Séptima Cicatriz

6.4K 657 717
                                    


«Tengo que correr más rápido»

Si antes movía las piernas para huir, ahora solo quería llegar a la meta que su ídolo impuso por razones que solo ellos dos sabían.

All Might, viendo el endeble cuerpo que tenía su futuro sucesor, decidió empezar una rutina de entrenamiento que traería beneficios a futuro. Para su buena suerte, encontró una playa que estaba inundada de basura. Sonrió al recordar la cara aterrada de Izuku cuando se enteró que si no podía terminar de limpiar el lugar dentro del tiempo asignado, el asunto del One For All ya no le competería.

Eso fue hace dos meses, los resultados no tan remotos se podían evidenciar, tanto así que Inko se sorprendía de que Izuku sea capaz de aguantar el peso de las bolsas del supermercado, cuando hacían las compras mensuales.

—¿Ese no es Midoriya? —Cerca de donde trotaba Izuku, se encontraba un grupo de personas que, para su mala o buena suerte, lo conocían.

—Sí, es él. —Respondió Haruki, mirándolo fijamente.

—Cuidado que se te cae la quijada. —Bromeó otra chica, a lo que Haruki solo rió.

Jum. —Levantó los hombros, restando importancia—. Antes que digan algo, solo estoy interesada en él.

—Oh, entonces, ¿te gusta?

—Si que son tontas. —Sonrió—. A pesar de su condición, parece que nunca se va rendir... Eso es digno de admirar.

Sus amigas, obviamente, no creyeron en sus palabras, por lo que siguieron con las bromas. Hikana suspiró, era cansado ser más inteligente que la gente promedio de su edad. De la nada, decidió voltear a observar a una chica de cabellera naranja, que pasó desapercibida por quedarse callada desde que lograron ver a Izuku.

Itsuka tenía un mal sabor de boca, mientras arrugaba el ceño, como si estuviese triste. Sacó su celular del bolsillo, empezando a leer los mensajes que había tenido con él en la mañana.

«Izuku, ¿quieres ir conmigo al centro comercial? Ya sabes, como en los viejos tiempos»

El mensaje fue enviado y respondido casi dos horas después.

«Lo siento, hoy creo que no podré salir de casa»

Una simple respuesta que decepcionó a Kendo de tal manera que bloqueó al peliverde... Aunque no pasó más de una hora cuando decidió desbloquearlo. Pasaron varios minutos hasta que entendió que él estaba ayudando a su madre y por eso no pudo aceptar, bueno, eso creía ella.

—Uy. —Haruki se tapó la boca con la palma de su mano—. Creo que alguien ha sido rechazada. —Con esto confirmó que había leído más de lo que necesitaba saber.

—Cierra la boca. —Frunció el ceño—. De seguro está haciendo un encargo de parte de Inko-san.

—Sí, claro, con ropa deportiva y mucho sudor.

—No ayudas.

—No busco ayudar. —Sentía la brisa en su rostro, este día le resultó grandioso—. Solo busco lo mejor para él.

—¿Estás segura que no te gusta Izuku?

—Tal vez sí.

Kendo quedó petrificada, buscaba molestarla con la pregunta, no que respondiera con tal seguridad. Por otro lado, el mal sabor de boca se sentía peor, ahora sí estómago era un lío y su garganta, alguna especie de nudo.

Otra vez la estúpida pregunta: ¿por qué se sentía así? Tenía que estar feliz por su mejor amigo y no sentir esa extraña sensación en el cuerpo.

—Lastimosamente, no tengo oportunidad. —Agachó la mirada derrotada.

Entre manos y cicatrices (Izuku X Kendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora