Décima Cicatriz

4.9K 811 564
                                    


—Imbécil, imbécil, imbécil, imbécil...

No pasaron ni siete horas de lo que va el día y, de nuevo, su amado mejor amigo se encontraba en la enfermería de la UA.

—¿Kendo-san? —Ni siquiera le importó que uno de sus compañeros, con la cabellera rubia que lo caracteriza, la llamara. Ella corría como un toro en los estrechos pasillos.

Incluso, el cargo de presidente de su clase no era razón suficiente para frenar su paso. Estaba hecha un mar de nervios, a la vez que miles de ideas, acerca de Izuku perdiendo extremidades, la atormentaban. Izuku se volvió fuerte, pero seguía siendo un idiota despistado después de todo... Aunque ella no se quedaba atrás. Bueno, eso no importaba en ese preciso momento. Necesitaba verlo, saber si estaba bien o si se recuperaría rápido gracias al Quirk de Recovery Girl.

Llegó a su destino. Tocó la puerta, esperando respuesta; recordó la última vez que entró sin permiso: golpes con el bastón por parte de la anciana. Al ver que no recibió lo que esperaba, abrió la puerta un poco, espiando lo que había dentro.

—N-No puede ser... —Tal era su horror que desvió la mirada totalmente, apoyándose en el marcó de la puerta. Colocó las manos en su cara, intentando de callar y retener las ganas de gritar y asustar a Izuku.

¿Desde cuando Izuku era poseedor de todas esas cicatrices en la espalda y brazos? Quería entrar y pedir alguna explicación, pero siempre encontraba un pero para detener su accionar.

Respiró hondo, calmando todo temor. Luego hablaría con él sobre ello, ahora, tenía que hablar sobre el uso inconsciente de su Quirk autodestructivo.

Volvió a mirar por la puerta, dispuesta a entrar, pero lo que vio, no le gustó para nada.

—Ponte-e la camisa, Deku-kun.

La voz provenía de una chica castaña, quien estaba sentada al costado de la cama donde se encontraba Izuku. Los dos parecían rebozar de comodidad y, en parte, de vergüenza, ignorando a terceros que vengan a quebrar tan conmovedor ambiente. Lástima para Itsuka que ella entraba en este grupo.

—Uraraka... —Frunció los labios, recordando el nombre de la chica.

—Con qué así se llama...

Saltó debido a la sorpresa, ¿desde cuando Haruki es un ninja entrenada?

—¿Qué haces aquí?

—Vengo a ver a Izuku.

—No lo llames así. —Para Itsuka, ella era la única que podía llamarlo por su nombre.

—Él me dio permiso. —Le restó importancia.

—¿Cuándo? —Preguntó indignada.

—¡Deku-kun, no te levantes!

La voz de Ochako interrumpió la charla amena que las dos féminas tenían. Itsuka volvió a mirarlos, encontrándose con la sorpresa de que la castaña lo tomaba del brazo. Aquella simple acción, resultó en que Kendo se sintiera molesta y angustiada.

—¿En serio te vas a molestar? —Preguntó, refiriéndose a la escena anterior.

—No te incumbe.

—Lo sé. —Agachó los hombros—. Solo venía a verlo y me encontré contigo. Al parecer, tiene buena compañía.

—Cierra la boca. —Respondió con agresividad—. Voy a entrar, así que lárgate.

Habían cosas en el mundo que enojaban a Kendo, una de ellas era ser detenida. Más si se trataba de Haruki, una de las personas que, fácilmente, le sacaba de sus casillas.

Entre manos y cicatrices (Izuku X Kendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora