora